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Encuentran la explicación física de por qué ver imágenes aumenta la atención

 Investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio (UT Health San Antonio), en Estados Unidos, han descubierto una razón neuroquímica de por qué las imágenes aumentan la atención. Han comprobado que la norepinefrina, una sustancia química fundamental para el rendimiento del cerebro, se regula localmente en una región del cerebro llamada corteza visual.

«Antes de nuestro estudio, las investigaciones sugerían la posibilidad de una regulación local de la liberación de norepinefrina, pero nunca se había demostrado directamente», resalta el autor principal del estudio, el doctor Martin Paukert, profesor adjunto de fisiología celular e integradora de UT Health San Antonio.

El trabajo del equipo, que incluía a los doctores Shawn R. Gray y Liang Ye, del laboratorio de Paukert, y al doctor Jing Yong Ye, del departamento de ingeniería biomédica de la Universidad de Texas en San Antonio, se publica en la revista ‘Science Advances’.

Se sabe que la norepinefrina interviene en la atención. «Es necesario liberar una determinada cantidad de esta sustancia química para que el cerebro funcione de forma óptima y pueda prestar atención –asegura el doctor Paukert–. Por tanto, si hay demasiada o muy poca, puede afectar a la forma en que procesamos la información».

Entre los estados de enfermedad en los que se sabe que la norepinefrina está alterada se encuentran los trastornos por consumo de sustancias, la enfermedad de Alzheimer, el trastorno por estrés postraumático (TEPT) y el trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH).

En algunos casos de consumo de sustancias, Alzheimer y TDAH, se reduce la liberación de norepinefrina, lo que da lugar a una menor atención. En otros casos de consumo de sustancias y en el TEPT, el nivel es demasiado alto.

Los hallazgos del equipo también se extienden a unas células llamadas astrocitos que funcionan como células auxiliares en el cerebro y el sistema nervioso central.

«Cuando una persona realiza un movimiento, como girar la cabeza para escuchar a sus padres, y eso se combina con la estimulación visual, se libera más norepinefrina en el lugar donde se procesa la información visual –explica Paukert–. Nuestro segundo hallazgo, también importante, es que los astrocitos pueden detectar de forma fiable el ritmo de liberación de norepinefrina».

En otras palabras, son sensibles a ella. Los astrocitos alteran su respuesta en consecuencia, lo que se espera que cambie el rendimiento del cerebro.

«Entender la liberación de norepinefrina, su regulación local y la respuesta de los astrocitos puede representar un mecanismo por el que se podría mejorar la atención sensorial específica –prosigue–. La investigación continuará en esa dirección».

MADRID, ESPAÑA (Europa Press).

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