Una chocoana se ganó el Premio Mujer Cafam

La ‘Mujer Cafam 2018’ lidera la asociación de ‘Mujeres del Mundo Anna Perenna’ creada en 2000, la cual tiene como objetivo principal el empoderamiento de mujeres inmigrantes en la defensa de sus derechos.

 

Durante tres décadas, el premio ha apoyado iniciativas sociales de las mujeres visibilizandolas en más de 600 historias de las 4863 mujeres postuladas.

 

Jenny de la Torre Córdoba fue elegida este miércoles como la Mujer Cafam 2018, por su liderazgo en la asociación de ‘Mujeres del Mundo Anna Perenna’, creada en 2000 y que tiene como objetivo principal el empoderamiento de mujeres inmigrantes en la defensa de sus derechos.

La ganadora, quien desde muy temprana edad trabaja por el empoderamiento de la mujer y las comunidades afrodescendientes, habló con HOY DIARIO DEL MAGDALENA y Colprensa sobre el reconocimiento y el trabajo que desempeña desde hace varios años con su comunidad.

 

Jenny De la Torre Córdoba fue elegida como Mujer Cafam 2018, ella es una líder quien desde muy temprana edad trabaja por el empoderamiento de la mujer y las comunidades afro descendientes. Jenny fue la representante de Chocó y ayer miércoles en la mañana fue elegida como ganadora por el jurado nacional.

 

¿Quién es Jenny de la Torre?

Soy una mujer negra y ahora trabajo desde un liderazgo en una fundación que hemos creado como una provocación que se llama ‘Asociación de Mujeres del Mundo Anna Perenna’ y también somos parte de la red de mujeres afrocolombianas Cambirí.

¿Cuál es su motivación?

Solo tengo una y es hacer que todas y todos podamos volar como mariposas, con alas propias desde adentro y eso se llama poder, busco empoderar para incluir.

¿Qué la impulsó a trabajar en pro de la comunidad?

Estar viva, porque desde los ocho años enseñaba a mis amiguitos a leer y a escribir, pero yo no sabía que eso era liderazgo, a mí me impulso a ser útil y servir el estar con este cuerpo humano respirando cada día y amando a la divinidad que es a la que le ofrendo esta honra.

¿Qué ha sido lo más gratificante de esta labor?

Ha sido poder encontrarme en cada una de las personas que toco o encuentro, quedarme con un pedacito de su magia para que las mariposas vuelen.

¿Y los inconvenientes?

El más grande ha sido la indiferencia. Esta es la dificultad que todavía tenemos especialmente en esta patria de aceptar que somos multiétnicos, pluriétnicos, diversos y multiculturales. Todavía hablamos de que hay una mujer negra que reina, hay un hombre negro que es ministro, es lo único que veo como un obstáculo a la plenitud de la inclusión.

 

Durante la premiación se entregó una mención de honor a la mujer representante de Norte de Santander, Martha Lucía Mora, junto con 20 millones de pesos por su intención de incentivar el arte en niños que han sido víctimas del conflicto armado. De igual forma, la representante de Antioquia recibió mención de honor por su trabajo en la transformación del Museo de la región.

 

¿Cuáles son las características de la mujer chocoana?

Es una alma madre de todos y todas, es sabor y cultura. Somos verbo y arte.

¿Cuál es su mensaje?

Colombia no caigas en la trampa, hay que pasar por lo mediático y recordar que nosotros como nación y como estado tenemos un propósito: convertirnos en un verdadero país de paz, de ejemplo para todos los vecinos y los lejanos.

¿Y su frase?

Hacer de lo ordinario algo extraordinario, porque lo ordinario es lo que cotidianamente estamos acostumbrados a hacer y mi trabajo es de construir eso y si hay racismo, indiferencia o exclusión trabajar en deconstruirlo, eso es lo ordinario, nuestro ordinario es que todos y todas nos podamos ver más allá de nuestro color de piel, de nuestra situación social o del lugar donde venimos o donde estemos.

¿Cómo hacer para empoderar más a la mujer?

Con trabajo y dejando que explote la pasión que llevamos dentro. No hay una mujer, somos muchas mujeres en esta nación que han reconocido nuestro poder desde el hecho de hacer parte de un país con tanta contradicción. Entonces mi mensaje es que todos somos uno, nosotras somos ellas y yo soy todas, es un llamado de unidad en la diferencia.

¿Qué se viene ahora?

Seguiré trabajando en hacer que lo ordinario se vuelva extraordinario. Seguir caminando con mi comunidad por el proyecto de la cuenca del río Munguidó, afluente del río Atrato, en cuyo cauce se encuentran asentadas 14 comunidades afrodescendientes. Mi próxima meta es seguir capacitando a más de las 100 mujeres con las que he trabajado en temas de salud, educación y conflicto armado e impactar a más de 6000 personas./Colprens