HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Después de 70 años, cerró el Liceo del Caribe

En la carrera 12ª con calle 10, en el barrio Miraflores, se encuentra la sede del Liceo del Caribe, uno de los establecimientos educativos que fue considerado como de los principales cultores de la educación en la Región Caribe.

En 1969, un año después que el ‘Hombre conquistó la Luna’, el Liceo del Caribe graduó su primera promoción de Bachilleres en honor al profesor Arturo Vives Pereira, uno de sus fundadores.

Por: 
TONNY  
PEREZ MIER 
Editor 

Sentimientos encontrados entre sus egresados y mucho dolor y tristeza ha causado entre la comunidad samaria, del Magdalena y la región, el cierre inesperado de una de las instituciones educativas con mayor renombre y tradición en esta zona del país: el emblemático colegio Liceo del Caribe.

Por décadas fue una institución con indiscutible liderazgo de disciplina y formación académica. Donde se forjaron intelectualmente destacados profesionales que hoy sobresalen en distintas actividades humanas.

El cierre del Liceo del Caribe con más de 70 años de funcionamiento, no ha sido asimilado por los samarios. Todos recuerdan que allí antes los cupos no alcanzaban para atender la demanda educativa de la región. Por eso, la selección de sus alumnos las hacía personalmente su rector Rafael F. Guerra, quien con su sola estatura (decían que medía 2 metros y calzaba 48) infundía no solo respeto, sino una admiración por el maestro.

El Liceo del Caribe es una institución educativa que marcó un hito en la educación privada del antiguo Magdalena Grande, integrado por los hoy departamentos del Cesar y La Guajira, y desde luego el Magdalena

Allí se forjaron muchas personas que hoy son ejemplos de la educación que se impartió. Personas que llegaron con la esperanza de abrir caminos y allí recibieron las bases educativas y humanas para ser quienes hoy llevan en sus hombros la responsabilidad de sus profesiones y de dejar bien sentado el nombre del Liceo del Caribe.

Como todos los samarios y foráneos lo reconocen, era un colegio que no hacía alarde de grandeza, ni ostentaciones, pero la persona que terminaba allí, salían preparadas, muchas veces eran aceptados sin hacer los exámenes de admisión en las universidades públicas y privadas del país, porque conocían de la calidad de educación que se impartía.

Su última ubicación fue en la carrera 12ª No. 10 – 13 en el barrio Miraflores, en las goteras del Mercado Público de Santa Marta, fue ejemplo para el rescate social de esa zona, donde imperaba el desconsuelo, donde los líos y las peleas eran el pan de cada día, pero con la llegada del establecimiento educativo, cambió la idiosincrasia del sector.

EL CIERRE

Aunque se desconocen las causas reales de su cierre para la vigencia del 2021, muchos afirman que el nacimiento de los magacolegios, la recesión económica y por último las consecuencias que trajo consigo desde principio del 2020 la pandemia del Covid – 19, que obligó a la educación virtual, terminaron siendo los factores decisivos para el cierre.

UN COLEGIO MODELO

“Es uno de los establecimientos educativos con mejor sistema de aprendizaje que se vio en Santa Marta. Allí no se tenía en cuenta las banalidades, se iba a estudiar y si usted terminaba ileso iba y por ventanilla le entregaban su diploma sin necesidad de poner a correr a los padres en vestuarios o fiestas de grado”, dijo el egresado Douglas Daza Barrera.

Sujey Salas también egresada, no deja de sentir nostalgia de los que en la calle y los medios se dice del cierre del colegio que le enseñó a ser persona en toda la integralidad de la palabra. “Allí no solo se aprendía las materias del pensum académico, sino que las enseñanzas de vida para sabernos comportar también fueron factores determinantes en la vida de los egresados”.

Pero no solo los egresados lamentan el cierre del colegio, el vecindario, aunque quedan pocas familias, porque el sector ha sido comercializado, y lo que aún quedan, sintieron nostalgia cuando se les dijo en la entrevista que este año no iba a funcionar por los factores ya expuestos.

“Ayyy, no sabía que el colegio este año no iba a funcionar, yo sí sabía que por cuestión de la pandemia, ya no tenía ese gran número de estudiantes, porque las clases virtuales como que no estaban dando resultado, pero de allí a que lo cierren, es una pena grande para el sector de la educación de Santa Marta”, dijo doña Etelvina García Vega, matrona que reside en la zona.

Como un salvavidas para que siga funcionando en medio de la adversidad, muchos de los consultados solicitaron a los herederos que hagan un último esfuerzo con tal de mantener en pie y funcionando el legado educativo que dejó el profesor Rafael Guerra Maestre, de un colegio bien certificado que llegó a tener hasta 1.600 estudiantes en las dos jornadas.

