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Sacerdotes y comunidad oran por la salud del señor Obispo en Santa Marta

El sacerdocio y la comunidad samaria se unieron ayer en oración por la salud de monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval, quien se contagió de Covid-19 y se encuentra internado en una clínica de la ciudad recibiendo la atención médica debida.

Este acto de fe se hizo ante la Exposición del Santísimo y en la  celebración de  la Eucaristía, la cual tuvo lugar en la Catedral Basílica de Santa Marta cumpliéndose con los protocolos de bioseguridad y  fue trasmitido por las redes sociales de la emisora Voces FM.

La oración fue liderada por monseñor Dairo Navarro Escobar, vicario general de la Diócesis de Santa Marta, destacando con mucho fervor lo siguiente:

“Suba hasta a Ti Señor nuestra oración de acción de gracias por la vida de monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval, Obispo de la Diócesis de Santa Marta. La acción de gracias la elevamos a ti Padre de Bondad, confiados en tu infinita piedad, en tu infinita misericordia, cuando estamos culminado este año. Con este incienso  queremos darte gracias Señor por todas las cosas que nos has concedido durante el año, por todas las bendiciones, por todo lo bueno, y por eso te decimos: Te damos gracias Señor, gracias Padre Santo por el maravilloso regalo de la vida, vida que te pedimos en abundancia para nuestro Obispo, vida y salud, te damos gracias por llamarnos a la Iglesia y regalarnos una comunidad, una parroquia y una Diócesis donde nos podamos sentir amados y acogidos.

Gracias Señor por habernos regalado este año, la Palabra de Dios en medio de la pandemia, gozamos de este maravilloso mensaje y tuvimos la oportunidad de experimentar que nuestras familias se hicieron pequeñas iglesias, gracias Señor por los dones que has derramado en nuestra existencia y permitir compartirlos con los demás.

Gracias por tu amor y misericordia que se ha manifestado en cada regalo, no todo lo hemos entendido, pero te agradecemos por no abandonarnos  en los momentos de dolor y oscuridad, gracias porque tu escuchas las oraciones de nuestro pastor,  quien ha dicho en su carta, ofrezco por ustedes el sufrimiento y este momento de adversidad, y es que el dolor por el dolor  es tragedia, pero el dolor por amor, es redención, es purificación, salvación, perdón, es paz y armonía, gracias Señor por darle la fortaleza de ofrecerse y cuando sus fuerzas físicas se minimizan  es un corazón grande el que late para entregarse totalmente, para ofrendar el sufrimiento y la incomodidad, dolor por dolor es tragedia, dolor por amor es redención, así lo enseñaste tú Padre de bondad en la cruz, dolor que redime, sufrimiento que redime, que hoy se convierte en dolor y sufrimiento que sana,  restaura, revitaliza y reconforta.

En el colorido de estas flores que ponemos a tus pies, queremos representar amado Dios, los colores que pedimos para el año por venir, una vida llena del colorido de tu amor, del color de tu gracia, de los colores de  la armonía, de la paz, la abundancia y prosperidad, unos días nuevos llenos del colorido de la salud para nuestro Obispo. En el momento de la petición elevamos hacia ti nuestra suplica confiada con toda la comunidad eclesial,  la Diócesis, con amigos, familiares y seres queridos de Monseñor, una súplica convertida en oración, una alabanza que se torna en canción, una súplica que sabe de dolores y pasión, pero sobre todo una súplica que encuentra la respuesta amorosa del Dios, que todo lo puede.

No venimos a pedirte dinero, ni cosas materiales, queremos encomendarnos para que seas tú, quien nos acompañe durante el año por venir, y nos permita ver la luz al final de tanta oscuridad, que nos permita ver la claridad en medio de tanto desasosiego, tu eres luz, camino, eres verdad, eres vida, Cristo hombre, camino por el que vamos, Cristo Dios, patria que anhelamos, por ti vamos hacia ti, Jesús, tu eres nuestro camino, nuestro puerto seguro, por eso en ti y solamente en ti queremos confiar para que seas tú guiando y direccionando a los médicos y enfermeras que cuidan los enfermos en todo el mundo y en nuestro país, aquellos que cuidan también la salud de nuestro Obispo.

Cuando finaliza el año, mi Jesús Sacramentado, tenemos muchas cosas por pedir. No creemos en agüeros, tampoco en supersticiones, creemos en tu misericordia y piedad, atiende Señor nuestras súplicas y ruegos, es el cantico de toda una comunidad que se eleva a ti, una Diócesis que de rodilla clama a ti, nuestro Dios, nuestro Señor, porque creemos en ti, sabemos que tú lo puedes todo, tu nos das más de lo que nosotros somos capaces de pedirte, escucha nuestra súplica confiada, y nuestro ruego amoroso, nuestra plegaria, ésta que te ofrecemos desde nuestro corazón.

Estamos orando por nuestro señor Obispo, padre y pastor, un hombre lleno del amor de Dios, un hombre servicial, un hombre cercano, durante toda la pandemia vimos esa cercanía del padre y pastor con sus sacerdotes, con la comunidad. Es más su caridad fue puesta en práctica, a través de la Pastoral Social, asistiendo con mercaditos y ayudas económicas  a la comunidad y sacerdotes necesitados, es más estaba programado el Retiro Espiritual para el mes de noviembre y el mirando el comportamiento del virus y para que no se contagiaran sus sacerdotes lo aplazó, cuidándonos a nosotros. Todos los días llamaba a un grupo de sacerdotes por teléfono, preocupado por el bienestar integral de ellos y la comunidad, varias veces me llamó para preguntarme cuál sacerdote no tenía seguridad social y cuando se enteraba de algo, el mismo lo llamaba y trataba de resolver ese problema, pero fueron pasando los días y Monseñor quería escuchar a sus sacerdotes, pero más que eso, quería ver cara a cara a sus  sacerdotes y por eso,  quiso reunirnos, cuidando siempre la salud del sacerdocio, pero miren ustedes el sabía el riesgo que estaba corriendo, pero su amor a la Iglesia, a Dios, y a sus hermanos sacerdotes, lo llevó hacer estas reuniones, no sabemos en qué momento se contagió nuestro Obispo, pero hay que destacar ese amor y cercanía, no le importó correr riesgo, allí vimos a este buen pastor  acompañando a sus ovejas, exponiendo su vida por cada uno de nosotros. Él desde la clínica nos envió un mensaje: que ofrecía ese dolor, esas molestias de la enfermedad por la santidad de todos nosotros,  allí se cumple las palabras del Papa Francisco, nuestro padre, Obispo, es un pastor con olor a oveja, hoy nosotros oramos por su salud.  Le pedimos al Todopoderoso que le conceda la salud que tanto necesita y se convoca seguir orando por su salud.

La doctora Claudia le dijo al canciller de la Diócesis, que amaneció  (ayer) pidiendo un espejo, una cuchilla de afeitar y preguntando como le había ido al Cali, amaneció bien, se está recuperando, gracias a Dios y por las oraciones de ustedes”.

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