HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Tristeza, dolor y desespero; panorama en las clínicas por heridos en Tasajera

El panorama de estas familias es de angustia, dolor, tristeza, desespero, zozobra, pero muchos han manifestado que se están aferrando a Dios para que los ayude a sobrellevar esta dura prueba que están viviendo.

Por:
EMILY
BUSTAMANTE NÚÑEZ

En las puertas y alrededores de las clínicas y hospitales en Santa Marta, Ciénaga, Valledupar, Barranquilla y Bogotá, hay decenas de familiares de los fallecidos y heridos por la explosión de camión en el corregimiento de Tasajera, municipio de Pueblo Viejo, unos a la espera que les entreguen los cuerpos de sus seres queridos y, otros con la esperanza que los heridos se recuperen a pesar que saben que se encuentran en estado crítico.

En los rostros de estas personas se ve la tristeza, el dolor y el desespero, debido a que se sienten devastados por la tragedia, no tienen recursos económicos y, les ha tocado hacer ‘maravillas’ para poder estar en las puertas o alrededores de las clínicas u hospitales a la espera de noticias sobre sus familiares.

Hay madres, hermanas, esposas, hijas, tíos, hermanos y abuelas que han dormido en la calle a merced de la lluvia, el sol, los vientos, puesto que el dolor es tan fuerte que no les importa las condiciones en que se encuentren.

Sin embargo, algunos han recibido ayudas de ciudadanos, la Alcaldía de Pueblo Viejo y líderes, quienes les han llevado comida y elementos de bioseguridad.

Según los familiares de las víctimas de este terrible incidente, la mayoría eran vendedores ambulantes y pescadores, debido a que en Pueblo Viejo no hay fuentes de empleo, viven sumidos en la pobreza y la miseria.

EL DRAMA HUMANO

En los alrededores de las clínicas y hospitales hay casos particulares como el de una mujer en Barranquilla que tiene a su hijo en grave estado de salud y a su hermano.

Otra señora en Santa Marta, indicó que le fallecieron dos de sus seres queridos y su esposo se encuentra delicado, otra mujer mencionó que su marido está desaparecido, por lo que se aferra a Dios que esté entre los heridos.

El clamor de estas familias es a Dios para que los heridos se salven y no haya más muertos, puesto que aseguran estar atravesando la peor prueba de sus vidas, muchos de ellos tienen la Biblia en la mano, pidiéndole al Señor Jesús que no los abandone.

Por otro lado, a las afuera de la morgue en la capital del Magdalena, se viven momentos desgarradores, de familiares esperando los cuerpos de sus seres queridos para poder darles el último adiós.

UNA TRAGEDIA QUE AÚN NO TERMINA

Es lamentable esta situación, pero con el paso de las horas crece la tragedia por la explosión del camión cisterna, la cifra de muertos aumenta y, en distintas clínicas y hospitales los heridos luchan por mantenerse con vida.

Las historias son desgarradoras de personas que han perdido tres y cuatro miembros de una misma familia, quienes están pasando un momento difícil, incluso el peor de sus vidas.

A las afueras del Hospital ‘Julio Méndez Barreneche’ y la Clínica Bahía, se vivieron angustiosos episodios para estas familias, sin embargo, en la Clínica Mar Caribe  ingresaron siete de las personas heridas, de las cuales solamente quedan tres, dos fueron trasladados y dos fallecieron.

El drama no es solo en los heridos que intentan aferrarse a la vida, sino también a las afueras de la Clínica Mar Caribe y de otros centros asistenciales donde pasan la noche a la intemperie los familiares de las víctimas esperando noticias positivas.

Eneida Carranza, recordó lo que su hijo Adolfo le dijo antes de fallecer, “me decía mamá ayúdame no me quiero morir, yo le decía hijo pídele a Dios que te saque de eso, tanto pedirle a Dios por mí hijo, me decía mamá ayúdame, me duele, me arde, no me deje morir, quien perdió a su hijo y a su hermano en la tragedia y su esposo está en cuidados intensivos en grave estado de salud. Mi hermano decía yo quiero ver a mi hijo nacer, no lo pudo hacer”.

LAS HISTORIAS

Otra historia triste lo vive la familia Ariza, debido a que tres de sus integrantes murieron en la tragedia, dos de ellos eran humildes pescadores, Carlos Ariza de 18 años era vendedor ambulante del peaje dejó un niño de un año y Álvaro Ariza dejó dos niñas y un niño vendía pescado en Tasajera y, el esposo de la señora está desaparecido.

Por su parte, Arleidys Cantillo, no ha visto a su esposo que está siendo atendido en la Clínica Mar Caribe con quien tiene tres hijas pequeñas, ella se aferra a verlo con vida, aunque sabe que está en estado crítico, según lo que le han dicho los médicos.

“Es una pesadilla de nunca acabar”, dice una madre llorando por la pérdida de su hijo y el grave estado de salud de otros familiares, quien tenía una Biblia en mano orando.

Otros de cinco de los lesionados más graves fueron llevados a Bogotá en un avión de la Fuerza Aérea Colombiana, donde están recibiendo una atención especializada, así lo dejó ver la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, en su cuenta de Twitter.

Por otro lado, en Barranquilla hay ciudadanos se han acercado a las clínicas para darles alimentos a las familias de Tasajera, debido a que saben de la situación en la que se encuentran estas personas.

El panorama de lo que se vive en la capital del Atlántico es muy fuerte, por una parte estas familias no se han movido de las afueras de las clínicas esperando información del estado de salud de sus familiares y en medicina legal hay otros esperando la entrega de los cuerpos sin vida de sus seres queridos.

LA SITUACIÓN EN OTRAS CIUDADES

Los habitantes de Pueblo Viejo en otras ciudades del país, viven una completa angustia sin saber nada de sus seres queridos, a las afueras de la Clínica Reina Catalina en Barranquilla hay más de 20 personas aferradas a que sus seres queridos sobrevivan.

“Durante las 78 horas críticas que dicen, nosotros nos vamos a quedar aquí a ver qué pasa”, dice una de las familiares de los heridos. En la Clínica Reina Catalina hay nueve pacientes quemados que se dedicaban a la pesca.

Una de las mujeres que está a las afueras de ese centro asistencial, afirmó “mi hijo tiene 19 años se iba a pescar porque no hay fuente de trabajo”. Otra señora indicó que “me siento mal no me han dicho nada de mi hermano”.

Por su parte, Clara Díaz estuvo toda la noche en la Clínica Atenas donde está su hijo de 17 años, quien se pasó las horas orando por la salud del joven y un hermano. “Esto es muy duro yo no sé nada de mi hermano que está en la otra clínica, ayer estuve allá como pude y mi hermana a penas me vio iba a llorar yo le dije que tenemos que ser fuerte, pedirle a Dios. Nos han traído comida, se han portado muy bien”, manifestó.

Los pacientes que están en barranquilla salieron negativos de Covid-19; en Valledupar hay 13 heridos que están bajo pronóstico reservado y han sido sometidos a varios procedimientos quirúrgicos.

Siete de los pacientes más delicados con quemaduras en el 80% de su cuerpo fueron trasladado al Hospital Simón Bolívar de Bogotá, las quemaduras son tipo grados dos y tres, están en el octavo piso en la unidad de cuidados especiales y dos de ellos requieren soporte ventilatorio.

Los familiares de los heridos que viven en Bogotá reciben los partes médicos e informan a sus seres queridos en Tasajera.

 

 

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