Administrar para la gente

Incumbe en todo lo referente a la administración pública cuando de avanzar hacia propósitos mejores y ciertos se trata, propender por darle los giros que menester fueren y a manera de permanentes ajustes, con el fin que todo cuanto le es inherente no se anquilose y se mantenga dinámico, vigente y útil sobremanera, especialmente porque en tal escenario existen y surgen de continuo cantidad de problemas y vicios que requieren atención y correspondiente solución, en beneficio de la buena marcha de la administración, con lo que se evita, al menos en parte, que las instituciones que hacen parte de ella se deterioren con el tiempo y no cumplan con la misión, visión y funciones para las que fueron instituidas.

La administración pública es la gestión que se lleva a cabo en los organismos, instituciones o entes públicos, que reciben de parte del poder político los recursos necesarios para atender los intereses o asuntos de los ciudadanos, de sus acciones y sus bienes, generando bienestar común y siguiendo un orden jurídico. Bien podemos decir igualmente, que es aquella que en un Estado Social de Derecho debe fungir como un gran principio rector que obliga al Estado y establece sus fines, al buscar y procurar determinar si se ha ajustado a dicho principio, permitiendo un mayor acercamiento de la administración hacia las necesidades de las personas e identificar los cambios que ha tenido la misma en el Estado Social de Derecho y frente a los administrados, particularmente cuando requeridos están de una política de buen servicio en todo lo que le es consustancial a su obvia y expresa razón de ser y hacer.

Necesita la administración pública que se planteen en su seno alternativas de mejoramiento para que no siga su curso aborrecible de ser, no solo eminentemente burocrática, sino poderosa con los débiles y débil con los poderosos, amén de tullida, deficiente e improductiva, sin campo para las iniciativas y la creatividad que puedan impulsar en ella estructuraciones superiores en todo su largo y ancho.

Impone la administración pública ser transparentes sin temor alguno, brillar sus servidores entre diamantes, ejercer el poder como debe ser en compendio de buen gobierno y no como si fuera un predio propio. No puede olvidarse ningún funcionario que son ante todo servidores públicos obligados a trabajar bien y mejor en beneficio tanto de las personas como de la comunidad toda. Es aportar para ayudar a hacer entre todos, una Administración Pública más limpia, más productiva, más social y más humana. [email protected].