HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Cumplir con soluciones

Sostienen destacados politólogos, tal vez con sobrada razón, que el discurso populista entraña manipulación, pervierte, exalta las emociones y alela a las audiencias. Igual se dice que es reiterativo, y en su puesta en escena, para muchos más que perversa, se ofrecen soluciones fáciles a problemas complejos, asertos con los que podemos estar o no de acuerdo.

Lo cierto es que el discurso político en su aplicación debe apelar a una sana emoción sin que quede de lado la razón, más por cuanto la política requiere acciones de simpatizantes y electores, lo que hace necesaria las emociones (sanas desde luego) para lograr sus objetivos, ya que entre mayores esfuerzos requiera de la audiencia, más debe esta ser conmovida y presentarse como esa alternativa política que dará solución con políticas públicas a los problemas que aquejan a la colectividad, repito, de forma razonada, con propuestas viables, factibles y realizables, además de consultadas con la verdad integral existente en cada territorio.

Igualmente, es deber hacer que las personas tengan conocimiento de lo público, vale decir lo que es de todos. De las políticas de este tenor. Hacerlos interesarse por ellas. Saber cuáles son las prioridades de la gente, pero también de los candidatos. Cuáles son sus planes y cuáles sus verdaderas intenciones. Detectarlas. Exigir soluciones. Obligarlos a cumplir, es precisamente para ello que elegimos a nuestras representantes populares, por creer que ellos mejor que nosotros pueden resolver lo que no podemos hacer nosotros; de no cumplir, de no ser así, aplicar como respuesta y a conciencia el voto castigo.

La identidad y la pertenencia, juegan también un papel preponderante en este proceso, por ser necesarios en los resultados que se quieren para la comunidad toda, debiendo estudiarse por los pobladores los argumentos todos para escoger los mejores que tiendan a beneficiar a los más, independientemente que tengamos X o Y convicciones o ideas preconcebidas, lo que bien puede hacernos sentir entre iguales e ir tras el logro de lealtades con lo que real y verdaderamente beneficie a la mayor cantidad de los asociados.

Las campañas ya arrancaron y parecen estar en su peor versión. Ojalá las mismas maduren y veamos mejores desarrollos, se muestren en todo su espectro político, traduzcan soluciones para nuestra propias realidades y necesidades, a ver si por fin terminamos todo atisbo de desencanto y consecuente apatía y frustración, lucubrando ilusiones y pensando que nos merecemos algo mucho mejor.

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