HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Mafiocracia

 

El término fue acuñado por primera vez en América Latina por el argentino Pino Solanas como una forma de describir el funcionamiento del gobierno de Carlos Menem en cuanto a los negocios, la corrupción y la forma de hacer política. El concepto fue usado en el documental “Memoria de un Saqueo” que narra cómo durante 15 años la Argentina sufrió un robo sistemático en lo económico, social y cultural.

La palabra “mafia” se refiere a organizaciones secretas, pandillas de crimen organizado, que tiene su origen etimológico en Sicilia.

Los árabes invadieron la isla entre el siglo VIII y IX y dejaron la expresión “Mahya” que traduce ‘bravuconería, jactancia’ y la expresión “Mu’afah” que significa “protección de los pobres”.

También se entiende la Mafia como apócope de la ‘Mía Famiglia’.

La Mafia, ya no como palabra sino como expresión de una realidad que afecta a la humanidad, se percibe como un grupo de personas que genera beneficios para quienes hacen parte de él, siempre y cuando sigan un código de conducta “mafiosa”. Se obtiene protección y ganancias económicas en el desarrollo de “La Cosa Nostra”, es decir, de sus “negocios”.

Al revisar el significado de la palabra Mafia es evidente la relación con otro concepto: el de la corrupción política. Y encontré este significado descrito en el libro Estado y Corrupción, del profesor José Hernández Gómez, como “cualquier acto desviado de cualquier naturaleza con fines económicos o no, ocasionada por la acción u omisión a los deberes Institucionales de quienes debían procurar la realización de los fines de la Administración y en su lugar, los impide, retarda o dificulta”.

La corrupción y la mafia se encuentran en estas acciones también: uso ilegítimo de información privilegiada, sobornos, tráfico de influencias, extorsiones, prevaricación, caciquismo, nepotismo, despotismo y un largo etcétera.

A los mafiosos les gusta el poder y la plata y aprendieron que a la democracia se le podía torcer el pescuezo y que este sistema político, que en su origen distribuía el poder entre todos los ciudadanos, podía convertirse en una organización en donde para gobernar, el uso del chantaje y la violencia fueron adaptados como una forma de control y sumisión de las mayorías. Pero además donde hacer honor a la ley del silencio es clave para mantenerse en la organización. Omertá, ese código mafioso que evoca la protección de los crímenes de la organización, es una de las garantías de su supervivencia. Mientras que la democracia se defiende con la justicia, la Mafiocracia lo hace con el silencio.

ExDirectora del Sena

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