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Con Eucaristías y caravanas se honró a la Virgen del Carmen

Una de los sagrados templos que cumplió un amplio itinerario en honor a la santa patrona fue la Catedral Basílica de Santa Marta, al igual que la Parroquia que lleva su  mismo nombre en el barrio Pescaíto.

Los fieles devotos de Nuestra Señora del Carmen se hicieron sentir ayer en su día. Las caravanas de vehículos se vieron por las calles, llevando en alto la imagen de la santa patrona, adornada con hermosas flores.
Así mismo, desde tempranas horas se celebraron las misas dedicadas a la Madre de Dios en esta advocación católica, muchas de estas ceremonias fueron transmitidas virtualmente para que la comunidad se conectara con la tradición de celebrar la Fiesta de la Virgen del Carmen el 16 de julio.
Una de los sagrados templos que cumplió un amplio itinerario en honor a la santa patrona fue la Catedral Basílica de Santa Marta, de tal modo, que la Eucaristía Solemne se realizó a las cinco de la tarde,  con el aforo  permitido.
Así mismo se escucharon y vieron fuegos artificiales llenado de alegría los  barrios de Santa Marta, y demostrando con ello, que la Fe hacia la Virgen del Carmen sigue intacta como siempre, y con la alegría de la región Caribe colombiana.

EL DEVOTO

Para su consagración, el devoto de la Virgen del Carmen procurará cada día -cuando mejor pueda- hacer esta consagración a su Santa Patrona:
«¡Oh María, Reina y Madre del Carmelo! Vengo hoy a consagrarme a Ti, pues toda mi vida es como un pequeño tributo por tantas gracias y beneficios como he recibido de Dios a través de tus manos.
Y porque Tú miras con ojos de particular benevolencia a los que portan tu escapulario, te ruego que sostengas con tu fortaleza mi fragilidad, ilumines con tu sabiduría las tinieblas de mi mente y aumentes en mí la fe, la esperanza y la caridad, para que cada día pueda rendirle el tributo de mi humilde homenaje.
El santo escapulario atraiga sobre mí, tus miradas misericordiosas, que sean prenda de tu particular protección en luchas de cada día y constantemente me recuerdes el deber de pensar en Ti y revestirme de tus virtudes.
De hoy en adelante me esforzaré por vivir en unión con tu espíritu, ofrecerlo todo a Jesús por tu medio y convertir mi vida en imagen de tu humildad, caridad, paciencia, mansedumbre y espíritu de oración.
¡Oh, Madre amabilísima! Sostenme con tu amor indefectible, a fin de que a mí, pecador indigno, me sea concedido un día cambiar tu escapulario por el eterno vestido nupcial y habitar contigo y con los santos del Carmelo en el reino de tu Hijo. Amén

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