HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Cientos de libaneses manifestaron por el primer aniversario de su «revolución»

Cientos de libaneses marcharon el sábado en Beirut para conmemorar el primer aniversario de un levantamiento popular sin precedentes desencadenado contra una élite política acusada de corrupción e incompetencia, pero que no provocó verdaderos cambios en un país en pleno colapso económico.

Al final de la tarde, estallaron enfrentamientos en el centro de la ciudad, en los alrededores de la plaza de los Mártires y del Parlamento. Un puñado de manifestantes lanzaron piedras contra las fuerzas de seguridad que respondieron con gases lacrimógenos, informó un fotógrafo de la AFP.

Dos gobiernos han dimitido desde el inicio de la protesta el 17 de octubre de 2019, pero los mismos políticos, partidos y familias tradicionales siguen monopolizando el poder.

Aunque al comienzo la protesta llegó a movilizar a cientos de miles de personas, las manifestaciones perdieron fuerza con el paso de los meses, a menudo violentamente reprimidas.

El sábado, según periodistas de la AFP, cientos de manifestantes que enarbolaban banderas libanesas desfilaron por Beirut, partiendo de la emblemática plaza de los Mártires, epicentro de la protesta.

Acabaron convergiendo en el puerto para conmemorar la catastrófica explosión del 4 de agosto, que causó más de 200 muertos y 6.500 heridos. Allí, los manifestantes guardaron un minuto de silencio.

– «Hasta el último aliento» –

Una escultura de metal que representa una antorcha, en la que está grabado en árabe «revolución del 17 de octubre», fue iluminada a las 18H07 locales, hora exacta en la que ocurrió el drama.

«El 17 de octubre de 2020, día en el que la chispa se convirtió en llama que no se apagará. Continuaremos hasta el último aliento […] continuaremos la revolución», lanzó delante de la asamblea Sami Saab, uno de los organizadores.

«Desde hace un año, estamos en la calle para llevar reivindicaciones sociales y económicas, y nada ha cambiado», explicó el septuagenario Abed Sabagh a la AFP en la plaza de los Mártires.

Las protestas estallaron debido a un proyecto del gobierno de aplicar un impuesto a las llamadas por WhatsApp.

Aunque las autoridades suprimieron esta medida, el levantamiento acabó extendiéndose al conjunto del país, ilustrando un hartazgo contra una clase política percibida como incompetente y corrupta.

El país enfrenta su peor crisis económica desde la guerra civil (1975-1990). Desde hace un año, esta situación se ve agravada por el colapso de la moneda nacional y las restricciones bancarias a retiros y transferencias al exterior.

A este escenario se suma una inflación galopante, decenas de miles de despidos y recortes salariales. Todo, acentuado aún más por la pandemia de covid-19.

«Los agravios y demandas legítimas de los libaneses no han sido escuchados», lamentó el viernes el coordinador especial de la ONU para Líbano, Jan Kubis. «Todo esto agravó aún más la falta de confianza que tienen en sus dirigentes», concluyó.

– «La revolución continúa» –

En Trípoli, ciudad del norte convertida en un bastión de la protesta, los manifestantes se movilizaron desde el viernes por la noche.

«Deben irse todos», declaró Taha Ratl, refiriéndose a los dirigentes.

Pero la clase política sigue absorta en medio de una negociación interminable destinada a formar un gobierno, ignorando los llamados de la comunidad internacional para iniciar reformas.

El gobierno de Hassan Diab dimitió tras la explosión en el puerto de Beirut, que una gran parte de la opinión achaca a la incuria de los dirigentes.

La deflagración fue provocada por una enorme cantidad de nitrato de amonio, almacenada desde hacía más de seis años «sin medidas de precaución», como lo reconocieron las propias autoridades.

Las consultas parlamentarias para designar al futuro jefe de Estado, inicialmente previstas para el jueves, fueron aplazadas una semana por el presidente Michel Aoun.

«Mi mano sigue tendida para trabajar juntos y concretar los llamados a las reformas», reiteró el sábado en Twitter el presidente, después de que los manifestantes rechazaran a menudo sus invitaciones.

En cuanto a Saad Hariri, ex primer ministro que dimitió en el otoño boreal de 2019, en pleno apogeo de las protestas, se mostró ahora dispuesto a liderar un nuevo gobierno.

Beirut, Líbano | AFP | 

 

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