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“Hemos sido desunidos hasta en la música”: Carlos Vives

Cuando llegaron los primeros acordeones al Caribe colombiano muchos los tacharon como instrumentos del diablo, sin imaginar que se convertirían en uno de los pilares de la historia de la música colombiana.

Eso lo tiene claro Carlos Vives, quien en su momento no le dio temor de hacer ‘Clásicos de la Provincia’ con instrumentos como la guitarra eléctrica y la batería, por lo que hoy, no teme en sentarse con jóvenes productores y todas las posibilidades sonoras que ofrece.

‘Cumbiana’ va por ese mismo camino, un universo con una base tradicional que permeó buena parte del mundo y se ha retroalimentado del mismo.

Este viernes ya estará disponible el álbum ‘Cumbiana II’, que hace parte de un proyecto social y eco ambiental en el cual Carlos Vives viene trabajando desde hace algunos años.

RECORRIENDO CUMBIANA

A diferencia de ‘Clásicos de la Provincia’, que pasaron muchos años para el segundo volumen, no pasó mucho tiempo para ‘Cumbiana II’.

Es horrible, porque hoy en día hay que lanzar algo todos los meses, si no uno desaparece. Yo no sé cómo es esta vaina hoy, es una cosa muy loca, por lo que nos toca apurarnos.

¿Ha cambiado mucho la industria de la música?

Mucho, mucho mucho. Uno desde su arrogancia se quedaba pensando en que siempre haré álbumes, y luego te llaman para hacer una canción con otro artista, y la haces, pensando en seguir empeñado en el álbum (risas).

Al final, por lo que canto, por lo que quiero cantar, ese territorio que nos ha dado tanta música, tanta diversidad, y que hemos olvidado tanto, es una excelente oportunidad para mostrarnos más unidos en la música. Fíjate que hemos sido desunidos hasta en la música.

La música andina era la que se llamaba música colombiana, y la cumbia y esas cosas parecía que no estaba a ese nivel, y todavía hay emisoras que hablan de la música andina como la única música colombiana y sólo ponen pasillos, torbellinos y bambucos, y pare de contar.

Pero la música te enseña la familiaridad que todos tenemos y la manera que todos estamos conectados, no sólo dentro de Colombia a través de nuestros ríos, nuestras ciénagas y nuestras montañas, con todo el mestizaje, también con nuestra relación con el mundo.

Mucho antes de nosotros la música colombiana se había ido y había sembrado cosas en buena parte del mundo, con la cumbia y el bambuco que sembraron cosas que nosotros hemos ido recogiendo.

Es puro cariño de la gente por Colombia, por su poesía. Yo que he estado viajando desde mediados de los años ochenta, ha sido recibir, por ser colombiano, además de la típica historia narco, el aeropuerto y la requisa, llegabas a una emisora, una librería, un restaurante, y no faltaba quien te hablaba de la poesía, la música, los escritores colombianos.

Todo lo que Colombia regó por el mundo en algún momento, nosotros lo hemos recibido, como herederos de esa diversidad.

¿Lo plasma en ‘Cumbiana’?

Es lo que trato de presentar en esta ‘Cumbiana’, en los dos volúmenes, no solamente nuestras conexiones internas, sino cómo estamos conectados con otras partes del mundo de distintas maneras.

En ese contexto, ¿Cómo fue el trabajo con los artistas invitados a ‘Cumbiana’?

La canción con Fito Páez, ‘Babel’, escribo pensando en hacerle un homenaje al rock argentino. Incluso la empiezo a escribir sin pensar en si va en este álbum, pero la empiezo a cantar y me sale como Charlie, porque es un tema muy universal, con el tema de la guerra y que no nos entendemos, y las dificultades que tenemos para tener una política de acuerdo a todo lo que somos.

Esa temática que te inspira el rock and roll, de quejarnos y cantar. Yo podría haber hecho una canción copia de Charly o Fito para hacerles un homenaje, pero al final encuentro una manera, a partir del rock de mi pueblo, a partir de mis patrones de conectarme, que escuchas esa canción y al inicio parecen los Gaiteros de San Jacinto o sus Taironas, y es como conocer ese sentimiento anfibio presente y cómo logramos conectarnos.

¿Fusiones que no dejan de ser polémicas?

No han dejado de decir que Carlos Vives cogió el rock y se lo puso al vallenato. No, lo que cogemos del rock son los instrumentos, pero lo que aplicamos en esos instrumentos es un rock nuestro, el rock de mi pueblo, porque nosotros heredamos muchos patrones, por lo que no parece una cosa prestada o hecha a la fuerza, donde Fito Páez puede cantar muy bien, y puedo yo hacer lo mismo.

Son conexiones que existen en el mundo, que la industria discográfica ha apartado.

Si tu no hablas inglés no puedes cantar esto, pero Gabriel García Márquez ya te decía que el Caribe comenzaba en Luisiana.

El universo Cumbiana…

‘Cumbiana’, este territorio, esta tierra del olvido, este mundo anfibio y olvidado, porque sus pueblos importantes dejaron de serlo cuando el río dejó de ser importante, cuando empezamos a dañar todo y contaminarlo, dejando que se pierda, pues es el mundo que nos ha conectado con el mundo exterior.

Cuando yo escucho a Juancho Polo tocar tengo que pensar en Alemania y sus polkas, porque ese man al tocar estaba pensando en Europa, pero como era cumbiero, así le sonaba, pero él quería tocar polka.

Cuando escuchas los corridos en México, y si los ferrocarriles de Antioquia no hubieran patrocinado la música ranchera, Juanes no hubiera hecho ‘La camisa negra’.

Un álbum abierto al mundo…

Mi disco no es tradicional, porque para mí hay mucho vallenato, pero para los que siguen otros vallenatos no lo es, porque para mí al final es muy difícil ser un folclorista, pero sí nos hemos inventado nuestra música moderna a partir de todo lo que nos ha dado nuestra tierra.

Es un disco con retos divinos, tengo bambucos, tengo joropo. Hay una cosa de la colombianidad que nos criamos con una gran diversidad de música, con cosas locales y extranjeras.

¿Todo con un trabajo social?

Trabajo con una comunidad llamada Buena Vista, son los pueblos palafitos de los más antiguos y queda cerca de Nueva Venecia que es el más conocido de todos.

Se va a rehacer la carretera que va de Barranquilla a Ciénaga con la esperanza que el trabajo que se haga mejore la situación de ese ecosistema, la calidad de vida de la gente de la región, donde había gente que era humilde pero no pobre, pero hoy hay mucha pobreza.

¿Cuál es el siguiente paso?

Mi sueño, que es una canción que sale más adelante en una edición especial de ’Cumbiana II’, es un concierto antibio, con todos los invitados para llamar la atención sobre este lugar y sus problemáticas y el territorio ‘Cumbiana’.

/Colprensa

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