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Detalles del atroz crimen de soldado pensionado

El homicidio de Luciano Jaimes Galvis, quien gozaba del buen uso de su retiro como soldado profesional, tiene en asombro a los residentes y vecinos de la Urbanización La Aurora, en donde residía.

A Jaimes Galvis de 42 años lo torturaron dentro de su propia casa de numero 80I, que colinda con una zona boscosa, la noche del sábado 29 de mayo, sin que ningún vecino se percatara de lo ocurrido puertas adentro.

Según se conoció La Opinión, la noche del sábado Jaimes Galvis salió de su casa y fue directo a comprar unas cervezas en la tienda cercana. Un testigo les aseguró a las autoridades que lo vieron departir con una mujer joven, a quien habría conocido desde hacía 15 días.

Los investigadores, que llevan el caso, presumen que la hora de muerte del soldado se habría dado en la madrugada del domingo 30 de mayo, fecha en la que se celebró el Día de las Madres, pero Jaimes Galvis nunca llamó ni visitó a su mamá.

La tortura

Un retiro de $30.000.000 habría sido una de las razones por las que el soldado se convirtió en presa de sus victimarios. A Lucio, como le decían de cariño sus familiares y allegados, le causaron heridas con un machete en varias partes de su cuerpo.

“Este es un hecho en el que tuvieron que participar más de una persona, es una muerte cruel”, aseguró una fuente.

El soldado Luciano Jaimes tenía una de sus manos cortada, al punto de que casi lo dejan sin ella. Otra herida abierta estaba en su mentón, así como cortadas en un codo y los antebrazos. Los asesinos le causaron también dos contusiones en la espalda como en forma de ‘V’ y en una de esas líneas le propinaron dos punzones. Además, le cortaron el muslo de la pierna derecha.

En una silla plástica que estaba en la sala, las autoridades hallaron un cordón con que presuntamente lo amarraron para someterlo y sacarle la información sobre la ubicación del dinero.

Pero, la herida final que acabó con la vida del soldado fue un golpe contundente que le fracturó el cráneo.

Más detalles conocidos

Para la mañana del domingo, cuando los investigadores presumen que el soldado ya estaba muerto, algunos testigos aseguraron que vieron salir a un hombre que sacó la motocicleta DR 150 de placa NLN 93F de la casa donde residía Jaimes Galvis.

Pero, solo fue hasta el mediodía del lunes que descubrieron la salvaje muerte, luego de que una de las hermanas del soldado llegó a la casa y se percató que en la vivienda había varias huellas de sangre.

Cuando los investigadores de la Brigada Interinstitucional de Homicidios arribaron a la escena del crimen, se encontraron una casa en desorden. En la sala hallaron pisadas ensangrentadas de alguien que estuvo descalzo dejando su rastro. En el cuarto del soldado el televisor no estaba en su soporte y la reja del patio tenía candado.

Con ayuda de una máquina, que prestó uno de los presentes en la inspección técnica, rompieron el candado y hallaron envuelto en el forro de un colchón de una cama doble el cadáver del soldado, al que además le echaron una sustancia blanca (utilizada para pegar tabletas).

Dos capturas

En medio de la diligencia del levantamiento, los investigadores del caso, iniciaron la búsqueda de la moto. Pasadas las 10:00 de la noche, de ese lunes, en la calle 22 con avenida 23 de Barrio Nuevo, sector de la comuna 9 de Cúcuta, la ubicaron y de inmediato capturaron por receptación a una mujer y un hombre.  “La moto la iba manejando la mujer, como pasajero iba el hombre”, contó una fuente.

La mujer fue identificada como Melbys Andrea Aguablanca Vargas y su acompañante Arley Danilo Rodas Silva. Tras ser legalizada la captura, un juez decidió dejarlos en libertad.

“Cayeron por el robo de la moto, pero la investigación está en curso y el material probatorio determinará si participaron o no en este crimen”, señaló una fuente judicial.

Al parecer, la pareja aseguró que la motocicleta se las prestó el soldado y se disponían a devolverla cuando se enteraron del hecho.

Justicia

Familiares y conocidos de Lucio exigen a las autoridades dar con los responsables de esta repudiable muerte.

“Lucio era un hombre que nunca negaba un favor, que siempre tenía una sonrisa para todo, sin malicia alguna. No merecía lo que le hicieron. Por eso los responsables tienen que caer”, dijo una de las allegadas al soldado.

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