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Celebre con moderación  y reciba bien el 2018

Diciembre es un mes de excesos alimenticios; la comida rica en calorías es la más consumida y por eso, los especialistas recomiendan mucha agua y hacer actividad física.

 

Por ello, es mejor saber cómo prevenir los excesos desde un punto de vista médico, y qué se debe hacer realmente cuando ya ha excedido los límites.

 

La temporada de fin de año es para celebrar, compartir, reflexionar y por supuesto, también para comer; de acuerdo con los expertos, en la época de fin de año es donde más cambian los hábitos alimenticios, se acumula grasa corporal y se sube de peso, debido a que hay una mayor ingesta de alcohol, grasas y carbohidratos.

Controlar los excesos de diciembre no es fácil, nada fácil. Se trata de una peligrosa época en cuanto a nivel nutricional se refiere, ya que quien más y quien menos, a pesar de poder poseer una gran fuerza de voluntad, acaba pasándose por una u otra razón (en muchos casos, por presión social directa o indirecta).

Aunque todos conocemos sobradamente cuáles son esos excesos: demasiada comida (muy calórica), junto a demasiadas bebidas (mayormente azucaradas y/o alcohólicas), la realidad es que año tras año se repiten. Y esto no es lo peor, sino que al día siguiente se producen las resacas y los dolores gastrointestinales y se acaba buscando ayuda de manos del ‘Dr. Google’ con el objetivo de mejorar el estado general, en muchos casos cayendo en algunos mitos anti-resaca o con dietas “desintoxicantes”.

Por ello, es mejor saber cómo prevenir los excesos desde un punto de vista médico, y qué se debe hacer realmente cuando ya ha excedido los límites.

Consumir poco licor, evitar las gaseosas o bebidas azucaradas, tomar mucha agua son algunas de las recomendaciones para comer sano durante las fiestas, al igual que es importante hacer actividad física al menos tres veces a la semana.

Se aconseja tener un calendario en el que se subrayen los días en los que la ingesta de alimentos aumentará como el 31 de diciembre. Hacer ejercicio mínimo tres veces o 150 minutos a la semana ayuda a mantener un balance en el cuerpo.

 

COMIDA CALÓRICA

En todas estas comidas (sobre todo en casa), se suele hacer un tremendo exceso de la misma que muchas veces se usa al día siguiente porque es imposible acabar con ella. Se trata en muchos casos de entrantes relativamente pequeños, pero en gran cantidad, previos a la “comida principal”. Dichos entrantes suelen basarse en pan, quesos, carnes grasas y un largo etcétera.

El consejo principal en estos casos es planificar bien las comidas. La tendencia a la ganancia de kilos durante estas fechas es que, aún sabiendo que ese día la comida y/o cena será excesiva, el resto del día se sigue comiendo igual o peor. Esto, al final del día, implica que probablemente hemos duplicado el consumo calórico.

Celebre con mesura y no descontrole su organismo; evite la excesiva ingesta de alcohol, grasas y carbohidratos.

 

Por otro lado, debemos intentar priorizar frutas y verduras en las comidas, ya que ambos tipos de alimentos tienden a comerse en crudo y en cantidad; por ello, entre su bajo contenido calórico y su poder saciante, su consumo puede ayudarnos a refrenarnos respecto a otros alimentos menos interesantes nutricionalmente (y más calóricos).

Además de tener en cuenta la cantidad, también deberíamos tener en cuenta la calidad de lo que se come. Por ejemplo, intentar priorizar las carnes más magras (pavo, pollo o conejo) respecto a las más grasas. Aunque la grasa por sí misma no ha demostrado ser perjudicial, muchos estudios sí han relacionado el exceso de grasas saturadas con enfermedad cardiovascular, e incluso con el cáncer, aunque siempre se trata de grasas en alimentos altamente procesados como pizzas, hamburguesas y demás comida rápida.

 

SIN GUAYABOS

Respecto a las bebidas alcohólicas, aunque durante mucho tiempo la Organización Mundial de la Salud ha afirmado que es saludable consumir entre una y dos dosis de alcohol al día (una cerveza o una copa de vino equivaldrían a una dosis), la verdad es que la típica frase “beber con moderación” es una falacia, un grave error por parte de la comunidad médica, ya que ninguna dosis de alcohol ha demostrado mejorar la salud sino todo lo contrario.

De hecho, recientemente, un informe de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) afirmó que incluso una única dosis de alcohol al día puede aumentar el riesgo de hasta siete tipos de cáncer diferentes.

La resaca es el principal dolor de cabeza, luego de una divertida celebración; no se engañe con el café para salir de ella, sino que hidrátese en la mayor cantidad posible.

 

Los estudios lo tienen claro: la mejor forma de prevenir la resaca es no beber, o beber en poca cantidad; es un mito el hecho de que consumir alimentos ricos en grasa puedan evitar la resaca porque “ralenticen la digestión”, y otras falacias de este estilo. No hay nada que pueda prevenir este mal, excepto no beber. Y no, el café no ha demostrado solucionar este estado post-embriaguez, ya que tan solo produce un engaño al cerebro haciéndole creer que la situación mejora cuando la realidad no es tal.

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