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El reconfinamiento, una «catástrofe» para el mundo de la cultura alemán

La representación acaba de terminar el sábado por la noche en la muy renombrada Opera de Múnich y, antes de que caiga el telón, el barítono Michael Nagy, de 43 años, con lágrimas en los ojos, apenas esconde su emoción ante el público.

A partir del lunes, Alemania, igual que otros países europeos, impone nuevas restricciones ante la propagación de la pandemia, calificadas de «reconfinamiento light» por la prensa. Prevén el cierre durante al menos un mes de  toda una serie de establecimientos, en la gastronomía, el ocio, el deporte y la cultura.

La Opera de Munich está directamente afectada, como en la pasada primavera boreal, y con ella el resto de la cultura en este «país de los poetas y filósofos», que protestan cada vez más.

Los artistas y la orquesta acaban de terminar un estreno de la ópera «Die Vögel» (Los Pájaros) del compositor alemán Walter Braunfels. El recinto puede acoger a 2.100 personas en tiempo normal, pero esta vez medio centenar de espectadores apenas se han desplazado, para alentar a los artistas en la inmensa sala.

– Deprimente y doloroso –

«Estar sentado aquí, en una sala tan vacía, es totalmente deprimente y doloroso» dice Jan Brachmann, de 48 años, que porta su mascarilla. Pese a todo ha querido asistir a este estreno, por respeto hacia «los artistas que lo han preparado».

Para la Opera muniquesa este nuevo cierre es un duro golpe. Su director  Nikolaus Bachler, de 69 años, dice no comprender por qué «los transportes en común» o los «comercios» pueden seguir abiertos en noviembre en Alemania, cuando los escenarios deben cerrar.

«Tenemos un público disciplinado, es posible controlar los riesgos. No es una decisión adecuada», critica.

Ademas, su sala ha pasado con éxito una prueba en septiembre. Tiene derecho a acoger a 500 espectadores en lugar de los 200 autorizados normalmente durante el desconfinamiento del verano en Baviera.

En poco más de un mes no se registró ninguna contaminación al covid-19 gracias al respeto estricto en el recinto de las normas de protección. Sin embargo, la experiencia fue detenida y ahora se produce el cierre total al público.

Esta perspectiva aterra al sector cultural en su conjunto. «Estos últimos meses, tenemos la impresión de tener menos valor que los automóviles, los aviones o los futbolistas» denuncian varios artistas en una carta abierta.

«Los museos son lugares de educación importantes e indispensables para un buen funcionamiento de la sociedad» escriben a su vez los directores de museos en un comunicado.

– «Enojo» –

El célebre trompetista de jazz alemán Till Brönner publicó por su lado un video que se convirtió en viral para expresar su «enojo» ante la falta de apoyo, según él, de los poderes públicos al sector de la cultura y del ocio, que emplea a 1,5 millón de personas y genera ingresos anuales por unos 130.000 millones de euros.

La ministra alemana de Cultura Monika Grütters reconoció su «inquietud» por su sector, que emplea además a varios independientes sin redes de seguridad.

«Aunque las nuevas restricciones son comprensibles» desde el punto de vista sanitario, constituyen «una catástrofe» para el mundo cultural, admitió la ministra.

Incluso el jefe de Estado alemán Frank-Walter Stenmeier intervino en el debate: «La crisis del corona nos recuerda que la cultura no es un producto de lujo para un grupo pequeño, sino un elixir de vida para todos».

El gobierno ha destinado unos 10.000 millones de euros de ayudas suplementarias para los sectores de actividades más afectados en noviembre.

Múnich, Alemania | AFP |

 

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