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Por amenazas, candidato a los consejos de juventudes vive encerrado en un hotel

Al comienzo, Santiago Suárez pensó que la paranoia lo estaba enloqueciendo.

En Bogotá, mientras iba de vuelta al hotel donde se hospedaba, notó un hombre lo seguían. Para comprobar si era así, puso la vista al supuesto perseguidor. Se detuvo varias veces y el hombre, que iban en una Pulsar negra, repetía sus movimientos. La cuestión se quedó así, pero, unos días después, Santiago confirmó que, efectivamente, lo estaban siguiendo.

Olvidado el incidente, Santiago volvió a Medellín, su ciudad. Era lunes 27 de septiembre cuando, cotidianamente, fue a comprar algunos abarrotes en una tienda cercana. Cuando volvió a su casa, solo unos minutos después, se encontró a su mamá, con la cara descompuesta, mientras leía un papel. En la hoja aparecía su nombre, Santiago Suárez Morales, con insultos y amenazas.

La nota, escrita en mayúsculas sostenidas, continuaba diciendo que conocían la ubicación de Santiago y que su cabeza tenía un valor de cinco millones de pesos. Al final, el panfleto estaba firmado por las Águilas Negras.

La vida de Santiago cambió desde ese momento. Ahora está en un hotel de seguridad, en donde pasa largas horas. “Estoy casi recluido. Paso todo el día encerrado, casi sin hablar con nadie. No puedo salir ni hablar con mucha gente. Incluso, tengo el celular chuzado”, dice Santiago.

Desde que llegó la amenaza perentoria, aquel 27 de septiembre, Santiago ha recibido un par de panfletos más. En este momento está esperando a que la Unidad Nacional de Protección le entregue un esquema de seguridad. Por ahora, le han dicho, están estudiando su caso.

Ahora bien, ¿por qué amenazan a Santiago? Él tiene varias hipótesis, pero ninguna certidumbre. Es líder social de la comuna siete, Robledo, en donde ha trabajado en temas como inclusión y ayuda a personas en pobreza. Hace poco, más motivado por sus amigos que por voluntad propia, Santiago decidió lanzarse al Consejo Municipal de Juventud de Medellín. Tiene la intuición de que por ese lado es que vienen las amenazas. Pero no hay una certeza, pues los panfletos no hacen mención a la candidatura.

Santiago alega que se ha acercado a la Alcaldía de Medellín, en particular a la Secretaría de Inclusión Social, pero que desde allí no le han dado una respuesta eficiente. “Creo que a la alcaldía le hace falta más para proteger a las víctimas. En realidad, le hace falta al Estado en su conjunto. Esperan a que uno esté muerto para ahí sí hacerle un homenaje”, dice.

En este momento, sin un esquema de seguridad y encerrado en el hotel, Santiago dice que no ha podido comenzar su candidatura al Consejo Municipal de Juventud, cuya votación será el cinco de diciembre. “No puedo hacer campaña, estoy encerrado. La otra opción que tengo es irme del país, pero no puedo quedarme aquí para que me maten”.

La candidatura de Santiago al Consejo es por el movimiento Ante Todo Colombia, del que hace poco hace parte. Pero su historia política es más amplia. Es miembro del grupo Jóvenes x Antioquia, en donde es encargado de liderar procesos de salud, deporte y recreación.

Además, dice Santiago, participó en las mesas ciudadanas para la creación del decreto 003 de 2021, del Ministerio del Interior, que buscaba darle salidas al paro nacional. “Como víctima hago parte de una reforma al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, en el Congreso de la República”, explica.

Lo único que pide Santiago, dice, es que el brinden un esquema de seguridad para hacer la campaña. Entre sus ideas para llegar al Consejo Municipal de Juventud es defender los derechos de la población Lgbtiq+, en especial de la población trans, que tiene problemas a la hora de conseguir trabajo y es frecuentemente discriminada. “Tenemos que salir de los estigmas frente a esta población.

Se supone que somos una ciudad moderna, un valle del software. Mi propuesta tiene que ver con la creación de políticas públicas para la comunidad Lgbtiq+”.

En cuanto a su postura política, Santiago dice que ha sido un acérrimo crítico del expresidente Álvaro Uribe, así como del alcalde de Medellín, Daniel Quintero.

Al final, Santiago solo tiene claro que, lo que alguna vez pensó que era paranoia, es en realidad un peligro inminente. “Solo pido ayuda por parte del Estado, que me ayude a proteger mi vida”, concluye.

/Colprensa

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