HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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No aguantó la depresión y se ahorcó  

La situación económica llevó al joven al suicidio, al parecer, las restricciones por la cuarentena le impedían trabajar. 

 Llantos desconsolados y miradas perdidas como buscando alguna explicación, así se percibieron los vecinos y familiares del joven Miguel Gómez, luego que este decidiera quitarse la vida en la tarde de este lunes en su residencia ubicada en el sector Juan 23, norte de Santa Marta.

El hoy occiso, quien vivía junto a su madre y su hermano menor, según cuentan personas allegadas a la familia este se encontraba deprimido desde que inició el aislamiento preventivo obligatorio en Santa Marta, toda vez que, que la familia pasaba por momentos difícil en lo económico y las restricciones por la pandemia, al parecer, le impedían laborar.

Esta situación aparentemente llevó al joven a colgar una hamaca en la sala de su casa aprovechando que estaba solo en el inmueble y colocar el otro extremo alrededor de su cuello y lanzándose al vacío para terminar con su vida.

La espeluznante escena fue hallada por la madre quien abrió la puerta de la humilde vivienda encontrando a su hijo colgado; los gritos luego del macabro hallazgo alertaron a los vecinos quienes salieron para observa que estaba presenciando el suicidio del joven.

De inmediato procedieron a auxiliarlo, pero fue demasiado tarde el joven estaba sin signos vitales. Los habitantes llamaron a la línea de emergencia para reportar a las autoridades sobre el hecho y así comenzar con las investigaciones sobre el caso y el levantamiento del cuerpo.

OTRO CASO PARECIDO

Recordemos que el pasado 17 de abril un vendedor ambulante, al parecer en medio de una crisis depresiva, fue hallado sin vida luego de ser sancionado por cuarta ocasión al violar la cuarentena decretada por el Gobierno Nacional en Santa Marta.

Este hombre, quien respondía al nombre de Alberto Ulloque Beleño, de 50 años, había sido sancionado en tres ocasiones por encontrarse violando la cuarentena comercializando artículos en el Centro de Santa Marta.

La Policía dio cumplimiento al decreto presidencial 457 y le impuso un comparendo a Ulloque, y le advirtió que no podía continuar ejerciendo su trabajo en las calles. Pero Alberto reincidió en su conducta dos y hasta tres veces, por lo que las autoridades lo detuvieron y lo presentaron ante un juez de control de garantías.

En ese momento, Alberto Ulloque justificó a las autoridades que sino salía de su casa no tendría forma de darles de comer a su esposa e hijos.

 

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