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Bolsonaro cambia otra vez al ministro de Salud

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció que nombrará al cardiólogo Marcelo Queiroga como ministro de Salud, el cuarto en ocupar el cargo durante la pandemia, en momentos en que el sistema sanitario está al borde del colapso por el coronavirus, que deja casi 280.000 muertos. 

«Fue decidido ahora en la tarde designar al médico Marcelo Queiroga para el ministerio de Salud», dijo Bolsonaro en un breve encuentro con sus simpatizantes en el palacio presidencial de Alvorada. El proceso de transición «debe tomar una o dos semanas», agregó.

COMPRA DE VACUNAS 

El gobierno brasileño anunció la compra de 100 millones de dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech, que deben ser entregadas hasta septiembre, en el plan para acelerar la inmunización contra el coronavirus que ya dejó casi 280.000 muertos en el país.

El ministro de Salud, Eduardo Pazuello, anunció igualmente en una conferencia de prensa la adquisición para el segundo semestre de 38 millones de dosis de la vacuna de Janssen, de aplicación única, de la farmacéutica estadounidense Johnson & Johnson.

Con las compras anunciadas este lunes, Brasil tiene encargadas 562,9 millones de dosis de vacunas que deben ser entregadas hasta fin de año, indicó el ministro.

El número contrasta con el lento inicio de la campaña desde mediados de enero, con interrupciones en algunos estados debido a los retrasos en las entregas. Pero la aceleración debería ser escalonada, pues la mayor parte de las dosis llegarán en la segunda mitad del año.

Hasta el momento, 9,8 millones de los 212 millones de brasileños recibieron la primera dosis (y 3,6 millones recibieron la segunda) de algunas de las dos vacunas disponibles en el país, la CoronaVac del laboratorio chino Sinovac y la sueco-británica AstraZeneca.

Pazuello participó en la conferencia de prensa después de un fin de semana plagado de rumores sobre su partida inminente del ministerio, como fusible de la caótica gestión de la pandemia por el gobierno de Jair Bolsonaro.

El presidente ultraderechista minimizó la enfermedad, promovió aglomeraciones sin mascarillas y sembró dudas sobre las vacunas, llegando a decir que alguna de ellas podrían provocar alteraciones genéticas y convertir a un paciente en un «caimán».

El mandatario, de 65 años, se negó a decir hasta ahora si pensaba vacunarse, aunque la semana pasada dio señales de modificar su postura, presentándose con mascarilla en un acto oficial. /AFP 

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