Retos en DD.HH, asunto de todos

En todo el mundo, el camino para alcanzar las consignas de Derechos Humanos (DD.HH.) es largo y lleno de dificultades. Colombia, por supuesto, no es la excepción, sin embargo, hay que reconocer que el país ha dado grandes pasos en la construcción del Estado Social de Derecho que consagra los principios plasmados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre estos derechos.

Se trata de un esfuerzo al que se han ido sumando, cada vez más, entidades de todo orden. El Estado ha robustecido sus políticas en torno a la promoción y protección de los DD.HH. y emprendido, con el liderazgo y acompañamiento permanente de la Defensoría del Pueblo, acciones efectivas para que todos los ciudadanos pueden gozar efectivamente de esos derechos.

Entre esas acciones está la Política Pública de Garantías y Respeto a la Labor de Defensa de los DD.HH. y el Liderazgo Social, y de acciones para proteger los derechos, la vida y el accionar de los líderes sociales y las personas defensoras de Derechos Humanos, quienes a diario luchan por sus comunidades con valentía y gallardía, siendo, no pocas veces, amenazados y atacados por personas o grupos criminales.

Son ellos la primera línea de defensa de los DD.HH. en todos los rincones del país. Son la voz de quienes sufren las consecuencias del conflicto y quienes expresan, sin descanso, la necesidad de atención que tienen sus comunidades. Estas personas ejercen, de primera mano, el liderazgo social y la defensa de los derechos humanos en nuestro país y son los que, de manera individual o colectiva, ejercen una labor loable, muchas veces incomprendida y, por supuesto, son merecedoras de toda la admiración, respeto y respaldo de la Defensoría del Pueblo y, ojalá, de todo el país.

La defensa y protección de estos líderes y defensores de DD.HH. es tarea de todos y así lo hemos venido planteando en la Defensoría del Pueblo, y mucho más en estos tiempos en el que el país está enrutado, con aciertos y dificultades, en el camino de la reconciliación y de la paz.

Colombia se encuentra ante un escenario en el que la historia de más de cinco décadas de conflicto ha dejado huellas importantes en su tejido social, que deben llevarnos a la determinación de acciones integrales basadas en la participación efectiva, la realización permanente de la democracia, el reconocimiento de la diversidad y pluralidad, el respeto, la confianza, la tolerancia, la solidaridad y la reconciliación.

Por ello, para la Defensoría la prevención de riesgos que vulneran los derechos humanos de estas personas y de todos los ciudadanos es un paso infranqueable en el propósito de conseguir una Colombia en paz, próspera, donde el bienestar social sea el fundamento de la acción del Estado Social de Derecho.

A la fecha, la Entidad ha realizado diagnósticos sobre 572 municipios y 11 áreas no municipalizadas, advirtiendo la existencia de riesgos asociados a la acción criminal de grupos armados ilegales como el Ejército de Liberación Nacional (Eln), las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc), las Facciones Disidentes de las antiguas Farc y el Ejército Popular de Liberación, entre otros de incidencia territorial. Su operación criminal, ligada a economías ilícitas como el narcotráfico y otros elementos que conllevan condiciones de mayor vulnerabilidad para la población, denotan una mayor probabilidad de ocurrencia de conductas violentas.

Y fueron estas organizaciones criminales las que acabaron con la vida de 130 líderes sociales y defensores de derechos humanos entre enero y noviembre de este año. Cada una de esas pérdidas de líderes, lideresas y personas defensoras de derechos humanos nos duele profundamente. En honor a ellas es que debemos perseverar no solo en el camino que recorrieron sino en la protección efectiva de las demás personas que representan la defensa de los DD.HH. en toda la geografía nacional.

Como entidad que tiene el deber constitucional de velar por la garantía de los DD.HH., entendemos que para avanzar en este propósito es necesario conocer a profundidad los retos a los que nos enfrentamos como sociedad, aunar esfuerzos e identificar las oportunidades que tenemos para superarnos, para convivir en entornos seguros que promuevan la paz y el bienestar de todos los ciudadanos.

Hacemos desde la Defensoría del Pueblo un llamado a la unión y el trabajo mancomunado, con la certeza de que hoy, más que nunca, nos unen los líderes y lideresas, nos unen los defensores de los derechos humanos, nos unen sus derechos.

*Defensor del Pueblo.