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Víspera de Independencia de EE.UU. se celebra con riesgos de contagio

 

En medio de las críticas por el avance de la COVID-19 en Estados Unidos, el presidente Donald Trump se dirige este viernes al Monte Rushmore para una noche de fuegos artificiales con la expectativa de despertar un sentimiento de unidad que le ha sido esquivo. 

En víspera de la fiesta nacional del 4 de julio, el presidente republicano pronunciará un discurso ante el monte de granito donde están esculpidos los rostros de cuatro de sus predecesores históricos, George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln.

Trump, que desde hace varios días parece ignorar el espectacular repunte de los casos de coronavirus en muchos estados, señaló en un tuit difundido en la noche del jueves que el aumento de debió se debió a que los test realizados en Estados Unidos «son masivos (…) y mucho mejores que en cualquier otro país».

Las pruebas en Estados Unidos han aumentado considerablemente, pero los expertos en salud dicen que en relación a la población el país está por detrás de muchos otros en ese plano y que en todo caso el aumento del número de test no explica completamente el aumento de los contagios.

Trump ha sido abiertamente exuberante sobre el evento de Rushmore, que se espera que reúna a más de 7.500 personas.  «Va a ser una velada inolvidable, con fuegos artificiales que pocas personas han visto. Va a ser muy emocionante», afirmó.

En un momento en el que el médico Anthony Fauci, uno de los principales integrantes del grupo de trabajo sobre coronavirus de la Casa Blanca, advirtió que el aumento de los casos en el oeste y el sur pone en peligro a «todo el país», crece la expectativa sobre si Trump utilizará mascarilla, como le exigen numerosos políticos y personalidades, incluso republicanos.

A cuatro meses de las elecciones presidenciales, el mandatario está en aprietos, muy rezagado en las encuestas frente a su rival demócrata, Joe Biden.

Por ahora, el presidente republicano se aferra al mensaje de que «la crisis está siendo manejada», que la economía «vuelve a rugir» y que el año 2021 será «histórico».

Pero en contraste con la situación en Europa, Estados Unidos registra un récord de nuevos contagios diarios, superando recientemente, por primera vez, los 50.000.

Si se sigue la trayectoria actual, Fauci advirtió que el país podría llegar a un nivel de 100.000 nuevos casos diarios y varios estados que iniciaron un desconfinamiento echaron marcha atrás y cerraron playas y bares.

«No va a haber distanciamiento»

Trump puede esperar una recepción calurosa en Dakota del Sur, un estado poco poblado que en 2016 votó un 60 % a su favor.

Allí la gobernadora, Kristi Noem, se sumó con entusiasmo al evento. «Dijimos a los que tienen aprensión que se pueden quedar en casa», declaró Noem a la cadena Fox News.

«Para quienes quieren unirse, vamos a distribuir mascarillas gratuitas, si deciden ponerse una. Pero no va a haber distanciamiento social», agregó.

Randy Seiler, líder demócrata en Dakota del Sur, manifestó en cambio su oposición a estas festividades. En declaraciones a CNN, dijo que son ofensivas para los nativos indígenas de la zona, que consideran a esa tierra como sagrada, que los fuegos artificiales representan un riesgo de incendio y que el peligro de contagio del coronavirus es real. «Es una invitación al desastre», sostuvo.

Trump se refiere con fascinación a este lugar, esculpido entre 1927 y 1941 en la cadena montañosa de Black Hills. En 2017, incluso llegó a evocar -en broma- la idea de que su rostro sea incluido en la piedra.

«La roca que rodea a los rostros esculpidos no permite más esculturas», explicó la portavoz del Servicio de Parques Nacionales, Dana Soehn.

Fuente: AFP

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