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“Sabía que el libro sería un viaje difícil y peligroso” Rodrigo García

Cuando se dio a conocer el inicio de la preproducción de series basadas en algunas de las principales obras del fallecido Premio Nobel de Literatura colombiano, Gabriel García Márquez, la polémica no se hizo esperar, en especial en torno a la serie ‘Cien años de soledad’.

Para muchos, era un desacierto permitir dicha producción por las dificultades que presenta la historia en sí, e incluso, muchos recordaron declaraciones del propio Gabo, quien se negaba a que una de sus máximas obras literarias fuera llevada al cine.

Sin embargo, la escritura de la serie ya está en marcha, sin aún tener fecha de producción exacta y mucho menos su estreno en la plataforma global de Netflix, y Rodrigo García, uno de los hijos de Gabriel García Márquez, está seguro que no fue en contra de los deseos de su padre, y que en familia, tomaron la mejor decisión para permitir la realización de dicha serie, junto a la del libro ‘Noticia de un secuestro’, que ya se está grabando.

Rodrigo también es un contador de historias, pero desde el lado del cine y la televisión. Por eso, le quedó la espinita de no haber realizado el proyecto de un guion junto a su padre. Así lo manifiesta en ‘Gabo y Mercedes: una despedida’, el libro que escribió y que acaba de ser publicado en Colombia.

Es reconocido internacionalmente por películas como ‘Albert Nobbs’, ‘Revolución’, ‘10 pequeñas historias de amor’, ‘Nueve vidas’ y el polémico largometraje ‘Últimos días en el desierto’, así como en televisión dirigiendo capítulos de series como ‘Los Sopranos’, ‘Carnivale’, ‘Boomtown’ y la serie web ‘Blue’.

Tras siete años de la partida de su padre y con el fallecimiento de su madre hace algunos meses, Rodrigo García decidió escribir una crónica íntima de la despedida, como un maravilloso homenaje al hijo del telegrafista y su inseparable compañera durante más de medio siglo.

UN SENTIDO ADIÓS

– ¿Cómo surgió la idea del libro?

Mis intenciones originales no era escribir un libro, tan sólo era tomar unas notas, pero luego empecé a tomar notas con algo de culpabilidad y esa sensación de estar preocupado de no estar explotando una situación familiar íntima.

Con el tiempo y el apoyo de mi hermano, junto a los amigos cercanos de mis padres, me animé a escribir y publicar este libro.

Gabo decía que era una pena que no pudiera escribir sobre su propia muerte, pero este libro no lo hice pensando en escribir por él, porque nadie escribe por otro, pero me apoyé un poco sobre esa idea para consolarme un poco sobre su muerte, sin que fuera demasiado indiscreto. Fue una de tres cosas que me sirvieron para consolarme y perdonarme por escribir el libro.

– ¿Cómo es la anécdota de la idea de escribir un guion entre Gabo y usted?

Ese recuerdo sobre la idea de escribir un guion entre los dos fue de las últimas cosas que le incluí al libro porque la había olvidado, y ahora lo vengo pensando mucho en retomarlo, sin saber de qué se trataría en sí la película, pero estaría bueno hacer esta colaboración, así sea en su ausencia.

EN PLATAFORMA

– ¿Cómo va la producción de las series de ‘Cien años de soledad’ y ‘Noticia de un secuestro’?

‘Noticia de un secuestro’ va bastante avanzada, ya se ha grabado más de la mitad en Bogotá. El director Andrés Wood está haciendo muy buen trabajo, con él venimos trabajando por años en esta adaptación, trabajando con guionistas colombianos, chilenos y cubanos.

Siempre pensé que un director no colombiano le daría una nueva perspectiva a la historia, siendo un filtro para ver la historia desde afuera, para intentar dar a entender las compleja situación colombiana.

Con ‘Cien años de soledad’ Netflix tomó la mejor decisión de concentrarse en contar con los mejores guiones posibles. Ya he leído las primeras tres horas de la adaptación y va bastante bien, pero está sólo en la etapa de adaptación que es lo que más le preocupa a la gente.

– ¿Cómo ve estos dos proyectos?

Soy bastante optimista con las dos, en especial con ‘Cien años de soledad’, que tendrá la extensión que sea necesaria, se realizará en español, en Colombia, le dará una total autenticidad.

– ¿Por qué hacer estas series ahora?

Siempre pensó que no podría hacerse como película. Se necesitaban muchos recursos, y si se lanzaba a un mercado internacional se realizaría en inglés, actores americanos, estrellas de cine y eso no le parecía, porque siempre pensó que de hacerla, sería en español y en no menos de 15 horas.

Tenía él sus momentos. En una época era un no rotundo, que una adaptación le podría cara a los personajes y los lectores no merecen eso. En otras ocasiones fantaseaba que se hiciera de la extensión que él quería y en Colombia.

Con la llegada de las plataformas se puede hacer de las horas que él creía, con buenos recursos, haciéndolas de manera local, en el idioma local pero que se verá en todo el mundo.

