HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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El ‘dossier’ de ‘La Silla’ en EE.UU.

Una agente encubierta de la DEA construyó un indictment ante la Corte del Distrito Este de Texas, y un fiscal del mismo estado lo pidió en extradición.

Por 
JUAN DAVID  
LAVERDE PALMA 

En 2018, antes de que hubiera mayor atención nacional sobre Elkin Javier López Torres, este habría dado una declaración que ayudó a las autoridades a resolver el rompecabezas de la organización narcotraficante que él dirigía, señalada de controlar el 40 % de la cocaína que salía del Magdalena.

“La organización narcotraficante ha sido responsable de la importación de grandes cantidades de cocaína a Estados Unidos. Específicamente, la organización opera en Colombia, República Dominicana, las Bahamas, México y otros lugares, y tiene vínculos con ciertos carteles de drogas, incluso con el Eln, Clan del Golfo y Los Pachencas”. Así reza el expediente contra Elkin Javier López Torres, conocido como la Silla, señalado de controlar el 40 % de la cocaína que salía del Magdalena y pedido en extradición desde 2019. El Espectador conoció las pruebas que se recopilaron en Estados Unidos de sus supuestos envíos de cocaína, así como los detalles de una entrevista en la que él mismo acepta su recorrido criminal.

Aunque logró pasar de agache por mucho tiempo, la Silla —alias que recibió por la silla de ruedas en la que se moviliza— llamó la atención nacional hace casi dos años, cuando el presidente Iván Duque lo acusó de estar detrás del asesinato del médico Alberto Tico Aroca en Valledupar, algo que López Torres niega. Luego, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró que fue uno de los financiadores de la fallida incursión armada con la que pretendieron derrocarlo el año pasado, la Operación Gedeón. Tras más de un año detenido, el Gobierno firmaría la extradición de Doble Rueda, como también es llamado, esta misma semana, supo este diario.

En septiembre de 2019, ante la Corte del Distrito Este de Texas, un fiscal del mismo estado declaró mediante un indictment (acusación): “Doy fe de que las pruebas indican que López Torres es culpable de los delitos por los cuales se solicita la extradición”. En concreto, los delitos son elaboración y distribución de cocaína con el conocimiento de que sería llevada a EE. UU., concierto para importar la misma droga ilegal a suelo estadounidense y, por último, concierto para poseer el estupefaciente mientras se estaba a bordo de embarcaciones sujetas a la jurisdicción de ese país. Las tres conductas, por cinco kilos o más de cocaína, lo cual agrava el crimen todavía más.

Un mes antes, la Silla había citado a medios de comunicación de Barranquilla a una inusual rueda de prensa para defenderse de los señalamientos públicos del presidente. Negó que fuera narcotraficante y dijo que su fortuna venía de negocios de construcción. No obstante, en marzo de 2018, él mismo habría rendido una entrevista con las autoridades de Panamá en la que aceptaba que era un narcotraficante: “López Torres se había enterado de que estaba siendo investigado en los Estados Unidos y Colombia y admitió su deseo de cooperar con la investigación”, reza la declaración jurada de Tiffany Hernández, agente de la DEA que le siguió por años la pista a esta organización.

“Durante esa entrevista, López Torres admitió que era miembro de la organización narcotraficante y traficante de cocaína en el área de Magdalena, Colombia”, añade el documento, que es una de las pruebas en contra de la Silla. Fue allí, también, que dijo que su organización estaba conformada por alrededor de ochenta hombres armados ¬como ha contado este diario¬, quienes cobraban por garantizar un paso seguro de la droga a La Guajira y “explicó que, entre otras cosas, su célula proporcionaba seguridad armada para embarques de drogas marítimos que zarpaban de Santa Marta, por lo que cobra aproximadamente $500.000 por kilogramo de cocaína”.

El abogado de la Silla ha dicho que su cliente no piensa colaborar con Estados Unidos, pero a las autoridades de ese país su confesión en Panamá les resultó clave para lograr esclarecer cómo operaba este grupo criminal. “La organización narcotraficante usa una sofisticada infraestructura y métodos para elaborar, adquirir, almacenar, transportar y distribuir múltiples toneladas de cocaína destinadas a los EE. UU. Utiliza lanchas rápidas, embarcaciones de carga, embarcaciones pesqueras, botes sumergibles, aviones, camiones de remolque y otros medios para transportar grandes embarques de cocaína”, detalló la agente Hernández en el indictment.

Precisamente, con la incautación de grandes alijos de cocaína en dos lanchas rápidas fue que logró vincularse a la Silla con el narcotráfico. Las autoridades venían interceptando desde 2014 sus comunicaciones y las de su círculo, que incluye a Rafael Yesid Rodríguez Mesa, alias Peruano, quien sería su segundo al mando y el encargado de “coordinar las operaciones de tráfico de cocaína e informar el estado de embarques de cocaína”, según EE. UU.; alias Triptón, también en labores de coordinación; mientras que las funciones de Jhosef, Maracucho y Josimar, supuestamente, eran “despachar las lanchas rápidas cargadas de cocaína, reclutar tripulaciones y manejar otra logística”.

La primera incautación con la que se logró vincular a la estructura de la Silla fue el 14 de noviembre de 2014. Ese día, la Guardia Costera de los EE. UU. (USCG) interceptó una lancha rápida cerca de República Dominicana. “Era una embarcación apátrida, que no portaba bandera, nacionalidad, número de registro, puerto de origen o documentos”, dice el indictment. Cuando la USCG se acercó, los tripulantes comenzaron a tirar paquetes por la borda, que las autoridades luego recuperaron. Resultaron ser 850 kilos de coca. Después de esa operación, López Torres y Peruano hablaron por teléfono del “contratiempo” reciente; y Maracucho y Josimar, del arresto del capitán de la lancha.

La segunda operación ocurrió casi un año después: el 16 de octubre de 2015, cuando la USCG patrullaba aguas internacionales y 92 kilómetros al norte de La Guajira se cruzó con una embarcación con las mismas características. En una rápida requisa encontraron 440 kilos de coca. El 20 de octubre, Peruano, Triptón y otros hombres expresaron su preocupación porque los tripulantes de la embarcación no les contestaban el teléfono satelital, quedando en evidencia, pues sus comunicaciones fueron interceptadas. Al día siguiente, Triptón también dijo que “los americanos” habían incautado la droga que acababan de despachar esa semana.

Con estas evidencias, la agente Hernández sentenció en su declaración: “Por la información obtenida de López Torres y otras fuentes cooperadoras, comunicaciones de la organización narcotraficante interceptadas legalmente, incautaciones de drogas y efectivo a los miembros de la organización, los patrones de tráfico y el uso prevalente de la moneda estadounidense, las pruebas establecen que López Torres intentaba y sabía que la cocaína que él distribuía y confabulaba para distribuir y transportar a bordo de embarcaciones sujetas a la jurisdicción de Estados Unidos serían importadas ilegalmente a Estados Unidos”. (Tomado de El Espectador)

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