HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

El ‘terror’ de Taganga quiere regresar al país

El Israilí Assi Mosh, expulsado del país por Migración Colombia, ya entuteló al Estado colombiano para regresar.

 

El fantasma del regreso del ´demonio´ de Taganga no deja dormir a esta comunidad de pescadores y comerciantes dedicados a la actividad del turismo, tras conocerse que el ciudadano israelí Assi Moosh Ben Mush- su verdadero nombre- acaba de entutelar al Estado colombiano buscando que un Juez de la República le ordene a Migración Colombia que le permita retornar al país por cuanto lo separaron abruptamente de su núcleo familiar del que forman parte tres hijos colombianos.

En medio del escándalo que ha suscitado el temible israelí de 43 años que hoy se encuentra probablemente en alguna ciudad de su país, las autoridades colombianas ya le tienen armado el dossier por tráfico de drogas, proxenetismo, trata de personas, explotación sexual, lavado de activos y enriquecimiento ilícito. Todo ello lo ha logrado la Fiscalía colombiana con el apoyo de la Interpol.

Pero además, Assi Moosh Ben Mush de 43 años, ha suscitado un disgusto entre Israel y Colombia, ya que el primero le pidió a nuestro país su expulsión y entrega a las autoridades de Tel Aviv donde lo querían para procesarlo por tráfico de narcóticos. Sin embargo, no se tiene la certeza si Assi Moosh está en poder de las autoridades de su país.

 

En Taganga no se movía una hoja sin la orden del israelí Assi Moosh hecho que fue denunciado en numerosas ocasiones ante las autoridades, pero nadie actuaba.

 

INVESTIGACIÓN

Pero además del lío migratorio en que se encuentra, el israelí Assi Moosh Ben Mush deberá responder por dos nuevos delitos de suma gravedad en Colombia que le imputará la Fiscalía. Se trata de los delitos de tentativa de homicidio agravado, amenaza de muerte, coacción e intimidación a un servidor público. Ello porque un funcionario público al servicio de Migración Colombia lo denunció penalmente ante los hechos que Moosh protagonizó antes de ser llevado al avión que lo condujo finalmente a Israel.

De acuerdo con la versión del funcionario de Migración, Moosh vociferaba: “Tengo poderosos abogados. Les apuesto que no llego ni a España y vuelvo a Colombia primero que ustedes. Se van a acordar de mí, sé dónde viven sus familias y me van a volver a ver la cara”.

Eso era lo que decía el israelí Assi Mosh mientras un grupo de funcionarios de Migración Colombia lo subían a un avión, el domingo pasado, para expulsarlo del país, por considerar que atenta contra la seguridad nacional y el orden público.

 

EL PRONTUARIO

Assi Moosh Ben Mush como es su nombre, de 43 años nació en Kiryat Atta (Israel), viene siendo investigado por Interpol Internacional desde que se le siguió la pista por manejar una red de turismo sexual en una de sus propiedades en Taganga, al que los residentes del balneario bautizaron como ‘el pequeño Israel’.

De acuerdo con las autoridades Moosh ofrecía paquetes turísticos para militares pensionados de su país que incluye droga, prostitución de niñas y sucursales en cuatro países y en tres ciudades: Bogotá, Medellín y Cartagena.

Ayer El Tiempo informó que según fuentes del alto Gobierno, la decisión de expulsarlo se le notificó a la embajada de Israel, la cual sabe que su ciudadano es un viejo conocido de la justicia internacional y que fue capturado en 2003, en Ámsterdam. En ese momento, se le acusó de dirigir una red de traficantes de éxtasis, cocaína, hachís y LSD. Incluso, la Policía de Israel tuvo que acudir a sus pares de Tailandia, Nueva Zelanda, Brasil, España, India, Francia y Japón, para desarticular a la banda, vinculada a la mafia Yakuza.

Mosh ya tenía un pequeño prontuario en Tokio, en donde era vendedor callejero y desde donde ahora importa mercancía, incluido un costoso auto que negoció en Dubái por 35.000 dólares y que trajo en barco hasta Colombia.

También tiene motos de alto cilindraje y dos megalotes en Santa Marta y Cartagena, en donde levantó sus hostales tras invertir 3.000 millones de pesos. Además, aparece negociando Casa Noam, un hotel en El Laguito, de propiedad del ciudadano israelí Noam Moshe.

Desde 2009, el DAS abrió una investigación por la presunta participación de Mosh en la red de turismo sexual que incluye droga, menores y rumba pesada, exclusiva para extranjeros, especialmente exmilitares de Israel.

Pero el caso no prosperó, el DAS se liquidó y el expediente –quieto en la Fiscalía– empezó a ser desempolvado hace tan solo unos meses cuando se recibieron denuncias de ofertas de ‘tours’ para orgías y bacanales a bordo de yates y catamaranes.

“El negocio inicial de la red fueron las fiestas electrónicas, ‘todo incluido’, en tres locales de Taganga, balneario cercano a Santa Marta. Ofrecen trago, droga y prostitutas, incluidas menores de edad. El epicentro es el hostal Benjamín, pero tienen satélites en Cartagena, Medellín y Bogotá”, se lee en una de las denuncias.

