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“Las mujeres podemos transformar el mundo”

Por:

ANDREA

PEROZO

 

El Día de la Mujer se celebra el 8 de marzo desde hace 45 años.

Los antecedentes de esta celebración se remontan en marzo de 1857, en el marco de la revolución industrial, varias mujeres salieron a protestar a las calles de Nueva York, condenando las míseras condiciones en las que trabajaban en el sector textil.

En el marco de la conmemoración de este día tan importante, en el cual las mujeres son destacadas por su valentía y sus capacidades, HOY DIARIO DEL MAGDALENA estuvo conversando con la religiosa y actual Hermana Rectora del Instituto La Milagrosa, Eleein Paola Navarro González, ella es una samaria muy entregada a su vocación de servicio a Dios y a la comunidad educativa.

Hermana, además de ocupar el cargo de rectora en el Instituto La Milagrosa, ¿cuál es su profesión?

“Cursé pregrado en Teología, luego hice una especialización en estudios bíblicos y actualmente estoy haciendo una maestría en educación”.

¿Cuánto tiempo tiene en la Rectoría de este plantel educativo?

Gracias a Dios, este año la comunidad me confió este servicio. El año pasado estaba laborando en la parte administrativa, encargada de las finanzas, me siento orgullosa de lo que hago, porque soy exalumna de esta Institución”.

¿Por qué considera importante que en el mundo se celebre el Día de la Mujer?

“Es muy importante celebrar esta fecha, primero, porque nos recuerda el hecho que dio origen a este día, que fue la lucha de unas mujeres por sus derechos y que desde ahí se comenzó un movimiento de reivindicación del papel de la mujer en la sociedad. Y pienso que es una tarea en la que todavía hay mucho que hacer, aunque hemos logrado de verdad ser visibilizadas desde muchos espacios”.

Desde el punto de vista de las comunidades religiosas, ¿cómo ha trascendido el papel de la mujer?

“Si nosotros vamos a la historia del cristianismo desde sus inicios, la presencia de la mujer ha sido fundamental. De hecho, María Magdalena fue la privilegiada, una mujer que tuvo la dicha de ver por primera vez a Jesús Resucitado. Y fue el testimonio de esa mujer el que hizo que naciera de alguna manera la experiencia cristiana.

En este momento la Iglesia está teniendo un movimiento de renovación que ha surgido precisamente de la necesidad de que la mujer sea puesta en un lugar donde su aporte sea más visible. Si tú vas a las parroquias, tú vas a encontrar que la mayoría de las personas que ayudan en ese recinto, catequistas, maestras o líderes de la Iglesia son mujeres; y en la vida religiosa como tal, tú encuentras millones de mujeres en el mundo entero que desde distintos carismas siguen diciendo presente a la propuesta del Reino de Jesús, siendo mujeres. Entonces pienso que es muy trascendental el papel de la mujer”.

¿Usted considera que todavía existe el machismo en la Iglesia? ¿Por qué aún no hay mujeres que ejerzan el sacerdocio?

“Hay muchas cosas detrás de eso. Primero, el machismo, como lo decía hace un rato, es una costumbre cultural, es cierto. Y la Iglesia hace parte de la cultura de los pueblos, de los países. Entonces, por mucho tiempo las mujeres en la Iglesia hemos venido haciendo un trabajo de concientización, también de la institucionalidad de la Iglesia, que es hecha por varones, pensada por varones y construida desde la lógica de los varones. Pero también la Iglesia en este momento está abriendo el espacio para que la voz de la mujer sea escuchada. Y tenemos una lucha, no tanto de igualar el ministerio del sacerdocio a la mujer de la misma manera que lo tiene el varón, porque eso es una lucha de algunas dentro de la Iglesia; no se trata de eso, sino de que se reconozca el valor y el aporte que la mujer hace a la Iglesia. Igual que socialmente, hay muchas acciones que realizar en el cristianismo”.

¿Se ha hablado de este tema con el Papa Francisco?

“Sí, de hecho, hay un grupo de mujeres que incluso se ordenaron sacerdotisas hace algunos años. Es un movimiento de mujeres que reconoce la autoridad del Papa, pero que todavía en la institución no las reconoce como tal. Pero hay un diálogo cercano, porque no es fácil cambiar una estructura que es tan antigua y que también, si miramos la perspectiva que tiene la sociedad de la Iglesia, tampoco es fácil culturalmente aceptar una mujer como sacerdote, porque es lo que estamos recalcando, por esa cultura machista en la que hemos sido educados y hemos forjado el mundo. Pero hay diálogos, hay acercamientos, hay búsquedas. El Papa Francisco está muy abierto a eso de escuchar la voz de las mujeres”.

Hermana, Por último, ¿qué mensaje les envía este 8 de marzo a las mujeres?

El mensaje que quiero enviarles a las mujeres de mi ciudad y de Colombia es que no le tengamos miedo a esta realidad que a veces puede desbordarnos, que encontremos en nosotras todos los valores, las potencialidades y las capacidades que hay dentro de nosotras para de verdad transformar este mundo, ese pequeño mundo, ahí en nuestra familia, en el lugar de trabajo donde yo estoy. Si yo doy lo mejor de mí, seguramente vamos a cambiar la historia de este país que necesita de nosotras las mujeres para que le pongamos humanidad. Tenemos un país deshumanizado, las mujeres estamos llamadas a poner eso que la vida nos regaló, esa intuición femenina, ese valor y ese amor por la vida”.

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