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Acuario El Rodadero: entre la conservación y la educación ambiental

Ya son 52 años de labores los que cumple el Acuario Rodadero (Santa Marta), uno de los mayores atractivos con los que cuenta la región, a pocos minutos en lancha de la Capital del Magdalena, siendo el más antiguo de Sudamérica.

Allí, los asistentes encuentran una gran variedad de especies de la región, desde tiburones gato hasta los siempre inteligentes delfines, con quienes, en varias ocasiones al día, realizan un show de saltos, saludos y diferentes acrobacias.

Como  sucede en buena parte del mundo, muchas son las críticas que este acuario público y museo marino recibe de quienes no están de acuerdo con tener animales en cautiverio.

Sin embargo, desde hace un buen tiempo, este Acuario Rodadero viene desarrollando actividades que mezclan la conservación ambiental y educación, justo en una región del país donde los niveles de contaminación de las aguas marítimas están llegando a alarmantes niveles en los últimos sesenta años.

De ahí, la idea del programa educacional y conservación del acuario, para que buena parte de sus visitantes entiendan la importancia del medio ambiente, cómo interactuamos con él en todo momento y el por qué se debe cuidar y proteger.

 

EDUCACIÓN

Cerca de diez actividades hacen parte del programa educativo del Acuario Rodadero, con una atención directa a niños desde el preescolar, donde se busca que los niños entiendan lo valioso del agua, entre rondas y canticuentos.

También cuentan con una serie de cartillas interactivas donde los niños podrán construir su propia historia, siempre con un mensaje ecológico. También podrán jugar a pescar, donde los niños se transforman en pescadores para que entiendan el uso responsable de los recursos naturales y el desarrollo sostenible.

“Son graves los problemas con los cuales nos encontramos. Cada vez se está consumiendo langostas tan pequeñas que aún no han dado cría. Desde la educación intentamos que los niños y pescadores entiendan que así acabarán con esta especie, pues el ideal es que cada uno de estos animales den cría una o dos veces antes de ser pescados”, comentó Franco Ospina, uno de los hijos del fallecido Capitán Francisco Ospina, el fundador del acuario hace 52 años.

Podrán conocer más de los secretos del mar, así como actividades para que los niños y jóvenes entiendan el efecto de los desechos en el océano, y cómo, elementos plásticos, por ejemplo, afectan y le causan la muerte a cientos de delfines en el mar a diario.

 

PRESERVACIÓN

Una de las zonas más importantes del acuario es el Laboratorio, donde se ha logrado la reproducción en cautiverio de especies en serio peligro de extinción, como es el caso de los tiburones gato, que son depredadores activos que actúan como reguladores de los océanos, controlando las poblaciones de peces del mar, eliminando a los individuos más débiles o enfermos, evitando la sobre población que suele devastar los ecosistemas.

“Es una especie en peligro por los problemas de la sobrepesca para el consumo de su carne, aletas e hígados, así como la degradación de sus hábitats”, continuó Franco.

Así, las crías que nacieron en cautiverio y que han crecido en el acuario, no sólo estos tiburones, también otras especies, tienen como destino final su liberación en  un medio natural, sobrevivan y se reproduzcan.

Durante un año son cuidados, alimentados con pesca viva para que mantengan intacto su instinto de caza y se logre el aumento de la población en la región.

Además, suelen recibir animales, en especial delfines, heridos y maltratados, los cuales son cuidados y recuperados para su pronto regreso al mar.

“Son miles de delfines que a diario mueren en el mundo. Algunos para ser consumidos como alimentos, otros atrapados en las redes de pesca de atún, también por la contaminación creciente de los mares. Incluso, algunos pescadores los matan para usarlo de carnada para pescar tiburones”, dijo Franco Ospina.

Además, en las horas que el Acuario Rodadero permanece cerrado al público, se organizan actividades como definoterapia, una técnica que consiste en la interacción del ser humano con delfines,usualmente especie nariz de botella.

Todo esto con el fin de intentar mejorar la calidad de vida tanto de niños como adultos que padecen complicados  problemas de salud, en especial  enfermedades crónicas y de orden  psicológico.

Según los estudios, se ha observado que las ondas cerebrales de los pacientes en presencia de los delfines producen una armonización entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro, lo que produce un estado de paz y relajación tal como sucede al realizar una meditación. Santa Marta Colprensa.

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