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JEP debe evaluar continuidad de Lozada como senador tras confesar asesinato de Álvaro Gómez

La versión del ex-Farc, conocida señala que la orden de matar al líder conservador llegó directamente del bloque Oriental, la facción militar más grande de la exguerrilla, comandado por Jorge Briceño, Suárez alias el ‘Mono Jojoy’.

El gobierno acaba de reaccionar a la confesión de Julián Gallo Cubillos, ‘Carlos Lozada’, quien reconoció su participación directa en el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado.

«El Gobierno colombiano, en ejercicio del seguimiento y cumplimiento al Acuerdo de Paz, le solicita a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que de acuerdo con  lo consagrado en la Ley Estatutaria del mismo, se evalúe la compatibilidad del ejercicio del cargo de senador de Julián Gallo, con el reconocimiento que acaba de hacer», le dijo a El Tiempo Miguel Ceballos, Alto Comisionado para la Paz.

El alto funcionario agregó que en ese orden de ideas, la JEP debe señalar si procede la restricción a las libertades de movilidad y residencia, luego del reconocimiento del crimen.

Esas restricciones se extenderían a Pablo Catatumbo, también legislador, quien suscribe la carta en la que la exguerrilla reconoce la autoría del magnicidio. Según Ceballos, también se debe establecer si, tal como lo señala un testimonio revelado por El Tiempo, alias ‘el Profe’, el guerrillero que disparó, está vivo y no muerto, como lo dice ‘Carlos Lozada.

Y recordó que por la calidad de fugitivo y desertor de ‘Iván Márquez’, miembro del secretariado de las Farc y ahora cabecilla de las disidencias ‘nueva Marquetalia’, la justicia ordinaria puede seguir investigando a esa estructura.

La versión del ex-Farc, conocida por este diario, señala que la orden de matar al líder conservador llegó directamente del bloque Oriental, la facción militar más grande de la exguerrilla, comandado por Jorge Briceño, Suárez alias el Mono Jojoy.

Y agrega que la instrucción fue recibida por ‘Carlos Lozada’, líder de la red urbana. Incluso identificó al gatillero: alias el Profe que, dice, aún está vivo. Al respecto, Lozada le admitió el martes en la noche a El Espectador esta versión, pero aseguró que todos los que participaron, están muertos. En 1995 era alias Carlos Lozada, un escurridizo guerrillero que era el líder de la red urbana Antonio Nariño (Ruan), de las Farc, con más de una veintena de milicianos a su cargo.

Solo unas pocas personas en Palmira, Valle, sabían que Gallo había decidido enlistarse en las Farc y que estaba detrás de las escaladas terroristas en Bogotá, ataques a estaciones de policía, secuestros en Cundinamarca y entrenamiento de milicias en Ciudad Bolívar.

Por eso, luego de que el sábado pasado las Farc admitieron la autoría del magnicidio del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado (2 de noviembre de 1995), los focos se centraron en la Ruan y en sus miembros.

Altos oficiales de la Policía de la época, consultados por El Tiempo,  aseguraron que en el organigramas de la Ruan no apareció ‘Carlos Lozada’, pero sí nombres como Fernando Ujabán Salinas, alias José Marbel Zamora (capturado en 1996 y dejado en libertad en el 2000 por vencimiento de términos) y José Milcíades Urrego, quien ingresaba el armamento por Panamá.

La Ruan era tan importante que el propio ‘Tirofijo’ metió a varios de sus miembros en la lista de canjeables por policías, durante el gobierno Pastrana.

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