Democracia, participación, sociedad

¿Son los ciudadanos como muchos afirman indiferentes a la política, a juzgar o inferirse lo cual por los elevados índices de abstención electoral?. Firmemente convencido creo que no, sino que soslayan las viejas prácticas, recurren a nuevos escenarios, rechazan en manera creciente los canales tradicionales y llevan “in pectore” un grande sentimiento de desilusión y desencanto con la forma como se desarrolla la política convencional; de allí que con un pronunciamiento fuerte y exigente, las nuevas generaciones de ciudadanos utilizan las herramientas tecnológicas de comunicación para alzar su crítica y exigir respuestas a sus demandas respecto de los asuntos públicos.

En el ámbito político, sostienen analistas sociales, que la ostentación de poder de muchos decrece, debido a que las redes sociales crean mecanismos de participación más dinámicos y formas horizontales no estructurados, sin líderes evidentes, pero con capacidad de convocatoria, articulación y actuación diferenciada en relación con los actores políticos; razón por la que las denominadas funciones democráticas de la sociedad civil (contribuir a un estado más democrático mediante el apoyo y la promoción de programas de impacto nacional, departamental distrital, municipal o local en participación ciudadana) adquieren cada vez más relevancia.

Se soporta lo dicho en el decir de Larry Diamond, cuando afirma que la primera y más importante función democrática de la sociedad civil es proveer las bases para la limitación del poder estatal, así como del control del Estado por la sociedad y finalmente de las instituciones políticas democráticas, como los medios más efectivos para ejercer ese control. Dos aspectos nos indica lo cual, como es seguir y delimitar el ejercicio desmesurado del poder por parte de los Estados democráticos, así como fomentar e impulsar la democratización de los Estados autoritarios que pretenden ejercer trasgrediendo los principios esenciales de la convivencia humana.

Sabemos todos que la sociedad civil expresa problemas, es canal de sectores excluidos, suscita el diálogo, mueve a la ciudadanía, cumple una función de monitoreo electoral, colabora en la formación de liderazgos, proporciona el intercambio de información y es vital en el cumplimiento de compromisos; pero para que pueda cumplir con las funciones dichas, es imprescindible que esté revestida de autonomía del Estado, de la sociedad en su conjunto, de la sociedad política y tener condiciones mínimas para adelantar acciones cívicas.

En estricto sentido la sociedad civil es acicate para el cambio democrático, lo que hace impostergable consolidar una sociedad civil fuerte, independiente, defensora de la ética pública y ejerza como garante de los principios y valores democráticos, a efecto de convertirse en un actor estratégico en nuestros esfuerzos por promover y defender la democracia y los derechos humanos. [email protected]