RESEÑA HISTÓRICA

El licenciado Reinaldo Rafael Robles Lizcano, (graduado en Ciencias Sociales, Económicas y Políticas de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Nacional de Colombia) quien desde 1976 estaba vinculado con el colegio, del cual llegó a ser el Coordinador General hasta hace pocos años, nos colaboró en la redacción de esta reseña histórica del Liceo del Caribe, la que tituló ‘Lidelca de mis amores…’

Recordó que, en el primer año de la década de 1.950 dos amigos de la región, graduados de la Normal Superior de Bogotá, cristalizaron el mayor ideal de un maestro: fundar una Institución Educativa, para servir a la comunidad.

“Fue así como Rafael Guerra Maestre y Arturo Vives Pereira, el primero oriundo de San Juan del Cesar y el segundo de la ciudad de Santa Marta, materializaron una institución educativa que marcó un hito en la educación privada del antiguo Magdalena Grande y después de la división territorial, del Departamento del Magdalena”, sostuvo Robles Lizcano.

Recordó que, inicialmente y durante muchos años la planta física estuvo localizada en la calle 18, o Calle del Pozo, entre carreras 2ª y 3ª, con una innovación como fue un internado que acogió a estudiantes de los actuales departamentos del Cesar y la Guajira.

Bajo una filosofía neoliberal el Liceo del Caribe llegó a estructurarse y proyectarse como uno de los colegios privados de mayor nivel académico de la Costa Atlántica, testigos de lo anterior son los exalumnos que han formado parte de la vida política, económica y cultural de Santa Marta, del Magdalena y de Colombia.

Los anteriormente nombrados licenciados Guerra Maestre y Vives Pereira se turnaban la rectoría del colegio anualmente, hasta el fallecimiento del segundo nombrado, cuando el primero de ellos con la asesoría de doña Marta Aguado de Vives, esposa del difunto, acompañó hasta su muerte el ideal de su difunto esposo.

Con un horario de clases tradicional de 8:00 a 11:30 a.m.  y de 2:00 a 5:00 p.m., los alrededores del Parque de Los Novios o General Santander, puerta de entrada de estudiantes, se veía colmado de jóvenes ansiosos del conocimiento impartido a nivel de primaria y hasta 4º de bachillerato inicialmente por un grupo de reconocidos docentes, que durante muchos años acompañaron el proceso educativo.

La actividad lúdica y recreativa así mismo la Educación Física se practicaba en el llamado Campo de los ´gringos´, aledaño al Colegio de la Presentación de la ciudad de Santa Marta, conocida popularmente hasta hace unos años como la Cancha de Los Troncos, donde se organizaban los torneos de chequita, fútbol y béisbol.

Ante el crecimiento de la población estudiantil tomaron la decisión de buscar un local mucho más amplio y fue así como se trasladaron al local ocupado por el colegio del profesor Agustín Iguarán ubicado en la calle 12 carrera 11 esquina, y posteriormente reacondicionado hasta ocupar toda una cuadra, y así mejorar el servicio educativo.

NACIMIENTO DE LA EDUCACIÓN MEDIA

En el año 1.968 se toma la decisión de abrir el ciclo de educación media, iniciando con el 5º de bachillerato, y al año siguiente, cuando el hombre llegó a la luna, el Liceo del Caribe graduó su primera promoción de Bachilleres en honor al maestro Arturo Vives Pereira, uno de sus fundadores.

En 1.976 se vincula a la institución el Licenciado Reinaldo Rafael Robles Lizcano, exalumno de la primera promoción de bachilleres, graduado en Ciencias Sociales, Económicas y Políticas de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Nacional de Colombia y profesor del colegio de la Presentación de Sans Façon de Bogotá, quien se encarga al año siguiente de la Coordinación General haciendo una reestructuración institucional total.

“Modifiqué los horarios y se dio paso a las dos jornadas, Primaria, 6º, 10º y 11º grado en la jornada de la mañana y 7º, 8º y 9º en la jornada de la tarde, permitiendo una mayor ocupación de la planta física, alcanzando en pocos años una matrícula de más de 1.600 alumnos, que en su momento fue considerado como una cifra récord”, sostuvo.

Según Robles Lizcano, teniendo en cuenta lo anteriormente planteado, los logros académicos de esta institución educativa permitieron proyectar al colegio hasta el punto que algunas universidades privadas de prestigio en Colombia aceptaban matricular a los egresados del Liceo del Caribe sin exámenes de admisión.

“Al fallecer el Licenciado Rafael Guerra Maestre y dos años más tarde mi retiro voluntario, después de 40 años de servicio, los herederos de ambas familias se hicieron cargo de la institución educativa hasta el año inmediatamente anterior donde anunciaron el cese de actividades académicas, quedando el nombre del Liceo del Caribe solamente en la historia de la educación del Departamento del Magdalena y de Colombia”, puntualizó con un dejo de nostalgia el licenciado Reinaldo Robles Lizcano.

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