Actualmente, se indaga si Casa Ifta, ubicada en el barrio La Candelaria de Bogotá, está vinculada a Mosh. En papeles aparece como una fundación en cabeza de Evyatar Hadary, quien se la compró en 2012 a Gabriel Kenigsberger. Este tenía un pedido de extradición de Francia por narcotráfico que, al parecer, nunca se ejecutó.

En las indagaciones aparecen dos empresas a través de las cuales manejarían los dividendos de los hostales y las fundaciones: Assi S. A. S. y Hadary S. A. S.

También se menciona a Itay Senior, administrador y representante legal del hostal Casa Benjamín en Cartagena, expulsado por Migración Colombia y ahora administrador del Hotel Benjamín en Playa del Carmen, en Cancún, México. Ese ha sido el destino de seis viajes de Mosh entre 2014 y 2015.

Otro de sus destinos es Brasil: ha ido seis veces desde 2009. Incluso, pidió ser expulsado allí con sus tres hijos colombianos, argumentando que tiene una propiedad.

“Se cree que sus tentáculos llegan a Perú, a donde viajó en diciembre del 2015, y a Ecuador, su destino reciente en al menos cinco oportunidades”, le aseguró a este diario un oficial apostado en una embajada. El uniformado también mencionó a Mor Zohar, quien aparece como socio de Mosh´, relató el periódico bogotano.

 

La Fiscalía General de Colombia ya investiga las propiedades del israelí deportado identificado como Assi Moosh Ben Mush, su nombre completo, entre ellas el Hotel Benjamín de Taganga

 

INVESTIGACIÓN

Una investigación del diario israelí Haaretz documentó en 2013 que 14 ciudadanos de ese país que fueron capturados en una operación internacional por conformar una red de tráfico de drogas. Entre ellos estaba Assi Moosh, el líder, que fue detenido en Holanda.

Para ese momento, Europa era su centro de operación, y desde allí distribuía cargamentos de éxtasis a varios países, principalmente en el Lejano Oriente, y contrabandeaba cocaína de América del Sur (Brasil y Perú en particular) hacia Europa.

España, Nueva Zelanda, Australia, Japón, Tailandia, India y Brasil colaboraron con la policía de Israel y la Interpol para desmantelar la supuesta banda de narcotráfico de la que formaba parte Moosh

Debido a que las drogas no estaban destinadas a Israel, los sospechosos no podían ser extraditados a su país, pero sí juzgados en los países en los que fueron arrestados, señala este diario. Los demás integrantes cayeron en Brasil, Perú, Nueva Zelanda y Austria.

Sin embargo, antes de llegar a Holanda, Moosh vivió en Tokio y obligaba a los mochileros, que querían instalar negocios en las calles de esa ciudad, a trabajar para él, y si alguno no accedía era víctima de constantes hostigamientos y violencia.

Establecido en Japón, viajaba por todo el mundo para ampliar su negocio a más países. Pero en un momento tuvo problemas con los Yakuza, la peligrosa mafia de ese país, y se mudó a España, reseñó el medio israelí.

En 2003, Moosh viajó hasta Holanda, y allí fue capturado. Según cuenta el diario, la operación se denominó ‘Los tres mosqueteros’, haciendo referencia a él, y sus dos hermanos. Las autoridades descubrieron que este hombre reunía a sus cómplices en Tailandia y planificaba las rutas de contrabando. La mayoría de los miembros israelíes de la organización criminal usaban pasaportes falsificados para viajar por el mundo.

Debido a que la fecha de publicación fue hace 14 años, se desconoce el año en que fue liberado, pero habría llegado a Colombia hace 10 años.

Sin embargo, su estadía en el país le ha permitido establecerse y liderar una red internacional de trata de personas, microtráfico y planes de turismo sexual que operaba en Taganga.

Todos sus negocios ilegales operan bajo una fachada de servicios de turismo en Santa Marta pero también en Medellín, Cartagena, Bogotá e inclusive en México.

 

El abogado del cuestionado israelí Assi Mosh, dijo que todos sus papeles están en regla. Además argumentó que lo separaron de sus tres hijos colombianos con quienes vivía en Taganga

 

LA TUTELA

Como parte de su estrategia, Moosh sacó un as debajo de la manga y se trata de una tutela que lo podría poner de vuelta a Colombia. Ello porque dice que lo separaron de sus hijos. En efecto tiene tres niños con una mujer de nacionalidad colombiana.

El abogado que lo defiende tiene como única misión el de lograr que lo retornen al país bajo el argumento de que tiene todo en regla. Si eso sucede, el caso quedará en manos de la Fiscalía y de autoridades de su país, que ya lo tienen en la mira.

Sobre las denuncias en su contra el abogado agregó: “Es falso que sea ‘rey’ del turismo sexual. Tiene permisos en regla y su cédula de extranjería, vigente hasta el 2020, fue aprobada sabiendo sus antecedentes”. SU FAMILIA

Moosh formó una familia con una colombiana y estableció su negocio en establecimientos legalmente constituidos. El ‘Hostal Benjamín’ tiene el registro en regla ante la Dian, y ante la Cámara de Comercio de Santa Marta y el ministerio de Comercio, Industria y Turismo, bajo la razón social ‘Inversiones Hoteleras del Caribe S.A.S., del cual Moosh era representante legal. También tiene el Registro Nacional de Turismo en regla, en el que aparecen todos sus datos.

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Aceptar Leer más