Las desigualdades del acuerdo con las Farc

 

Los fanáticos del acuerdo suscrito entre Santos y Timochenko, con el fin de desacreditarnos, tienen como costumbre estigmatizar a los que por convicción jurídica, social y política, no hemos sido partidarios de las gabelas y prebendas que el presidente Santos y De la Calle le otorgaron a los guerrilleros de las Farc, lo que nos lleva a formularles las siguientes preguntas, vistas desde la óptica de la Constitución y la ley.

 

1. I) ¿Qué diferencia existe entre las Farc y las Autodefensas? Nada, porque las guerrillas fueron la acción y los paramilitares la reacción, pues las víctimas de las guerrillas- la población civil – buscaron la protección de grupos armados igualmente ilegales, con la excusa que fueron montados para defenderse, pero que a la postre, resultó tan grave el remedio como la enfermedad.

1. II) ¿Qué diferencia hay entre los guerrilleros que cometieron genocidio con lo que hicieron los paracos? Ninguna.

III)Qué diferencia hay entre un  secuestro perpetrado por la guerrilla, con uno hecho por los  paramilitares? Ninguna.

1. IV) ¿Qué diferencia hay entre las masacres cometidas por las Farc y las que hicieron los paramilitares? Ninguna.
2. V) ¿Qué diferencia hay entre el despojo de tierras hecho por las Farc y los realizados por los paramilitares? Ninguna.

VI)¿Qué diferencia hay entre el narcotráfico ejercido por las Farc con el que realizaban los  paramilitares? Ninguna.

De aquí surge la gran pregunta que la mayoría de los colombianos nos hacemos. ¿Por qué a las Farc les han concedido tantas prerrogativas, curules gratis, hacer política sin pagar un solo día de cárcel e incluso sin pasar por el remedo de justicia que es la JEP, gastando el gobierno ingentes cantidades de dinero de los colombianos en escoltas, pago de sueldos, carros y demás comodidades a los jefes de una guerrilla que atropelló la dignidad nacional por más de cincuenta años? Así tenemos que los jefes de las Farc, podrán hacer política, tendrán sueldo de parlamentarios y todas las gabelas que estos cargos acarrean y todo a costilla de los colombianos. Mientras los miembros de las Autodefensa que igualmente son culpables de delitos atroces y de lesa humanidad, que se desmovilizaron, han pagado 8 años de cárcel aquí y en el extranjero y no pueden hacer política. Sin mencionar a los condenados por parapolítica, que no mataron, ni secuestraron, ni extorsionaron y hoy están inhabilitados de por vida para hacer política. He ahí las desigualdades que no se comprenden.

Y no vengan con el cuento que las Farc eran un movimiento alzado en armas con ideales políticos, esto fue en un principio, pero que terminó cometiendo los mismo delitos que los otros. Por ello se inventaron el cuento que el narcotráfico, es delito conexo con el alzamiento en armas, teoría traída de los cabellos solo para favorecerlos. No defiendo las actuaciones de los paramilitares, ni más faltaba, en su momento, desde este mismo espacio, critiqué el proceso del gobierno de Uribe con las Autodefensas, lo mismo que he hecho con el proceso Santos – Farc, porque soy un convencido que las leyes se hacen para cumplirlas y que la existencia de un Estado, está ligada al sometimiento y al imperio de su Constitución, la que no se debe tocar para complacer vanidades de una clase social bogotana, que nunca sufrió los embates de la violencia, porque vivían y se educaban en el exterior. Es paradójico, por lo menos, que las Farc, que decían combatir las desigualdades, hoy claman por privilegios que en un futuro pueden llegar a ser causas de  grandes reacciones de nuestra sociedad, ante la creación de una nueva clase social producto del acuerdo habanero, compuesta por  los exguerrilleros que se convirtieron en intocables de la justicia colombiana.

¡Sabes qué? Mucho ridículo el del partido Liberal y sus aspirantes en la consulta que nos costó a los colombianos la bicoca de cuarenta mil millones de pesos. Sigue el despilfarro.

Catedrático universitario