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Sede de la Esap en Santa Marta se convirtió en un ‘Elefante blanco’: Contraloría

La Contraloría General de la República informó que la nueva sede de la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP) en Santa Marta se convirtió en un elefante blanco sobre el cual el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (Fonade) no quiere rendir cuentas a la ciudadanía.

«La construcción de la nueva sede de la ESAP en Santa Marta lleva más de dos años sin ningún grado de avance, y pese que se ha convertido en un “elefante blanco”, FONADE se niega a rendir cuentas a la ciudadanía frente a la gestión e inversión de los recursos públicos comprometidos en esta obra», indicó el ente de control.

Por estas irregularidades, la Contraloría adelanta un proceso de responsabilidad fiscal por 4.521 millones de pesos en contra de varias exfuncionarios de FONADE y de la ESAP, quienes aparecen involucrados por su falta de gestión y supervisión en el desarrollo y ejecución de los contratos derivados del Convenio suscrito entre ambas entidades para la construcción de la sede.

«La inversión de la obra asciende a 5558 millones, en la que se incluyen dos adiciones al valor inicial, lo que denota una falta de planeación, sumado a las 5 prórrogas al contrato, que en su totalidad están vencidas. La obra debió entregarse el 15 de noviembre de 2014, y al día de hoy, se encuentra en obra gris», explicó la Contraloría.

FALLAS EN LA CONSTRUCCIÓN

La Contraloría explicó que desde marzo de 2016 se han venido evidenciando falencias en la construcción asociadas a los incumplimientos de las normas de sismoresistencia NSR 2010.

Además, el ente de control aseguró que a pesar de que en el 2016 no se había culminado la primera fase de construcción de la sede «la misma presentaba serias fallas estructurales, y se pudo constatar en información publicada en el Sistema Electrónico de Contratación de la Administración Publica SECOP, que la ESAP contrató la segunda fase de la construcción”.

Sin embargo, las mayores irregularidades están en que la interventoría y Fonade recibieron las obras con incumplimiento de las normas de sismoresistencia, daños en los elementos estructurales y fallas constructivas.

«En sana lógica la interventoría y FONADE, no debieron recibir las obras,ni mucho menos avalar las prórrogas al plazo de ejecución del contrato, toda vez que existía un notorio incumplimiento de las obligaciones a cargo del contratista», explicó la Contraloría. Bogotá Colprensa.

 

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