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Estudiantes cucuteños ganan competencia con robot inteligente creado con Lego

Las tecnoacademias creadas por el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) han servido para fortalecer las competencias orientadas al uso, aplicación y desarrollo de tecnologías avanzadas, permitiéndoles a los jóvenes de diferentes regiones del país, obtener reconocimientos a nivel nacional e internacional por los proyectos que desarrollan.

Este es el caso de los jóvenes que integran el Semillero de Investigación de Robótica de la Tecnoacademia en Cúcuta, quienes participaron en el First Lego League, competencia internacional que se celebra en más de 90 países, propiciando la diversión y la imaginación, mientras los competidores aprenden a aplicar conceptos de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática (STEM), creando robots con bloques de lego que deben dar solución a una problemática.

Los 10 jóvenes que conforman el equipo y que son estudiantes de diferentes instituciones educativas públicas y privadas de la ciudad, participaron en la competencia regional que se desarrolló en Cali, obteniendo el primer lugar entre los 6 equipos ganadores. El grupo logró la clasificación a la nacional con 370 puntos y que se desarrollará en Bogotá, los días 25 y 26 de junio, y en donde esperan alcanzar otra calificación favorable para pasar a la ronda internacional que se disputará en Brasil.

Para esta versión, la temática se denominaba ‘Cargo Connect’, la cual estaba inspirada en una de las industrias que más se transformaron durante la pandemia provocada por la COVID-19. Los equipos del First Lego League debían explorar el futuro del transporte, desde el envío de paquetes en áreas rurales y urbanas hasta la entrega de socorro en casos de desastre y el tránsito aéreo de alta tecnología.

Teniendo en cuenta este requisito, el grupo de robótica de la Tecnoacademia de Cúcuta decidió fabricar un camión con piezas de lego, capaz de transportar vacunas a zonas apartadas de la región o del país en donde el servicio de la energía no llega, pero guardando la cadena de frío que deben tener los biológicos.

Andrés Mauricio Fuentes Velásquez, líder de la tecnoacademia y quien ha estado acompañando el proceso de los estudiantes, explicó que vienen participando en esta competencia desde el 2018, destacando que desde el 2019 siempre han ganado las rondas regionales, clasificando a la nacional. En el 2020 aunque tenían un cupo para participar en la competencia internacional, por la pandemia todo se canceló.

“La filosofía del lego es plantearle a los jóvenes menores de 16 años una situación problema, para que los chicos propongan soluciones innovadoras. En este caso, la temporada buscaba dar soluciones de movilidad y transporte, en donde más de crear un robot debíamos cumplir con cuatro pruebas”, mencionó Fuentes.

El líder explicó que la primera prueba estaba relacionada con presentar un proyecto de innovación, por lo que los estudiantes afrontaron el problema del transporte de las vacunas hacia lugares de difícil acceso.

“Teniendo en cuenta que esas vacunas se tienen que preservar a una temperatura especial, hay que tener unos enfriadores especiales y estos no pueden dejar de funcionar porque se pierde la cadena de frío. Entonces los chicos crearon un prototipo de camión que podría realizar estos desplazamientos utilizando energía solar para el funcionamiento del mecanismo de los congeladores”, mencionó el líder.

La innovación del proyecto está en que, cuando los congeladores salen del camión, estos cambian a un sistema autónomo que mantiene los biológicos refrigerados por unas cuatro o cinco horas con las temperaturas que se requieren.

El segundo reto se denominaba valores, es decir que la competencia no solo pedía que se hicieran tareas de ingeniería, sino que también exigía que se aplicara un concepto de integralidad donde se fomentaran valores como la solidaridad, cooperación y sobre todo, trabajo en equipo.

“No es solo una persona la que hace, sino que todos los chicos cooperaron y ellos debían demostrar esto mediante una cartelera y una exposición, ahí los entrenadores no podíamos estar presentes, ellos tenían que demostrar que cada uno tenía un rol dentro del equipo y esto es importante, porque cada uno viene de un colegio distinto, de diferentes grados y de diferentes entornos socioeconómicos, entonces esa armonización es fundamental”, agregó Fuentes.

El tercer desafío consistía en el diseño del robot. Los estudiantes debían construir un robot capaz de superar cualquier obstáculo en la pista.

“Ellos tuvieron que elaborar algo que se llama libro de ingeniería, en donde explican las piezas que utilizaron, cuántos motores, por qué los utilizan, si son o no eficientes. Además de las baterías, si estas se pueden reemplazar fácil o no, la programación del robot con el computador, todo eso debía explicarse”, señaló.

Los jóvenes explicaron que todas las piezas de lego que utilizaron y que acoplaron, involucran conceptos de matemáticas y física que, aunque parecen sencillos, deben manejarse bajo un concepto de programación propio del sistema de Lego.

Y la última prueba era la del juego del robot. El momento en que todos los equipos de la regional salían a la pista para poner a funcionar sus proyectos.

“Cada equipo tenía un turno de dos minutos y medio para poner el robot en la pista y que este saliera a cumplir misiones, la mayor cantidad de misiones en ese tiempo. Ellos debían ensayar mucho para poder optimizar esos tiempos, y pues esa es la prueba más emocionante, ya que el robot está en acción y debe ser preciso”, finalizó Fuentes.

Explicó que el robot tiene “un mini computador” que es el que guarda todos los programas que se van a aplicar.

“Dos personas del equipo son elegidos como los lanzadores, ellos salen a la pista, ubican el robot en la posición que quieren que salga, seleccionan el programa y lo activan, entonces el robot tiene que ir solo, ejecuta su misión y regresa. Cuando él regresa a la base, ellos deciden si le ponen la rutina y vuelve y sale el robot, pero toda esa programación previamente ellos la hacen en el computador”, añadió el líder.

El líder de la Tecnoacademia indicó que el Lego, más que un juguete, debe ser visto como una herramienta para crear soluciones.

“Aquí la formación que hacemos tiene énfasis en la ciencia, la tecnología, ingeniería y las matemáticas. Participar en estos torneos no solo les enseña sobre ingeniería o diseño, o programación electrónica, sino que todo tiene un propósito. Eso les enseña a crecer como equipo, a crecer como individuos, a encontrar su vocación”, destacó el líder.

Además de esto, los jóvenes se orientan vocacionalmente, ya que cuando salgan de 11°, tienen claro qué van a estudiar en la universidad, puede ser una ingeniería, algo relacionado con la ciencia o el diseño.

“Van aprendiendo que quieren hacer en un futuro y ese es uno de los propósitos más interesantes para nosotros, porque les enseñamos a los chicos el poder de construir y de crear soluciones», puntualizó.

El profesor Andrés Acosta, líder también del Semillero de Investigación de Robótica, mencionó que, el ideal es que los chicos de diferentes colegios se apasionen por la tecnología, para aflorar esa «vocación profesional desde diferentes área de la ciencia».

/Colprensa

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