HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Del control social

El control social, propio de ser ejercido por la ciudadanía, debe ser fortalecido y profundizado por ella, en la necesidad de no ser ciudadanos y comunidad un número más en las estadísticas, sino desde la deliberación, la participación democrática activa y el sentido de pertenencia involucrarse mayormente en los distintos asuntos la cosa pública, a efecto de transitar con confianza en búsqueda y encuentro de los caminos mejores a las salidas razonables que faciliten coexistir en todos los escenarios posibles por frágiles que estos sean e independientemente que estén sujetos a las presiones económicas y oscilaciones de la política.

Un verdadero control social requiere, sin importar el entorno ni las distintas posiciones políticas o ideológicas, mantener un ritmo participativo auténtico, legítimo y deliberativo que genere una confianza tal que permita avizorar mejores panoramas en ruta a consolidar gobiernos que cuenten con niveles de aprobación aceptables, importando para lo cual, un genuino vínculo gobierno – comunidad, misma esta que no debe nunca abandonar el interés por lo público, en la comprensión que la falta de un verdadero sentido de control social que alimente una visión crítica al ejercicio del gobierno, es una de las grandes falencias para vigorizar un modelo democrático que vaya más allá del ejercicio del voto en las urnas generando de contera nuevos y más puntuales patrones de exigencia, lo que sin duda potenciará con creces la participación de nuevos grupos sociales más allá de la retórica de las campañas proselitistas.

Necesario es también la vinculación de los diversos organismos de la sociedad civil, medios masivos de difusión y comunicación, empresariado, fundaciones y organizaciones multilaterales, entre otros, con las que bien y mejor puedan construirse espacios superiores para reforzar derechos y despertar conciencias, en lo que los espacios ciudadanos de control social ofrecen grandes ventajas para acercar a los ciudadanos a las decisiones que le atañen por complejas que estas sean.

El mundo hoy demanda la ampliación de derechos sociales, que riñen cada día más con la voracidad de un todo económico cada vez más fiero y competido, lo que hace preciso la implantación de mecanismos innovadores de participación, así como mayores controles sociales que apunten a la rendición de cuentas, la transparencia y el combate a la corrupción, buscando articular ciudadanos – asuntos de gobierno, gran manera de conducir la protesta colectiva que se genera ante los pobres resultados en la agenda pública. A mayor participación, más alternativas de progreso podremos construir.

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