HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Las alzas en pandemia

Mucho cuidado, tendrán que tener, no solo los organismos gubernamentales encargados de la prestación de servicios, sino también los empresarios privados, al pensar en aplicar alzas en los costos de bienes y servicios, así como en los tributos.

Ya se nos vino el incremento a la gasolina ($160), el reajuste de los avalúos catastrales (3%) y vendrán los servicios públicos, los peajes y los prediales, y de ahí toda la cadena restante.

No hay que perder de vista de que el año 2021 parte después de una calamitosa situación económica derivada de la pandemia, en donde se cree que la pobreza se incrementó en 10 puntos porcentuales y el desempleo llegó a niveles insospechados, hechos que marcaron también una caída del consumo interno y que significó que la inflación se redujera a niveles históricos (1,61%).

Con estas premisas, de pobreza generalizada, crecimiento económico negativo e inflación reducida al mínimo, no es posible que se apliquen alzas a una economía totalmente deprimida y sin aliento.

Si la estrategia debe estar encaminada a recuperar el empleo, pues es necesario restablecer 1,6 millones de plazas, los empresarios no pueden estar agobiados por las alzas desbordadas ni por el incremento de tributos, pues no va a quedar espacio para la inversión que se requiere para la recuperación económica.

En tiempos de crisis tienen que venir los incentivos, no las cargas que impidan salir del atolladero. En Estados Unidos y en Europa se han puesto en marcha programas de apoyo y estímulo, que han sido concertados con los gremios de la producción para que generen el impacto esperado en el menor tiempo posible, pues el desempleo y la pobreza no dan espera.

No podemos desconocer, que durante la pandemia, en Colombia se tomaron muchas medidas económicas que ayudaron para que el impacto no fuera aun peor, pero en estos momentos, cuando se recupera la normalidad y cuando la vacuna esta por aparecer, hay que pensar en los seriamente afectados para que tengan respiro y estímulo para poder resurgir de entre los escombros, en donde los ha colocado la pandemia.

Toda época de crisis exige sacrificios, y lo mas prudente es no pensar en cargas, sino en descargas, para que todos aquellos que se encuentran poniéndole el pecho al sector productivo, tengan elementos de estímulo que les permita, a unos continuar y a otros volver a comenzar, después de haberlo perdido todo.

Los ritmos definitivamente han cambiado y no podemos pensar de ninguna manera en alzas automáticas, cuando sabemos que ello va a ocasionar un impacto negativo en las urgencias de la recuperación. Este tiene que ser un año de ajuste, en donde la prudencia esta llamada a hacerse sentir.

*Abogado  

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