HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Fragilidad de los contrapesos

Personas de cualquier partido político que reconozcan y aplaudan a sus contrarios, independientemente que los haya derrotado en las urnas, refleja un entendimiento común y una aceptación de las reglas del juego democrático. Para muchos, las mayorías expresadas en las urnas y los discursos reconciliadores siempre sonarán refrescantes y esperanzadores.

De allí la importancia muchas veces de la alternancia en el poder; más si tenemos en cuenta que las democracias del mundo son relativamente jóvenes y frágiles, lo que nos lleva a preguntarnos si ¿Podrá el entramado institucional, los pesos y contrapesos, contener los impulsos autoritarios de quien llegue al poder?, lo que plantea de una parte, que la visión más optimista requerirá esperar, y, la más pesimista, de al menos el doble de dicho tiempo, hasta que alguna candidatura rival vuelva a encararlo en las urnas; pero mientras el electorado pueda manifestarse de nuevo, las líneas de resistencia incluyen congresistas, gobiernos locales disímbolos, jueces independientes, grupos de interés, prensa y medios masivos, algunos de sus propios simpatizantes quizá. Pero ninguno de estos contrapesos puede darse por sentado; por ello, la sociedad civil con su capacidad de informarse, vigilar, protestar, movilizarse, estará a prueba. Evaluar el peso específico o relativo de cada aspecto requiere un estudio y análisis cuidadoso.

Los mandatarios deberían llevar a cabo sus administraciones con gobiernos unificados, y si bien con los de su partido deberán cargar con la mayor parte de la responsabilidad para enfrentar las crisis y enmendar los posibles desatinos, sobrando decir que en muchas ocasiones no es sano culpar a los de antes. Últimamente estos tipos de configuración política se han vuelto relativamente raras; de ahí la articulación que debe darse para entre todos, unos y otros, a fin de caminar por senderos de consenso, lo que es vital para el desarrollo de los pueblos y para la consolidación, robustecimiento y profundización de la democracia, en últimas lo que bien y mejor importa en cuanto a ella como el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Importante y productivo es consensuar, a efecto que poco o nada resulte ni definitiva ni relativamente frágil, que se mantenga el balance de poder, en lo que ayuda llevar a la práctica un discurso conciliador o de unidad nacional: los consensos son difíciles de lograr cuando una política pública implica conflicto distributivo, de ahí que los retos en el poder no entrañen nunca envergaduras menores. *Jurista

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