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El continuo viaje de Carlos Vives a Cumbiana

“La cumbia es colombiana y hay que contárselo al mundo”, es lo primero que dice el historiador magdalenense Guillermo Barreto, quien ha dedicado toda una vida a la investigación profunda sobre eso que llamamos cumbia, y quien unió fuerzas con Carlos Vives, quien también ha labrado su propio camino en esta búsqueda, para presentar ‘Cumbiana, Relatos de un Mundo Perdido’.

Se trata de un libro que acaba de publicar, que complementa lo que ha sido el galardonado trabajo discográfico del mismo nombre que hace poco presentó Vives, así como el documental, ‘El mundo perdido de cumbiana’, siendo apenas un abrebocas de todo lo que falta por descubrir de la cumbia que surgió en Colombia pero que lanzó semillas fértiles a todo el territorio latinoamericano, y más allá.

«La cumbia me ha llevado a descubrir historias fantásticas. Mi primer contacto con ella fue en los carnavales de Santa Marta. Las primeras cumbiambas que recuerdo son las que veíamos pasar, la familia entera, desde la terraza de la casa de mi abuela. También tengo presentes las famosas danzas de la Tecnológica del Magdalena, consideradas las mejores de la ciudad, que se presentaban en la playa para disfrute de los visitantes que se hospedaban en los hoteles más importantes de esa área», comentó Carlos Vives.

La cumbia es el género musical más importante que ha surgido en Colombia y la raíz de muchos otros que se han tomado el mundo. Sin embargo, hasta ahora, no existía un libro de divulgación general que rescatara y contara esta historia, y menos,  con la frescura y sabrosura que lo hace Carlos Vives.

Así como el disco y el documental, el libro ‘Cumbiana, Relatos de un Mundo Perdido’, es un viaje profundo donde se logra, con un interesante ritmo, el poder descubrir el origen de la cumbia, entre la memoria del artista y los apuntes del historiador.

Es poder ir descubriendo ese encuentro que está en nuestro ADN cultural, entre la tradición indígena, la imposición europea y el legado africano que fue traído con violencia a estos territorios, pero que logró compenetrarse con fuerza y hacer un importante aporte a una nueva identidad.

Según Vives: «A mí, hacer vallenato me enseñó que el río Cesar es un afluente del Magdalena. De la misma manera, un libro de la cumbia debe hablar de la presencia y de la importancia de la cultura vallenata, presentada en un imperioso río de historias que recoge, además, el imaginario de la Sierra Nevada  de Santa Marta y su gente. Es decir, el territorio de la cumbia no puede ser más diverso, más fantástico, estratégico, más geográfico. Un cruce de caminos culturales, que desde el principio recibió el nombre de país, de nación».

Es un libro que cuenta con el tono, la emoción y la sorpresa con la que Vives suele contar las historias en torno a su música y las raíces de la misma, siguiendo la tradición de los juglares cantando sus crónicas de vida rural, pero ahora plasmadas en un libro sustentado en la investigación que realizó durante seis años el profesor Guillermo Barreto.

«El vallenato me ha permitido entender muchas cosas y una de ellas es que es hijo de la cumbia. Es como cuando uno conoce a un hijo y él lo lleva a ver a la mamá. El vallenato me enseñó que la mamá era la cumbia», finalizó Carlos Vives.

Vale recordar que el  cantautor colombiano fue galardonado recientemente con tres Latin Grammys 2020 en las categorías ‘Mejor Álbum Contemporáneo/Fusión Tropical’ por Cumbiana, ‘Video Musical Versión Larga’ por El Mundo Perdido de Cumbiana y “Mejor Canción Tropical” por Canción para Rubén junto a Rubén Blades. /Colprensa

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