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Vendedores de jugos felices con su reubicación hacia el Camellón

Los jugos naturales son una tradición en Santa Marta porque no solo se deleitan los samarios sino también los turistas nacionales y extranjeros. 

Con alegría y muchas expectativas positivas recibieron los vendedores de jugos naturales de la calle 16 su reubicación en el remodelado Camellón de la Bahía, el cual fue entregado formalmente.

En la tarde de ayer los vendedores beneficiados recibieron los respectivos módulos o kioscos de comercio después de un sorteo aleatorio que se hizo de forma concertada. De esta manera los emprendedores disponen de una infraestructura cómoda, con una dotación de uniformes, de licuadora, exprimidor, vasos y otros elementos que fortalecerán su actividad comercial.

Según Alfonso Jiménez, quien lleva 43 años vendiendo jugos naturales en Santa Marta, la reubicación hacia el Camellón de la Bahía representa un reto con muchas oportunidades ya que ese sitio es un punto de atracción turístico.

“Estamos asombrados con el trabajo logrado por el gobernador, la alcaldesa y el secretario de Gobierno, ya que han permitido la construcción de unos módulos amplios que permitirán una atención agradable a nuestra clientela, a la cual le hago un llamado para que acudan a partir del 1 de febrero”, mencionó.

Jiménez destacó que la nueva plazoleta de jugos tradicionales está contigua al puerto marítimo de la ciudad, ofrece zona de parqueo a vehículos y una vigilancia policiva gracias al funcionamiento de un CAI de la Policía. “Estaremos como siempre dispuestos a brindar una esmerada atención a los clientes, ciudadanía y turistas que desean disfrutar de un exquisito jugo al frente del mar”, indicó.

Vale mencionar que Alfonso Jiménez es heredero de una tradición que inició su padre Alfonso Arturo Jiménez Iglesia (fallecido hace 5 años), quien es considerado uno de los pioneros en la venta de jugos naturales en la calle 16 del centro histórico.

“Como hijo único varón siempre acompañé a mi papá en su trabajo y seguí ese amor al comercio, gracias a Dios me he podido sostener para poder educar a mis hijos en una trayectoria de 43 años, me siento satisfecho y orgulloso atendiendo a mi clientela”, anotó Jiménez.

Recordó aquella época cuando su papá comenzó vendiendo jugo de naranja, maracuyá y Milo al estilo frappé porque todavía no existían licuadoras. “Fue un amigo suyo quien se tomó la molestia de traer desde los Estados Unidos la primera Oster americana que le costó $5.000 en ese tiempo. El negocio de los jugos naturales de frutas tropicales arrancó con dos licuadoras y así la clientela fue aumentando”, aseveró.

Fue categórico al afirmar que los jugos naturales son una tradición en Santa Marta porque no solo se deleitan los samarios sino también los turistas nacionales y extranjeros que acostumbran a acompañar su jugo de fruta con un buñuelo, un dedo de queso, un perro caliente o una pizza.

Al igual que Jiménez, los demás vendedores de jugos, fritos y comidas rápidas son personas dedicadas a su actividad comercial que les ha permitido obtener ingresos económicos para sostener a sus respectivas familias.

La entrega de los 14 módulos o kioscos comerciales a igual número de vendedores de jugos naturales se efectuó ayer en el marco de la apertura del remodelado Camellón de la Bahía con la presencia del secretario de Gobierno, Marcelino K’David; el secretario de Desarrollo Económico y Competitividad del Distrito, Iván Calderón Quintero; de los directivos de la Asociación de Vendedores del centro histórico y de variedades

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