HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Centenario de Antonio Curcio Altamar

Este 2020 celebramos el centenario del nacimiento de Antonio Curcio Altamar, Coloso de la literatura colombiana, quien naciera en la Villa de San Sebastián de Tenerife, en el departamento del Magdalena, el 28-jun-1920. Hijo de Francisco Curcio Lentino y Etelvina Altamar. Falleció en Bogotá, a sus tan solo 33 años de edad, el 20 de octubre de 1953. Fue en la ciudad capital catedrático de varios colegios de prestigio, así como de la Pontificia Universidad Javeriana. Miembro del Instituto Caro y Cuervo, en el que también ofició como Observador Ad Honorem. Estudió bachillerato en los seminarios de Ocaña y Pamplona. Filosofía y Literatura en el Instituyo de Cultura Hispánica de Madrid. Filología en la Universidad Central de Madrid.

Obtuvo el Premio Nacional de Literatura José María Vergara y Vergara, por su nunca superada como monumental y totalizadora investigación hasta ese momento, “Historia de la Evolución de la Novela en Colombia”, en la que compiló, estableció, clasificó, estudió y analizó toda la bibliografía de la novela en el país aparecida desde 1670 hasta 1953, de las que hablaba con propiedad. Hizo para llevar dicha obra a feliz término, una pormenorizada búsqueda de fuentes de tipo bibliográfico y hemerotecario, desarrollando un trabajo prominente para el que leyó más de ochocientos títulos, mismos que comentó con atildada pluma en su obra y registró en el aparato documental que le sirvió de soporte; cabiendo destacar que todo intento a dicho tenor que se hizo antes daban apenas una visión fragmentaria y contenidas de más defectos que virtudes.

Podría afirmarse de su trabajo, siguiendo al filósofo británico Terry Eagleton, como bien se ha afirmado, que el modelo de Curcio Altamar basa su legitimidad en una objetividad filológica y estilística y se convierte por eso, a la luz de los años, en una muestra de lo que el mismo Eagleton ha llamado «guardián del discurso», es decir, una muestra de estrategias ideológicas que impiden o excluyen visiones más o menos alternativas de la producción literaria y que veremos desarrolladas en otros modelos historiográficos.

Escritor fundamental, De vida y obra honesta. Investigador literario profundo y basilar de la literatura colombiana. Considerado por todos como grande entre los grandes de las letras de su época, además de tenérsele entre nosotros como el iniciador de la crítica literaria. Estudioso excepcional. Políglota. Dominaba más de veinte idiomas y dialectos, lo que era sorprendente sobremanera. Además de la ya referenciada “Historia de la Evolución de la Novela en Colombia” y varios otros textos inéditos terminados y en proceso, fueron también obras suyas: “Ideario Hispánico de Miguel Antonio Caro”, “El Elemento Novelesco en el Poema de Juan de Castellanos; y, “La Novela Histórico–Romántica”. Inmortal y centenario. Será siempre digno que se le tributen homenajes luminosos. Nunca paró de mirar, de leer, de generar discurso, de trabajar. Su obra, sin duda monumental, será faro y guía de las nuevas como rigurosas investigaciones se hagan a este tenor en los escenarios nacional e internacional. Muchas, pero muchas gracias Maestro. [email protected]  .

 

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