75 años de ‘Casablanca’

En esta cinta, ni Bogart ni Bergman ganaron el ‘Oscar’, pero la Academia de Hollywood sí premió al director Michael Curtiz.

 

Esta famosa película cumple siete décadas y media desde su primera exhibición pública. En una fecha de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, la cinta fue escogida para celebrar que (apenas unos días antes) se había producido el famoso desembarco de los aliados en el norte de África, y que debilitaría en mucho el régimen colaboracionista de Vichy  (el representado en la película por el capitán Louis Renault, Claude Reins).

En esta cinta, ni Bogart ni Bergman ganaron el ‘Oscar’, pero la Academia de Hollywood sí premió al director Michael Curtiz y al guión adaptado de la obra de teatro ‘Everybody Comes to Rick’s’- y a la película.

A modo de anécdota, sobre este filme basado en una obra de teatro que nunca se estrenó, estas son un par de las curiosidades que refieren varios autores sobre el proyecto entonces de ‘Casablanca’.

En 75 años de leyenda, se recuerda que para el papel de Rick se especuló en un momento en Ronald Reagan  y que el músico Sam, iba a ser una mujer (interpretada por la famosa cantante de color de la época Ella Fitzgerald).

No obstante, de ser una de las historias de amor más conocidas del cine (la más grande de todos los tiempos, según el ‘American Film Institute’), ‘Casablanca’ asimismo es un filme político y de guerra. Rick (caracterizado por Humphrey Bogart) pertenece a la resistencia contra los nazis y en este argumento conoce a Ilsa (Ingrid Bergman) en París, donde ella espera en vano encontrar a su esposo desaparecido, Víctor Laszlo (Paul Henreid), quien a su vez, es el líder de esa lucha contra la Alemania del Tercer Reich.

Cineasta y escritor

Todos ellos se encuentran en ‘Casablanca’ (paso obligado de los miembros de la resistencia) y que buscan un visado para poder continuar desde fuera de Francia, su lucha. Y el famoso café de Rick es el punto de encuentro, donde los intercambios se producen.

No he visto en la historia del cine americano, una mirada más sincera como la de Ilse a Rick en aquella noche en el Café, en un reencuentro forzado por el destino. Sobre todo aquella, después que Ilse escucha «As time goes by» y aparece Rick, con un recuerdo que no deseaba perpetuar: tropezar con el hermoso rostro de la mujer que lo amó.

Y es que si la historia habla de la amistad, también habla (como alguna vez sentenció Borges) del olvido lleno de recuerdos y que nos deja además plantados. Pero no importa, de miradas está llena nuestra vida. Y con toda seguridad, siempre sobresale aquella que tropezó con la nuestra, en la más brillante y a la vez inoportuna de las ocasiones.

Y si siempre recordamos el final como una relación de reciprocidades (y que valga la tautología), también concluiremos que «es el inicio de una buena amistad”. ¿A qué sí, amigo lector?