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Alerta sobre ataques a periodistas que cubren protestas

15 ocurrieron en 2015, 16 en 2016, 21 en 2017, 20 en 2018, 32 en 2019 y 21 en la primera mitad de 2020.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha detectado, entre el 1 de enero de 2015 y el 30 de junio de 2020, un total de 125 protestas en 65 países que se vieron empañadas por ataques, arrestos o incluso asesinatos a periodistas, 21 de ellas en la primera mitad de 2020, según un informe presentado este lunes 14 de septiembre.

Del total, 15 ocurrieron en 2015, 16 en 2016, 21 en 2017, 20 en 2018, 32 en 2019 y 21 en la primera mitad de 2020, lo que muestra, según señala el informe de la UNESCO, «una clara tendencia creciente en el número de ataques sufridos por los periodistas que cubren protestas».

El documento, titulado ‘Seguridad de los periodistas que cubren protestas: preservar la libertad de prensa en tiempos de disturbios’, cuenta como incidente o situación de ataque cualquier protesta en la que hayan sido atacados periodistas, incluso cuando estos ataques ocurrieron durante una serie de protestas en el transcurso de días, o incluso semanas, en el mismo lugar y por el mismo tema.

«En los últimos años se incrementaron los casos de acoso, arresto y violencia física contra periodistas, sobre todo por parte de las fuerzas de seguridad de los gobiernos y en ocasiones por los propios manifestantes», indica la UNESCO.

También revela que, en los últimos cinco años, al menos diez periodistas fueron asesinados mientras cubrían protestas, asesinatos que han sido condenados por la directora general de la Unesco.

El informe detalla diferentes tipos de abusos a los que se enfrentan los periodistas cuando cubren manifestaciones, entre ellos la vigilancia indebida, el acoso, la intimidación, las palizas, los disparos con munición letal o no letal, la detención, el secuestro y la destrucción deliberada de equipos.

«Cientos de periodistas fueron acosados, golpeados, intimidados, arrestados, vigilados y secuestrados en todo el mundo, además de haber sufrido la destrucción de sus equipos, mientras intentaban cubrir protestas. Otros fueron incomunicados, humillados, asfixiados y recibieron disparos, tanto de munición no letal como de munición viva», recoge el informe.

En algunas marchas, añade, se produjeron hasta 500 ataques diferentes, según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ). Y en ciertos casos, según precisa, como algunos relacionados con el movimiento Black Lives Matter, la violencia causó lesiones permanentes, como las sufridas por varios periodistas, cegados por balas de goma o bolas de pimienta.

DOBLE PELIGRO PARA LAS MUJERES

Además, el informe se detiene en analizar los factores de género durante las protestas y alerta de que «además de sufrir el mismo tipo de violencia física que sus colegas masculinos, las mujeres que trabajan en los medios de comunicación están más expuestas a las amenazas de violencia sexual y violación».

Durante la presentación, la directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, ha destacado que «la tarea de los periodistas es esencial para informar y dar a conocer al público los movimientos de las manifestaciones».

El informe concluye que, en este periodo de cinco años, las protestas en todo el mundo han surgido por temas vinculados con la injusticia económica, la corrupción del gobierno, el declive de las libertades políticas y el creciente autoritarismo.

También aporta recomendaciones como: el fortalecimiento de la capacitación de la policía y los agentes del orden público en materia de libertad de expresión y comportamiento apropiado en el trato con los medios de comunicación; o el suministro de capacitación y equipo apropiados a los periodistas enviados a cubrir manifestaciones.

Ante los datos de este documento, la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI) ha reclamado que España adopte medidas para proteger a los periodistas que cubren protestas y manifestaciones.

«La situación que describe la UNESCO en este informe la conocemos muy bien en España. El efecto de estas agresiones y detenciones va mucho más allá de lo visible, que ya es grave. Es una forma de censura intolerable», ha declarado la presidenta de la PDLI, la periodista Virginia Pérez.

/Colprensa

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