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El hielo antártico podría ser más vulnerable al calentamiento

Un examen de capas de hielo antárticas del Mioceno temprano, hace 18-16 millones de años, que experimentó períodos tanto cálidos como fríos, muestra que podría ser más vulnerable al calentamiento.

La comprensión de cómo respondió la capa de hielo de la Antártida Occidental a un clima más cálido hace millones de años podría mejorar las predicciones sobre su futuro, y el nuevo estudio publicado en Nature ha comprobado que durante los periodos más cálidos, el nivel del mar subió hasta 60 metros, lo que equivale a fundir todo el hielo que hay actualmente en el continente antártico.

Sin embargo, no se sabía con certeza cuál era la contribución de la mayor capa de hielo de la Antártida Oriental (EAIS) y de la menor capa de hielo de la Antártida Occidental (WAIS) al aumento del nivel del mar en el pasado. Ahora los científicos del Imperial College que trabajan en el marco del Programa Internacional de Descubrimiento de los Océanos muestran que la extensión de la WAIS fue mayor de lo que se pensaba durante los períodos más fríos del Mioceno.

Esto significa que contribuyó mucho más a la subida del nivel del mar hace millones de años de lo que se pensaba. Esta información ayudará a los investigadores a predecir con mayor precisión el futuro de la WAIS a medida que el mundo se calienta.

Antes se pensaba que el WAIS era relativamente pequeño antes del Mioceno tardío, hace unos 10 millones de años, y que la subida del nivel del mar era sobre todo el resultado del deshielo de la mayor capa de hielo de la Antártida Oriental (EAIS), potencialmente por completo durante los períodos más cálidos de los últimos 23 millones de años.

Sin embargo, aunque los registros geológicos muestran grandes subidas del nivel del mar, los modelos de la capa de hielo sugieren que partes del EAIS permanecieron incluso durante los períodos más cálidos del Mioceno, hace unos 23-5 millones de años.

El autor principal, Jim Marschalek, del Departamento de Ciencias de la Tierra e Ingeniería del Imperial, está completando su doctorado con la Asociación de Formación Doctoral en Ciencias y Soluciones para un Planeta Cambiante.

Según él, sus observaciones del pasado ayudan a informar a los científicos sobre el estado de la Tierra. «Nuestras observaciones del pasado ayudan a informar sobre las predicciones de cómo responderá la capa de hielo de la Antártida Occidental, que se considera especialmente vulnerable a la rápida pérdida de masa de hielo en la actualidad, bajo diversos escenarios de calentamiento en el futuro», destaca.

PERFORACIÓN DE SEDIMENTOS
El equipo de investigación perforó los sedimentos del Mar de Ross, en la Antártida, para encontrar capas que correspondieran a los períodos más fríos y más cálidos. Encontraron evidencias de material depositado por un WAIS lejos en el mar, lo que demuestra que creció durante los períodos más fríos.

Esto fue posible porque en el pasado una mayor parte de la superficie terrestre bajo la WAIS estaba por encima del nivel del mar, lo que permitió que se asentara más hielo en esta parte del continente en comparación con la actualidad. A pesar de estos cambios geográficos, este estudio muestra cómo la WAIS podría elevar el nivel del mar una cantidad significativa en el futuro a medida que nuestro planeta se calienta.

Hoy en día se considera que la WAIS es muy vulnerable al calentamiento oceánico y atmosférico. Este nuevo estudio respalda esa idea, ya que demuestra que se expandió y contrajo de forma significativa durante el Mioceno.

El actual calentamiento del clima provocado por el hombre se está produciendo a un ritmo muy rápido. Ahora que la información geológica coincide con los modelos, los científicos pueden estar más seguros de que éstos captan la respuesta de la WAIS en el pasado, lo que ayuda a predecir cómo puede responder la Antártida a los cambios tanto a corto plazo como a lo largo de varios cientos o miles de años.

Los resultados también ponen de manifiesto que los efectos del cambio climático en las capas de hielo de la Antártida persistirán si no se toman ahora medidas significativas para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.

La coautora, la profesora Tina van de Flierdt, del Departamento de Ciencias de la Tierra e Ingeniería del Imperial, apunta que «aunque la Antártida está perdiendo masa a un ritmo acelerado en la actualidad, el aumento del nivel del mar previsto para finales de este siglo no se acerca a los niveles que sabemos que existían en el pasado geológico cuando las temperaturas eran uno, dos o tres grados más cálidas. De ahí que el pasado sea una ventana importante para decirnos a qué estamos comprometiendo al planeta con ciertas cantidades de calentamiento», apostilla.

«La buena noticia es que las grandes capas de hielo son relativamente lentas a la hora de responder al cambio medioambiental, por lo que todavía podríamos evitar una gran pérdida de hielo en muchas zonas –continúa–. La mala noticia es que las zonas bajas de la capa de hielo tienen un punto de inflexió», y aún no entendemos del todo dónde está ese punto de no retorno».

Por ello, recuerda que «mantener el calentamiento futuro por debajo de los dos grados, e idealmente a 1,5 grados, es el objetivo al que hay que aspirar y requiere una reducción de las emisiones del 50% para 2030».

La investigación también demostró que el gran WAIS era altamente erosivo, lo que significa que más superficie de tierra cayó bajo el nivel del mar, aumentando permanentemente la sensibilidad de la capa de hielo de la Antártida Occidental a las condiciones cambiantes del océano.

El equipo afirma que se necesitan trabajos futuros para estudiar con más detalle las partes bajas y vulnerables tanto de la capa de hielo más pequeña de la Antártida Occidental como de la más grande de la Antártida Oriental.

/Colprensa

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