HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Florida dispuesta a asumir el riesgo

Los casos de coronavirus aumentan a niveles récord en Florida, mientras multitudes de turistas disfrutan de playas y hoteles con vagas reminiscencias de lo que fue el confinamiento, muchos sin máscaras y con la distancia social en el recuerdo.

Este estado en el sureste de Estados Unidos está reactivando lentamente su economía, que necesita desesperadamente a los turistas para sobrevivir y, con más urgencia, en un año electoral.

Pero mantener un balance entre las medidas de salud pública y la necesidad de salvar empleos es un desafío, mientras expertos alertan que Florida puede ser el nuevo «gran epicentro».

El «estado del Sol» registra números récord de coronavirus, con 3.207 nuevos casos el jueves, para un total de casi 86.000 infectados y 3.061 fallecidos.

La cantidad de personas que mueren por día no ha aumentado, pero sí el porcentaje de nuevos resultados positivos: 8,8% este jueves y 10,3% el miércoles, contra 5,5% la semana pasada, según el Departamento de Salud.

Sin embargo, la gente está harta de la pandemia y aumentan las tensiones entre los portadores de máscaras y quienes reniegan de ellas.

«No es fácil», dice Kathia Joseph, dueña de la panadería francesa Blue Paris en Miami Beach, una isla barrera frente a Miami. «Tenemos que estar detrás de ellos, pedirles que usen máscaras. Algunos no se lo toman nada bien».

En la calle, un hombre discute con su conductor de Uber porque se niega a subir al coche con la máscara y, en la playa, un «embajador de distancia social» es intimidado por un grupo de juerguistas que bailan en la arena con unos tragos de más.

Joseph dice que sólo la mitad de sus clientes acceden a cumplir las reglas. Es una proporción que también observa Diane, una mujer de 60 años que viajó desde Texas en coche para echarse sobre la arena de Miami Beach.

«Parece que la gente sólo quiere seguir adelante con sus vidas y están decididos a asumir el riesgo», dice Diane, quien no quiere dar su apellido, antes de darse un baño de mar con la máscara quirúrgica puesta.

Consciente de estas fricciones, el alcalde de Miami Beach, Dan Gelber, dice que «no se trata de eliminar el riesgo, sino de controlarlo».

«Aunque no consigamos que el 100% de la gente respete las normas, si la mayoría lo hace, ya reduciremos tremendamente el virus y salvaremos vidas», dice a la AFP.

Los dos meses y medio de confinamiento fueron un mazazo para esta isla de 93.000 habitantes. Antes de la pandemia, Miami Beach recibía siete millones de turistas al año. Ahora, la ciudad pierde ganancias de 3,5 millones de dólares por semana.

Ahí está la encrucijada. La ciudad necesita turistas desesperadamente, pero interactuar con los clientes de forma segura «es un gran desafío para nosotros», dice Joseph, de 34 años. «Aunque estamos felices de volver a trabajar»./AFP

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Aceptar Leer más