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Argelia, Cauca: dos meses de combates entre grupos armados y fuerza pública

La situación humanitaria en la zona rural de Argelia, Cauca, es crítica: prácticamente todos los días se registran combates en la zona rural de este municipio, como bien fue denunciado por los pobladores y líderes sociales.

A través de las redes sociales, la gente del lugar comparte videos donde se aprecia a los integrantes de la disidencia Carlos Patiño de las Farc cuando ‘patrullan’ en varios sectores del corregimiento de El Plateado a plena luz del día.

“El sábado pasado se pasearon por este poblado, incluso hostigaron por varias horas al Ejército desde las viviendas, obligando a las personas a salir de la zona por temor a las represalias de los integrantes de este grupo armado al margen de la ley”, denuncian líderes sociales de esta localidad, exigiendo permanecer en el anonimato.

El caso que aterrorizó a los argelianos fue el asesinato, finalizando la semana pasada, de un campesino de la vereda Miralindo, ubicada a escasos quince minutos del casco urbano.

“Lo sacaron de su finca, para torturarlo y asesinarlo, tras ser acusado de ayudar a la Carlos Patiño, pero lo que pasó es que los disidentes se metieron a su predio, pasaron la noche en el lugar y luego se fueron. El señor qué podía hacer ante eso, por eso lo asesinaron”, agregan por su parte pobladores de este municipio.

Ese ambiente de guerra y violencia termina arrinconando a los campesinos, en especial aquellos que están organizados desde tiempo atrás en un municipio que lleva años y años de confrontaciones. Como es el caso de los desmovilizados de las Farc.

“El grupo llamado ‘Carlos Patiño’ incrementó su presencia en las veredas, están a menos de cinco minutos de la cabecera municipal, acercándose cada vez más a donde se están los hogares de los miembros de la cooperativa de personas en proceso de reincorporación, la comunidad ha denunciado y ha pedido ayuda a la fuerza pública, sin que al momento estos se hayan manifestado”, manifiestan miembros del Partido Comunes, a través de un comunicado.

Es que precisamente los campesinos reiteran su preocupación porque la zona es una de las más militarizadas de la región: son cerca de 2.000 soldados que operan en el lugar, y aún así, las confrontaciones están a la orden del día, con los otros fenómenos delictivos que eso conlleva, como las masacres y los desplazamientos.

Hasta el momento, y según la Fiscalía, se han registrado 49 homicidios, la gran mayoría en la zona rural. La cifra puede ser mayor ya que muchos de los casos no son denunciados o los cadáveres no llegan a la morgue del hospital. “A muchos los matan y los lanzan los ríos; otros quedan en medio de la selva, quién viene a reclamarlos, nadie”, aceptan las personas que viven en esta localidad.

Es que, desde hace dos años, Argelia, El Tambo, Balboa, El Patía y López de Micay son el escenario de esta confrontación armada, luego que las disidencias de las Farc decidieran tomarse a sangre y a fuego la región, dominada históricamente por el frente José María Becerra del Ejército de Liberación Nacional, Eln.

Por eso, y con una posibilidad de encontrarle una salida a este nuevo capítulo de la guerra, las organizaciones sociales y campesinas de estos municipios insisten en la urgencia de implementar los acuerdos de paz, esto como forma de evitar la llegada de más grupos armados a la zona.

“La institucionalidad no puede simplificar esta situación al decir que se trata de un problema generado por el narcotráfico, la región le apostó a unos acuerdos precisamente para dejar atrás el tema de las organizaciones armadas y de los cultivos de uso ilícito, entonces por qué no cumplen lo pactado para mirar si dejamos atrás este capítulo de muerte y guerra”, recalcan los líderes sociales de la zona.

Así, y en medio de ese clamor, los habitantes de esta zona del suroccidente del Cauca buscan que esos combates terminen para vivir por fin en paz, como lo hicieron durante el tiempo de las negociaciones con la entonces guerrilla de las Farc y después de los acuerdos.

“Acá vivimos tranquilamente un par de años, ya después llegaron las disidencias y regresamos a esa zozobra que genera el sonido de los ametrallamientos y los combates, algo que no es justo con una comunidad que creyó, pero lo más importante, que le apostó a la paz”, recalcan los pobladores y líderes sociales de este municipio.

POPAYÁN (Colprensa)

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