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Guayaquil espera ver morir a 3.500 personas

Se espera que en las próximas semanas hasta 3.500 personas mueran por la covid-19 solo en la provincia de Guayas y su capital, el puerto de Guayaquil, una de las urbes más castigadas en América Latina, según proyecciones oficiales. 

La pandemia en Guayaquil está llevándose por delante a médicos y enfermeras, la primera línea de choque contra el nuevo coronavirus. La velocidad de contagio dentro del sistema de salud, ya minado por la ola de pacientes, podría debilitarlo aún más antes de que llegue lo peor.

Se espera que en las próximas semanas hasta 3.500 personas mueran por la covid-19 solo en la provincia de Guayas y su capital, el puerto de Guayaquil, una de las urbes más castigadas en América Latina, según proyecciones oficiales.

Ya van más de 3.700 casos con 191 muertos en Ecuador desde el 29 de febrero. Un 67% de los contagios se concentra en esa zona del suroeste de este país de 17,5 millones de personas.

Hay 1.600 médicos, enfermeras y trabajadores del aparato sanitario contagiados que están en cuarentena, según el viceministro de Salud, Ernesto Carrasco. Una decena falleció.

«Tenemos equipo, camas, espacio, pero nos hace falta personal», reconoció el funcionario por radio y televisión.

En Ecuador, con 4.165 sanatorios (de ellos 3.321 públicos), el gobierno asumió el manejo de la crisis por la covid-19.

La AFP escuchó a varios médicos y enfermeras que pidieron reserva de identidad por temor a sanciones.

«Fuimos a la guerra sin armas». Encerrada en su habitación con síntomas del nuevo coronavirus, una enfermera de 55 años describe así su dolor por lo ocurrido con colegas en Guayaquil, donde cinco han muerto y 80 están contagiados.

«No se prepararon con los insumos adecuados sabiendo que esto ya venía arrasando Europa», lamenta.

Según cuenta por teléfono, a su servicio de emergencia ingresó «bastante (paciente) sintomático, pero como no había pruebas para hacer simplemente les trataban como una gripe y vayan para la casa».

Además, «no nos daban los elementos de protección personal, igual no se puede negar la atención y nos tocó salir a atender a los pacientes como estábamos». Así se han ido quedando en el camino los llamados a dar asistencia directa en la crisis.

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