HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

La Paz vista desde afuera

 

En medio de un país tan polarizado respecto del tema de la Paz que hay poca cabida para el diálogo entre las posiciones contrapuestas y priman las mentiras y las exageraciones sobre los hechos, es útil escuchar cómo ven el proceso desde afuera y cuál es la visión de observadores externos que no están sesgados por los intereses partidistas de una campaña electoral en la que abundan las falsas noticias.

Dos de estos observadores cualificados son los expresidentes Felipe González, de España, y José Mujica, del Uruguay, quienes como integrantes de la Comisión de Verificación y Seguimiento del Acuerdo de Paz estuvieron en el país la semana pasada e hicieron importantes declaraciones sobre el proceso. (https://youtu.be/kefO0qk-mGs)

Ambos tienen credenciales suficientes para aconsejar sobre la construcción de la Paz. Mujica, porque combatió como guerrillero, fue encarcelado durante 14 años y torturado, pero decidió pasar la página y no vengarse de sus verdugos, construir el futuro en lugar de mirar con rencor el pasado.

Esto dijo: “Hay mucho dolor y mucha deuda, pero hay mucho más porvenir. O tienes el coraje de mirar hacia lo que va a venir o sigues mirando hacia atrás y continuas con 50 años de despilfarro y de cultivar odios (…) El pasado nunca ha sido reparable, lo que es enmendable es el porvenir. Piensas en tus abuelos o piensas en tus hijos, ese es el desafío que hay por delante”.

González, porque ha colaborado en todos los intentos de negociar con las guerrillas que han hecho todos los presidentes colombianos desde Belisario Betancur. Insistió en que “todos los presidentes que he conocido han intentado pactar con las Farc, el ELN”, y por eso le sorprende que el expresidente del Caguán y el que liberó al guerrillero Granda, que fracasaron en sus intentos de negociación, ahora se opongan a lo que ha logrado Santos.

Desde su perspectiva internacional, y más allá del parroquialismo del debate en Colombia, ambos destacan la trascendencia de haber desmovilizado a la guerrilla más antigua y más grande del mundo. “La trascendencia del Acuerdo es mayor que el debate sobre sus contenidos o los problemas en su implementación”, dijo González, y recalcó que a diferencia de otros procesos de paz en el mundo en el caso del colombiano, “Nunca un Acuerdo de paz tuvo tanta observación y verificación” y “nunca había pasado que en un acuerdo se pusiera de primero a las víctimas”.

Mujica, recalcó la importancia para la región: “Si este proceso de paz de Colombia fracasa, fracasa la historia de América Latina”; y también para Colombia pues afirmó que “Es imposible pedirle a una sociedad que tenga políticas de equidad y justicia, que atienda los problemas más graves de problemas de pobreza, de salud, de injusticias sociales, si mantiene una realidad de guerra con un presupuesto fenomenal que le come gran parte de su esfuerzo”.

La experiencia de la guerra en Uruguay le permite a Mujica decir que: “La construcción de un país serio pasa por suturar el problema de la guerra y transformarse en una sociedad que aprenda a convivir, y deje el odio por el camino y aprenda la tolerancia y la convivencia”.

Desde afuera ven con mejor perspectiva la importancia del Acuerdo de Paz y nos siguen invitando, como ya lo hizo el Papa Francisco, a reconciliarnos y a mirar el futuro. Aceptemos la invitación.

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