El Unión, Carlos Vives y ´El Pibe´ Valderrama 

El futbol es una pasión, ilimitada e irracional muchas veces, así lo reconocen miles de hechos y circunstancias.

Mi dilecto profesor el distinguido procesalista Jairo Parra Quijano, hincha acérrimo de Millonarios, me invitó a que presenciáramos en Bogotá un clásico con su eterno rival.  A raíz del primer gol del Santafé y para explicar las incidencias previas a la desventaja de su equipo, premonitoriamente me comentó: “Mira todo lo subjetivo que tiene el futbol. Vas a escuchar que cada uno de nuestros vecinos azules tiene su propia versión acerca de las virtudes o los errores que rodearon la jugada”. El jurista empezó a indagar y efectivamente comprobamos que se tenía una apreciación diferente acerca del gol. Y se escuchó decir: “Error del portero”.  “Excelente maniobra del delantero”. “La defensa cumplió una deficiente labor”. Tres versiones diferentes de un acontecimiento, visto desde el mismo lugar. “Así es la prueba en el Derecho:  muchas veces subjetiva y emocional”, concluyó el amigo, mientras consumía su angustia.   Trataba de asociar la ocurrencia de un hecho deportivo, afectado por la alegría de unos y el desencanto de otros, con su prueba material.

Está demostrado que el futbol es el más intrigante, opinable y pasional de los deportes. Para muestra un botón:  con motivo de la mundialmente sonada clasificación de nuestro Unión Madalena a la primera división del campeonato profesional de Fútbol en Colombia, muchos comentarios y sospechas cayeron sobre el desarrollo del último partido que permitió el ascenso del querido equipo. La alegría y la tristeza de los protagonistas, no permitió, en contexto, evaluar con detenimiento la jugada del último gol conque los samarios lograron su clasificación.  La presunción de inocencia ha sido más fuerte que las sospechas y la Dimayor, como entidad juzgadora ha emitido su veredicto: El Unión jugó limpio.

Vistas las fugaces imágenes del gol clasificatorio, dos de nuestras más reconocidas figuras de la canción y el deporte Carlos Vives y Carlos ´El Pibe´ Valderrama, expresaron sus conceptos acerca de la forma en que se obtuvieron los goles que signaron tan comentado hecho.   Los dos expresaron dudas acerca de la honestidad del partido y desmerecieron la clasificación del equipo samario. Con el breve resumen como prueba, no podía concluirse con certeza si la anhelada clasificación se había obtenido de manera concertada con el fraude. Como daba para cualquier juicio, me acordé de mi amigo Jairo Parra y la presencia de la subjetividad probatoria: sobre un mismo hecho se pueden tener testimonios y opiniones diversas.

Pero por encima de intereses que ignoro y los discutibles requisitos exigidos para el ascenso, la cuna del futbol colombiano que el Unión Magdalena encarna, debe estar, por derecho propio, representada permanentemente en la Dimayor; y el honor y la tradición del futbol de Santa Marta, no pueden ponerse en entredicho, menos para optar por un campeonato.  Recordemos que en esta tierra nacieron, en alto número, los más destacados futbolistas de Colombia.

Por esto, sin hacer de abogado del diablo, consideramos que el valor representativo de estas dos figuras, borra toda duda del amor y el cariño que ellos sienten por su tierra y por Colombia, más allá de esas circunstancias. Y ubicándonos simplemente en el plano de lo deportivo, nada nuevo se descubre al reconocer que los dos forman parte contrastante de nuestro imaginario colectivo. Que Carlos Vives es la figura más destacada de nuestro folclor y nuestro arte, así estimado en todo el mundo y El Pibe, es la imagen especial de quien se enfrenta a todos por la defensa de nuestro balompié, aunque no lo exprese como muchos quisiéramos. Ellos conjugan ese sentimiento que personifica la realidad de un conglomerado humano cuya afición por el arte y el juego, va más allá de unos colores y una insignia llenos de orgullo, característico de la idiosincrasia samaria.

Admitamos que sólo fueron dos versiones de un mismo hecho, juzgado ya por quien correspondía y el Unión está en la primera división.   Carlos Vives y ´El Pibe´ Valderrama, siguen siendo en la deportividad de la patria, la grande y la chica, dos figuras, dos símbolos de indiscutibles valores en lo nacional y en lo internacional.  La prueba objetiva, que es la que vale, no rompió el principio de inocencia y el Unión está en el puesto que por tradición deportiva le corresponde al lado de los grandes del futbol colombiano.  Esperamos ahora que, a partir del 22 de enero, compita con ambición y gallardía.

*Abogado*Profesor Universitario*Escritor