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Proteger a la población civil, la prioridad tras arremetida del ELN

Desde hace tres meses, Colombia no despertaba con noticias tan desalentadoras en materia de orden público como las de este miércoles. El Ejército de Liberación Nacional (ELN), una vez levantado el cese al fuego, a la medianoche de este 9 de enero, arremetió en varias ocasiones contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas y contra la Fuerza Pública.

La estatal petrolera Ecopetrol confirmó que el ducto fue atacado en tres oportunidades, lo que motivó la implementación de un plan de contingencia. Según la empresa, el primero de los hechos se registró en la vereda La Cañaguata en Cubará (Boyacá). Este hecho, precisó la empresa, afectó un caño seco en una extensión de 300 metros, también afectó suelo y capa vegetal.

Los otros dos ataques se presentaron en las veredas La Granada y Miramar en Saravena (Arauca). En este caso, el crudo derramado quedó depositado en el cráter que dejó la detonación de los explosivos.

Estos tres hechos se sumaron a otro caso que denunció la misma empresa horas antes cuando anunció la activación de un plan de contingencia ante un “posible atentado a la 1:40 de la madrugada en inmediaciones del pozo Cupiagua YZ10”. Este último está ubicado en una vereda cercana al municipio de Aguazul, en el departamento de Casanare.

En esta región del país hace presencia la Brigada XVI del Ejército, en cabeza el coronel Javier Giraldo, quien aseguró que, al parecer, el atentado fue perpetrado por miembros del frente José Daniel Suárez del ELN.

Pero además de los ataques contra la infraestructura petrolera, en la vía que conduce de Arauquita a Saravena, el ELN detonó de un artefacto explosivo causando lesiones a dos infantes de la Marina.

Tras estos hechos, el presidente de la República, Juan Manuel Santos, pidió al jefe del equipo negociador, Gustavo Bell, regresar a Colombia para definir el rumbo de los acuerdos con el ELN. Además, ordenó a las Fuerzas Armadas actuar con “contundencia para responder a los ataques terroristas” de la guerrilla.

Por ahora, el Ministerio de Defensa y los altos mandos militares han estado herméticos frente a lo sucedido. Sin embargo, se espera que haya un pronunciamiento sobre las nuevas directrices que deberán seguir para combatir la criminalidad del grupo al margen de la ley.

 

DEL CESE AL DESESCALAMIENTO

Analistas en conflicto armado aseguraron que es hora de iniciar un proceso de desescalamiento con el ELN para evitar más acciones delictivas.

Para Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto (Cerac), estos hechos “eran inevitables” ya que no había un acuerdo para terminar el conflicto armado. Por lo que consideró que la propuesta con la que debe llegar el Gobierno a la mesa de negociación es un desescalamiento para salvaguardar la integridad de la ciudadanía.

“Yo creo que más que otro cese al fuego, lo más conveniente es que se negocie un desescalamiento que busque proteger a la población civil del efecto de la violencia. Ese tiene que ser el eje para el Gobierno”, dijo Restrepo.

En cuanto a las acciones de la Fuerza Pública, el analista aseguró que “tienen que adelantar todas las labores de protección de las comunidades que están afectadas por el ELN y tienen que sentar una protección en cuanto a infraestructura en la producción de hidrocarburos y adelantar las ofensivas que decida el Gobierno Nacional”.

En una línea similar a la de Restrepo, el también analista Camilo González Poso indicó que el Gobierno debe ser partidario de adelantar “un proceso de desescalamiento, no sin antes negociar una nueva tregua (cese al fuego) ojalá hasta después de agosto y que como una acción inmediata se registre una disminución en las hostilidades por parte del ELN”.

Sobre la presencia de la Fuerza Pública en el territorio nacional, González Poso indicó que se debe ejercer un control territorial, “con el fin de que los miembros del ELN conozcan el peso de la misma y del Estado”.

Desde otra orilla, el coronel en retiro Jhon Marulanda aseguró que el pensamiento ideológico del Ejército de Liberación Nacional no da para un desescalamiento, ya que es un grupo narcoterrorista y de carácter radical, por lo que indicó que es mejor que “el Gobierno siga tratando de adelantar conversaciones con el ELN” sin llegar a esta instancia.

Indicó además que la “Fuerza Pública debe adelantar acciones con contundencia, como lo dijo el presidente, y que de esta manera se den cuenta que con las armas no van a lograr nada”.

Para el oficial en retiro, el ELN se ha convertido en un “problema” para el Gobierno, “porque a pesar de tener un premio nobel no tiene todas las cartas consigo. El ELN ha arruinado un poco el sueño de la paz”.

Asimismo, Marulanda aseguró que es necesario llevar el despliegue militar al territorio nacional y no solo tener en cuenta el municipio de Tumaco, en Nariño. “El dispositivo de la Fuerza Pública es lo que deben estar analizando los altos mandos Militares. Arauca y Catatumbo también son zonas fronterizas por donde sale al menos el 30% de la cocaína que se produce aquí, y el actuar criminal del ELN se presentó en una zona donde ellos siempre delinquen”, dijo Marulanda.

Por último, aseguró que la Fuerza Pública no puede atacar con contundencia el cuerpo de esta organización criminal sabiendo que se tiene a la “cabeza mayor fuertemente escoltada en Quito (Ecuador)”. Bogotá Colprensa.

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