HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Oración por Liliana 

Oración es la palabra que más he escuchado durante el accidente de Liliana (Mi esposa).

Oración es lo que ofrecen todas las personas que se acercan para acompañar y aliviar el dolor y la angustia del momento. Como no pueden visitar,  ofrecen lo que puede hacer: orar. Hasta los no creyentes, sin importar religión o creencias las brindan. Tanta gente haciéndolo para que Liliana salga bien es lo que podemos dedicar al Señor, porque estamos  en sus manos.

Es la palabra común que, sin haberse puesto nadie de acuerdo, se repite en  todos los mensajes, llamadas y chats. Durante el accidente en mi casa hace 50 años mis padres se aferraron a la oración en sus momentos más difíciles. También ocurrió cuando el accidente de los padres de Liliana. “Los acompaño con mis oraciones”, repetido tantas veces que finalmente lo creí, cerré los ojos y también me puse a meditar.

El momento del anuncio de una Tragedia es el recuerdo más perdurable.  Nunca se olvida. Llegue al sitio donde ella estaba acostada en el suelo indefensa  después de caer de 4. 56 metros de altura ocasionándole fractura múltiple de cadera. Cuando la vi consciente y me habló estaba inmóvil, lívida, pero viva   y me regresó el alma al cuerpo. Sabía que teníamos que  llevarla rápido a la clínica y el tiempo era precioso. En el camino no lloró, no se quejó, como no lo hizo durante todo el post operatorio de 4 cirugías, resonancias magnéticas, tomografías, tacs y duras jornadas de terapias a pesar de dolores insoportables. Muy dura la situación, pero ella ha facilitado todo. A cada rato  repetimos que toca ir día a día, paso a paso.

 Yo quería escribir sobre otros temas pero las imágenes de estos días me dan vueltas en la cabeza como un torbellino y escribir es una manera de llorar y sacudir el alma de sentimientos.

A cada llamada que  recibo doy  explicaciones de lo vivido entre más lo explico me doy cuenta la dimensión del accidente.

Orar es un momento muy íntimo de cada persona, mirando hacia adentro al interior de su alma para visualizar lo que quiere desear a un ser querido, cómo hacer que  cambien las cosas que tienen que cambiar. Con poder y convicción se pueden lograr milagros.

 La oración es universal. Es un rezo, una plegaria, un rito en el que se invoca mentalmente a una divinidad según su propio concepto bíblico de Dios. Cada uno lo hace a su manera. Existen varias maneras: oración en familia, cadenas, grupos, Rosarios por zoom, misas presenciales y ahora hasta virtuales.

 Nuevamente siento que mi Barranquilla es inmensa en la solidaridad para acompañar y rodear a las personas que lo necesitan. Nuestra alma caribe es especial no deja solo a nadie. Nos unimos formando una gran cadena de oración llena de energía especial, de mensajes de apoyo, de palmadas en la espalda para aliviar la angustia y la soledad. Ojala nunca perdamos esta cualidad que nos distingue y nos da fuerzas para convivir en sociedad. Es nuestra formación espiritual colectiva.

Quiero resaltar la importancia y la gran tranquilidad de contar con el excelente equipo científico de Juan Gabriel e Iván Reatiga, Octavio de la Hoz y todo el apoyo de la magnífica Clínica Iberoamérica. Han utilizado métodos no invasivos, modernos, atención con calidad humana y un manejo profesional manejo del  derecho sagrado  a no sentir dolor físico.

 “Te acompaño en mis oraciones” es la frase que más escucho. Mil gracias a tanta gente humilde, familiares, vecinos amigos, desconocidos a todos los hemos sentido muy presentes a través del Poder de la Oración.

*ExMinistro de Estado 

 

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