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Uso inadecuado en los suelos del Caribe incrementa los Gases Efecto Invernadero

En su gran mayoría el uso inadecuado de los suelos se debe al inadecuado manejo agrícola y pecuario de algunas zonas.

 

Las concentraciones de carbono orgánico que oscilan entre las 50 y 10 toneladas por hectárea, unas de las más bajas en el país.

 

Luego de analizar miles de perfiles de los suelos más representativos del país, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac), evidenció que la región Caribe cuenta con concentraciones de carbono orgánico que oscilan entre las 50 y 10 toneladas por hectárea, unas de las más bajas en el país.

La entidad elaboró una fotografía sobre la distribución del carbono orgánico, un elemento fundamental en la producción de alimentos y la mitigación y adaptación al cambio climático. El Mapa de Carbono Orgánico, indica que el Caribe registró valores bajos, en su gran mayoría relacionados con el uso inadecuado de los suelos. Esto se debe al inadecuado manejo agrícola y pecuario de algunas zonas, las cuales han perdido parte de la cobertura vegetal.

A pesar de que los siete departamentos del Caribe cuentan con una dispensa agrícola sumamente importante, los niveles de carbono son bajos. “Esto se debe al manejo agrícola y pecuario inadecuado en algunas zonas, en donde se ha perdido gran parte de la cobertura vegetal y modificado algunas propiedades físicas de los suelos”, indicó Germán Darío Álvarez, subdirector de agrología del Igac.

“Una de las funciones ecosistémicas del suelo está relacionada con su papel como sumidero de carbono. Al quitarle la cobertura vegetal, modificar su estructura por el laboreo intensivo y desarrollar actividades pecuarias sin un manejo adecuado, el suelo se puede convertir en un emisor de Gases Efecto Invernadero”, apuntó Álvarez.

Según el funcionario, cuando un bosque es talado para dar paso a cultivos o ganado, se libera carbono a la atmósfera. “Al contar con impactos derivados de la mano del hombre, como la deforestación, el cambio de uso y la erosión, estos suelos se pueden convertir en emisores o fuentes de Gases de Efecto Invernadero, como dióxido de carbono y metano”.

Álvarez complementó que el uso inadecuado del suelo en el Caribe y en Colombia es un factor de calentamiento global. “Cuando se somete un suelo a procesos de labranza, ganadería intensiva y sin prácticas de manejo, el contenido de carbono se va perdiendo, su capacidad productiva disminuye y se degradan los suelos”.

Por su parte, Juan Antonio Nieto Escalante, director general del Igac, indicó que el nuevo mapa de la entidad representa un contenido de carbono orgánico a 30 centímetros de profundidad del suelo en los últimos años, más no revela su estado actual.

“Este insumo es un punto de partida para hacer un seguimiento detallado al carbono orgánico. Es decir, establecer si esos niveles están más bajos o más altos. Esta fotografía es el primer paso para realizar un estudio de monitoreo de carbono orgánico en el país. Este producto nos da pistas para empezar a conservar las zonas más ricas en carbono, e implementar estrategias para aumentarlo en las de menores concentraciones, como en la Caribe”.

Por último, el Director del Igac recalcó que no se trata de prohibir la agricultura o la ganadería, “sino en hacerlas sostenibles, con prácticas de manejo que conserven los recursos naturales. El suelo no es un tema irrelevante, ya que es un indicador de degradación, de captura de Gases Efecto Invernadero y de seguridad alimentaria”, concluyó.

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