Pero también, que Gabo siempre nos dijo: “cuando yo no esté, ustedes hagan lo que quieran, porque tarde o temprano se hará una adaptación”, sea ahora cuando podemos poner condiciones y opinar, o en unos años cuando sea de dominio público.

ENTRE PÁGINAS

– Volviendo al libro, ¿Difícil escoger qué narrar y qué no en su libro?

Todo se dio de manera intuitiva. Quería encontrar el balance entre lo personal que toca lo emotivo, pero no quería ser demasiado sentimental, demasiado indulgente conmigo mismo.

Quería buscar anécdotas y recuerdos que no estuvieran muy contados, salvo dos o tres que se han contado mucho y que incluí porque sentí que eran necesarias.

En la escritura, una de las decisiones más difíciles, más pensadas, fue el no nombrar a nadie, quería darle a todos los amigos el mismo valor, por lo que sólo nombro a Mercedes, mi hermano y a Álvaro Mutis.

– ¿Por qué lo ha escrito en inglés, siendo una experiencia tan íntima?

Realmente mi experiencia como escritor es escribiendo guiones en inglés, he escrito muy poco en español. Escribirlo en inglés me permitía hacerlo con soltura y velocidad, porque sabía que el libro sería un viaje tanto difícil como peligroso emocionalmente, con la preocupación de que fuera un libro bien escrito.

– ¿Cuáles son sus recuerdos de las conversaciones con Gabo?

Buena parte de nuestras conversaciones giraban por el amor a la conversación, por contar bien el cuento, la historia. Eso creo que es muy caribeño, embellecer y exagerar donde importa más contar bien la historia que la verdad, porque la historia bien contada es la verdad.

– ¿Por qué el libro se concentra en el final de la vida de su padre?

El libro se limita a esos episodios porque la idea de escribir esas primeras notas nació por esos días. Nunca antes se me ocurrió la idea de escribir un libro de memorias familiares. Realmente enfrentado a los últimos días de Gabo se me ocurrió la idea de hablar de la despedida y la disolución de lo que yo llamo ‘El club de los 4’, con Gabo, Mercedes, Gozalo y yo.

El final y la despedida fue lo que se me impuso y que se me antojó escribir como libro.

– En el libro, une el final de la vida de Gabo, con los distintos finales y pérdidas que sufren los principales personajes de sus libros…

La obsesión con la pérdida y la muerte es muy común en los escritores, por lo que me acordaba perfectamente de todas las muertes de sus personajes principales, por lo que me servía muy bien para enmarcarlo, para dividir el libro en secciones.

– Un final en el cual Gabo ya había perdido la memoria…

Muy difícil. Quizás la etapa final fue más fácil porque ya no reconocía a nadie, salvo a quienes trabajaban en casa y a Mercedes como su persona principal, pero lo más tremendo es la etapa en la cual la persona es consciente de que está perdiendo la memoria.

No era sólo ver a la persona sin sus facultades, sino ver las ansias por sentir que las está perdiendo.

Gabo tuvo una etapa final, quizás los dos últimos años, bastante tranquila, sin sufrir, muy distraído, pues sabemos que muchas personas que sufren de alzheimer pierden el control de sus emociones y hacen sufrir a la familia, pero por suerte nos tocó una versión muy tranquila de ese mal.

– ¿Su padre dejó alguna obra inédita?

Había una novela en progreso, que venía escribiendo con varias versiones, pero no está terminada y él mismo sabía que no iba a publicar, que no estaba funcionando, y luego vino el problema con la memoria así que definitivamente la dejó.

Llegó a decir que debería destruir ese libro, pero no lo hicimos y las versiones que hizo están en el Ransom Center (Texas) junto con sus otros manuscritos, que no está abierta al público pero que en algunos años lo estará, no para publicarse, sino para consultarse. No queda nada inédito para publicar.

– ¿Ya decidieron qué harán con su casa en Ciudad de México?

Estamos contemplando qué hacer con la casa de México, que podría convertirse en una casa-museo. Tanto Gonzalo como yo somos muy asiduos a las casas-museo de artistas, estudios de escritores, entonces me imagino que a los lectores de Gabo les gustaría algo así. Lo seguimos estudiando.

– Como creador y narrador de historias, ¿Qué fue lo que más aprendió de su padre?

Aprendí mucho, no necesariamente de los libros de Gabo sino de ver cómo trabajaba y sobretodo, el escuchar las lecciones que él aprendió de otros escritores.

Para escribir, lo mejor es estar bien dormido, bien comido, descansado, y no sufriendo o alcoholizado, lejos del escritor que siempre está al borde de una crisis, que hay varios así excelentes, pero no fue el camino para Gabo que fue muy disciplinado, desarrollando estómago para escribir a pesar de que las cosas gusten o disgusten.

Por Sergio Villamizar D.

BOGOTÁ (Colprensa).

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