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Covid-19 disminuyó ingresos en los hogares de Santa Marta

La medición y monitoreo de la calidad de vida de los samarios es el eje misional de Santa Marta Cómo Vamos para así propender por una ciudadanía informada y participativa, políticas públicas y gobiernos efectivos. Para ello, se realiza a través del Informe de Calidad de Vida una medición objetiva bajo la construcción de indicadores cuantitativos y así mismo una medición subjetiva para conocer la percepción y niveles de satisfacción de los ciudadanos en distintos aspectos.

el propósito de este informe es precisamente conocer la opinión de los samarios en cuanto a su calidad de vida y más precisamente sobre su situación económica, optimismo y percepción de pobreza en ocasión a la pandemia actual.

Para tal fin la entidad concretó los principales resultados de dos ejercicios valiosos de medición subjetiva de la calidad de vida que fueron realizados recientemente: la encuesta virtual Mi Voz Mi Ciudad de la Red de Ciudades Cómo Vamos, RCCV, y la encuesta Pulso Social realizada por el Dane.

La primera medición de la encuesta virtual Mi Voz Mi Ciudad fue realizada por la empresa Sensata UX para la RCCV y los programas que la conforman bajo un sistema de muestreo no probabilístico y de autoselección. El periodo de realización de la misma fue entre el 21 de julio y el 18 de agosto del presente año, en el que se realizaron 59.822 encuestas en todo el país de las cuales 2.857 corresponden a la ciudad de Santa Marta.

Por su parte, la encuesta Pulso Social realizada por el DANE fue realizada por entrevista telefónica sobre una submuestra de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) para las 23 principales ciudades del país, entre el 7 de septiembre y el 4 de octubre del presente año con un total de 10.909 hogares encuestados.

OPTIMISMO

En cuanto a la percepción de la ciudadanía sobre si las cosas van por buen o mal camino, se destaca que entre las trece ciudades capitales de la RCCV Santa Marta tuvo la segunda percepción más alta de optimismo, con un 43,9% de los encuestados que manifestaron que las cosas en general en la ciudad van por buen camino. No obstante, también existe una proporción significativa de encuestados que consideraron lo contrario (35,6%) y que ubican a la ciudad en la séptima posición en cuanto al pesimismo.

INGRESOS, EMPLEO Y POBREZA

Respecto a la situación económica de los hogares samarios, un 53,9% de los encuestados manifestaron que sus ingresos actuales no alcanzan para cubrir los gastos mínimos del hogar, siendo esta la tercera mayor proporción entre las trece ciudades capitales encuestadas de la RCCV. Lo anterior da cuenta del efecto en términos de percepción que tuvo la actual crisis económica por causa de la pandemia en los ingresos de los hogares samarios.

La desagregación de la percepción sobre si los ingresos actuales del hogar alcanzan o no para cubrir los gastos mínimos por nivel socioeconómico evidencia que en los hogares de bajos estratos el efecto es mayor. Un 63,3% de los hogares de bajos estratos consideró que sus ingresos no alcanzan para cubrir los gastos mínimos del hogar mientras que un 31,5% de ese grupo manifestaron que sus ingresos alcanzan para cubrir los gastos mínimos.

En términos de empleo, un 69,8% de los encuestados manifestaron que algún miembro de su hogar perdió el empleo que tenía por causa de la cuarentena. Esta proporción fue la segunda más alta entre las 13 ciudades capitales de la RCCV, indicando que la percepción de los hogares samarios en cuanto pérdida de empleo es en términos relativos alta con respecto a otras ciudades.

Adicional a ello, dicha percepción es concluyente con datos objetivos del mercado laboral que evidencian una alta informalidad laboral, una baja participación en la búsqueda de empleo y el número de personas ocupadas más bajo desde 2005.

Junto con la alta percepción de pérdida de empleo por causa de la pandemia evidenciada en la encuesta de la RCCV, cabe señalar también los resultados más recientes de la encuesta Pulso Social del DANE sobre la brecha de género en el empleo. Santa Marta es, entre las 23 principales ciudades del país, la ciudad con mayor diferencia de género entre proporción hombres (19,9%) y mujeres (47,7%) que no realizan tareas laborales o no tienen empleo, indicando así una mayor vulnerabilidad en la población en el mercado laboral.

La autopercepción de pobreza según la encuesta de la RCCV fue del 40% de los encuestados en Santa Marta, siendo la quinta mayor proporción entre las 13 ciudades capitales que conforman la Red.

Un 25,7% de los samarios encuestados manifestó que en su hogar algún miembro (incluido el encuestado) pasó hambre por falta de recursos, esta proporción fue la tercera más alta entre las trece ciudades capitales que conforman la RCCV.

Según la encuesta Pulso Social del DANE, Santa Marta tuvo la tercera proporción más baja de hogares que consumieron 3 comidas al día en los últimos 7 días, con un 45,8% de los encuestados, con una disminución de 48 puntos porcentuales respecto a antes del periodo de cuarentena. La brecha entre la proporción de hogares que antes consumían las 3 comidas y los que actualmente lo hacen es la más alta entre las 23 principales ciudades del país, indicando así la magnitud de la afectación que ha tenido en la ciudad la actual crisis.

CONCLUSIONES 

La comparación de estas cifras respecto a las mediciones objetivas de la calidad de vida muestra convergencia sobre uno de los problemas más urgentes de la ciudad: la falta de empleo que genera una caída de ingresos en los hogares y una situación de pobreza con todas sus implicaciones sociales (alimentación insuficiente, delincuencia, deserción escolar, embarazo adolescente, etc.)

El mercado laboral registra la cuarta mayor informalidad (61.1%) entre las 23 principales ciudades del país y el nivel de ocupación en la ciudad es el más bajo desde 2005. Los datos de pobreza monetaria para 2019 evidenciaron que un 44% de los samarios son pobres según sus ingresos y un 13,5% está en situación de pobreza extrema, ocupando así la cuarta y tercera posición entre las 23 principales ciudades respectivamente.

Los efectos de la pandemia en el bienestar subjetivo y objetivo de los samarios dan cuenta de la necesidad de reactivar la economía para recuperar el empleo y disminuir la informalidad, siendo esta última un problema estructural de la ciudad de más de una década. La actual emergencia económica y social demanda de una mayor articulación público-privada y una mayor efectividad de las políticas públicas a fin de evitar una mayor incidencia de la pobreza en los próximos años.

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