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Obispo de Santa Marta deplora asesinato del exsacerdote

Monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval, obispo de la Diócesis de Santa Marta.

 

“Elevamos al Señor oraciones para que sea acogido en la casa del Padre, pedimos por la conversión de sus asesinos y rechazamos la muerte del padre, como de toda clase de violencia que atenta contra la vida y la dignidad de las personas”, dice un comunicado de la Diócesis de Santa Marta.

Monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval, obispo de la Diócesis de Santa Marta, deploró el asesinato del exsacerdote Dagoberto Noguera Avendaño, ocurrido el sábado por la tarde cuando se encontraba en su casa en Mamatoco, en el nororiente de la ciudad.

Exteriorizó el profundo dolor que la causó tener conocimiento de esa noticia porque ya en su retiro, en su condición de jubilado, se había convertido en una persona bondadosa y social que realizaba obras en beneficio de los demás.

Pidió para su familia consuelo y fortaleza y por la conversión de sus asesinos. “Rechazamos la muerte del padre, como de toda clase de violencia que atenta contra la vida y la dignidad de las personas”.

El comunicado oficializado por la Diócesis de Santa Marta, sobre el asesinato del exsacerdote Dagoberto Noguera Avendaño, dice textualmente:

 

Dagoberto Noguera Avendaño, exsacerdote asesinado en Mamatoco.

 

PRONUNCIAMIENTO DE LA DIÓCESIS

El Obispo de Santa Marta, Luis Adriano Piedrahita Sandoval, y el presbiterio de la Diócesis, se permiten manifestar el profundo dolor que nos causado la triste noticia del asesinato del padre Dagoberto Noguera Avendaño en el día de ayer.

Luego de haber ejercido su ministerio sacerdotal en Estados Unidos, el padre hace más o menos dos años se había establecido de nuevo en Santa Marta debido a su enfermedad y a su condición de jubilado, donde, se dedicaba a realizar obras de caridad con personas necesitadas.

Elevamos al Señor oraciones para que sea acogido en la casa del Padre, pedimos por la conversión de sus asesinos y rechazamos la muerte del padre, como de toda clase de violencia que atenta contra la vida y la dignidad de las personas.

Pedimos al Señor para su familia consuelo y fortaleza, a quien acompañamos en este doloroso momento con nuestra oración, y le agradecemos el don de la vida ministerial del miembro de familia que regalaron a la Iglesia para el servicio de la evangelización.

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