HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Regresó por ropa a la escena del crimen y escapó otra vez 

La vivienda en donde fue asesinada la mujer venezolana junto a sus dos pequeños hijos, fue destruida por la propietaria del terreno y vecinos.  

En silencio y con un panorama desolador, así amaneció ayer el barrio Altos de Bahía Concha. Los habitantes de este sector que se ubica al oriente de Santa Marta, aún no asimilan el crimen de una mujer de nacionalidad venezolana junto a sus dos pequeños hijos a manos de su pareja sentimental.

En el rostro de cada morador se nota la tristeza, el repudio, pero también, las ganas de querer encontrar al responsable y tomar justicia por sus propias manos. “Esto no puede seguir pasando en la ciudad y ese hombre, quien no tuvo compasión, debe pagar tarde o temprano”, manifestaron.

Después del macabro hallazgo de los cuerpos sin vidas y confirmarse el triple homicidio, la presencia de la Policía, según la comunidad, ha sido nula. “Ellos se fueron y ya, ni siquiera han hecho operativos en la parte alta ni nada, los uniformados como que pretenden que llegue a sus pies”, indicó Sonia, una habitante.

 VOLVIÓ A LA CASA Y ESCAPÓ OTRA VEZ 

Y lo anterior mencionado quedó evidenciado en la madrugada de ayer, cuando Luis Emiro Cuesta Abadía, alias ‘El Chocoano’, aprovechó la soledad del barrio y la falta de presencia policial, para regresar a la escena del crimen (la casa donde vivía con la víctima), bañarse, cambiarse de ropa y volver a escapar.

Así lo relataron sus vecinos, quienes afirmaron que sintieron ruidos extraños y cuando salió la luz del sol, al interior del inmueble, notaron movimientos en cuanto a las prendas de vestir y otros elementos de valor que allí se encontraban.

“Ese hombre volvió en la madrugada, porque no encontramos su ropa y él la había dejado guardada en un bolso militar. También se evidenció una gorra encima de la cama, la cual llevaba puesta y la dejó allí abandonada, tal vez, en medio del desespero de volver a salir antes que la comunidad lo encontrara”, relató una vecina de las víctimas, que prefirió mantener en reserva su identidad.

DESARMARON LA CASA Y LOS QUEMARON TODO 

Después de conocerse que alias ‘El Chocoano’ volvió a la escena del crimen en busca de sus prendas de vestir, los familiares de las víctimas, vecinos y la propietaria del terreno en donde estaba construida la humilde vivienda de Emperatriz, procedieron a desarmarla por completo y a quemar colchones, escaparates y otros artículos.

La madre venezolana junto a sus dos hijos estaba próxima a cumplir tres meses en la casa donde fue asesinada a puñal. “Los mismos familiares vinieron, recogieron todo, se llevaron lo que tenían que llevarse y me dieron orden de quemar todo lo que aquí había quedado”, contó María Sulay Castrillón, propietaria del terreno.

María Castrillón catalogó a la migrante del vecino país como una “mujer trabajadora, que siempre evitaba tener problemas con sus vecinos”. “Esa muchacha estaba pendiente de sus hijos. Hay un comentario de que podría estar embarazada, porque se le veía en la barriga, entonces ya no serían tres sino cuatro. Esto es una cosa inaudita, no se justifica”, puntualizó.

En cuanto al estado de embarazo de la madre víctima, esto deberá ser confirmado por medio de la necropsia que le practicarán médicos forenses de la morgue del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de esta capital, quienes además, determinarán las heridas que sufrió y que le produjeron la muerte.

ADORAR A LOS NIÑOS 

Liliana Piña, presidenta de la Junta de Acción Comunal del Asentamiento Tonisa, repudió lo sucedido y elevó, una vez más, un llamado a las autoridades Distritales y a la fuerza pública con el fin de que trabajen en su sector y se eviten este tipo de hechos lamentables y que enlutan a toda una ciudad.

“Estamos consternados todos con esto que acaba de pasar, sobre todo los niños, a quienes tenemos que quererlos, adorarlos y cuidarlos, ya que son el futuro de nuestro país. Y sí pedimos más apoyo de las autoridades para que hagan presencia en el sector y poder ayudar a las personas que tengan problemas y no se llegue a esta situación que se ha llegado”, manifestó Liliana Piña.

La presidenta de la JAC, pidió una oportuna reacción de la Policía ante los llamados que hace la comunidad en un caso como estos. “Ya que uno no se puede meter en esas peleas de marido y mujer, uno debe alertar a la Policía pero ellos deben tener una reacción inmediata, porque uno es mujer y hay que acudir así diga uno no se meta”, agregó la líder.

EL RECHAZO DE  LA COMUNIDAD 

Un sentimiento de tristeza generalizado existe en esta zona de la ciudad, donde sus moradores aún no pueden creer el atroz crimen contra tres de sus habitantes, dos de ellos menores de edad. En las calles no se habla de otro tema que no sea la muerte de la mujer considerada entre sus vecinos como trabajadora y entregada a sus hijos de 2 y 5 años de edad, también víctimas del terrible suceso.

Todos se preguntan qué razones tuvo Luis Emiro Cuesta Abadía, alias de ‘El Chocoano’, para acabar con los sueños de Emperatriz Itachi Linares Fernández, de 30 años de edad, y sus dos menores que apenas iniciaban su vida, y recientemente habían llegado a residir al lugar armado con tablas de manera, donde fueron encontrados por la hermana de la mujer, quien dio aviso a las autoridades.

ASÍ OCURRIÓ EL TRIPLE HOMICIDIO 

El triple asesinato que tiene consternado a los habitantes de Marta, habría ocurrido en horas de la madrugada, Santa sin embargo, el hallazgo de los tres cuerpos se registró en horas de la tarde del miércoles, por parte de la hermana de la mujer de 31 años de edad, quien al no saber de su paradero se trasladó a la humilde vivienda y fue cuando descubrió que todos habían sido asesinados a cuchillo.

Las víctimas fueron Emperatriz Linares Fernández, de 31 años, oriunda de Venezuela, y sus dos hijos, Miguel Díaz Linares, de 12, y Jesibell Emperatriz Díaz Linares, de 7, todos asesinados con arma blanca, a manos de él sujeto conocido como ‘El Chocoano’.

Al lugar arribaron Unidades de criminalística de la Policía Judicial que acudieron al finalizar la tarde y realizaron la inspección y levantamiento de los cuerpos para luego trasladarlos hasta la morgue de Medicina Legal Y Ciencias Forenses, donde les practicaron las necropsias de rigor.

Las labores judiciales permitieron conocer que el cuerpo de la adulta fue hallado sobre la cama, junto a su hijo de 12 años abrazado, mientras que su niña de siete años quedó en el suelo de arena con varias heridas de puñal en el cuello, cara y cuerpo que ocasionaron su deceso.

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