HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Reiteramos la urgencia de justicia

No es nuevo en nuestro medio el clamor por una pronta y eficiente justicia, especialmente ante el alto nivel de violencia y agresión utilizada por los antisociales, de todos los pelambres, que operan en nuestro territorio nacional, donde la vida de la víctima ha pasado a segundo plano para dar prioridad a la integridad del delincuente y éxito de su fechoría.

Que el pie de fuerza policial es insuficiente es un concepto generalizado que todos los medios de comunicación pregonan como mucha frecuencia; pero  la realidad lo  convierte en un debate de mayor profundidad y profesionalismo, donde los aspectos presupuestales juegan un papel preponderante, pues no se trata de inflar la  planta de personal en la Policía Nacional, sino de incorporar, formar, capacitar y llevar al servicio de vigilancia, un buen número de efectivos profesionalmente formados, especialmente lo referente a la defensa de la vida, honra y bienes de los ciudadanos  residentes en el país, fórmula generalizada que abarca la filosofía y doctrina institucional, de la cual se desprenden un sin número de conceptos, todos dirigidos al buen funcionamiento, orden,  observancia y  acato de las obligaciones  que fija una armonía respetuosa de los derechos. Atributos con los que cuentan los hombres que actualmente prestan sus servicios en la institución y que se puede deteriorar, como en otros tiempos ha pasado, por incorporaciones apresuradas, capacitaciones acomodadas y adaptadas a esas urgencias tan nefastas para la Policía Nacional.

No vamos a caer en el debate sobre la captura y conducción del infractor ante los jueces de garantías,  por ser un tema sustentado en la ley que no admite interpretaciones, sin importar las circunstancias  de tiempo, modo y lugar en la ocurrencia  de los hechos. Simplemente hacemos referencia a esta situación como ejemplo de escenario digno de evaluar, buscando eficiencia y pronta presencia de la justica frente a temas en su mayoría consuetudinarios, que a ojos escrutadores ciudadanos dejan un mal sabor de frustración y fracaso; esto sin detenernos a evaluar el impacto en los defensores del orden, para quienes el deber está por encima de estas consideraciones.

La libertad decretada por los jueces, independiente de sus consideraciones y razones nos ha conducido a una situación caótica, pues los delincuentes han perdido el respeto por la misma ley y su presencia ante la justicia representada por estos funcionarios. No solo este escenario nos da base para pensar en una reforma a la justicia, son muchas y variadas las razones, todas evaluadas y aceptadas, pero el caso que nos ocupa es tan tangible, palpable y evidente, que la comunidad se siente burlada y desprotegida, sosteniendo que solo una reforma los puede salvar de este embrollo jurídico.

*ExDirector de la Policía Nacional. 

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Aceptar Leer más